Cata 243: Tintos autóctonos alpinos italianos.
Volvimos de vacaciones y la cata de entrada le correspondió a nuestro amigo Antonio Giménez. El motivo de la cata se centró en cuatro variedades tintas autóctonas italianas procedentes de regiones alpinas italianas y el lugar escogido fue un local bien conocido, el restaurante Gadhus.
Fue un placer para mí reincorporarme, tras unas "vacaciones" más largas de lo habitual por prescripción facultativa, precisamente en una cata tan original. Nuestro amigo Antonio conoce bien todas las vertientes de los Alpes. Sospecho que no hay ladera en la zona que no haya sido esquiada por él y, lo que más nos interesa, aprovecha los viajes para traernos vinos originales de variedades locales muy difíciles de encontrar fuera de la región. Ya nos sorprendió en la cata 232 con vinos suizos bien originales y en esta ocasión volvió a hacerlo desde el lado italiano. Esta vez nos presentó cuatro vinos en el recorrido del Dora Baltea al Adige.
El río Dora Baltea nace en la vertiente sur del Mont Blanc y recorre el Valle de Aosta hasta confluir con el Po. La DOC Valle d'Aosta es la región productora de vino más pequeña de Italia, en producción y en extensión de viñedo y en producción. A pesar de su perfil geográfico complicado con fuertes pendientes y terrenos sueltos de origen morrénico, su viticultura es milenaria. Aunque la mayor parte del viñedo se encuentra entre los 500 y 700 metros de altura, los viñedos llegaban hasta los 1.200 m., los más altos de Europa, a pesar de lo cual el clima es seco y soleado. La producción de vinos tintos supone el 70% del total, existiendo más de 15 varietales. Las variedades más apreciadas son la Fumin y la Petit Rouge, que se encuentran junto con Gammay, Nus, Neyret, Nebbiolo, Pinot Noir... Consideración especial merece el Torrete d'Aosta, que tiene DOC propia y la mayor producción del valle, con un mínimo del 70% de Petit Rouge.
El río Adige nace en el paso de Resia, en la frontera austríaca del Tirol, regando las regiones de Trentino, Alto Adige y Véneto, antes de desembocar en el Adriático. En la zona del Trentino-Alto Adige se cultivan vides desde hace más de dos milenios. Las condiciones climáticas son muy favorables gracias, por un lado, a la protección de las montañas del norte y, por otro, a las corrientes de viento cálidas que provienen del Adriático con un suelo aluvial de grava y pórfidos. Tres varietales son originarios de la región: Schiava, Lagrein y la blanca Gegürztraminer, a las que hay que añadir la Teroldego, exclusivamente circunscrita a la Piana Rotaliana, llanura triangular situada en la confluencia de los ríos Adige y Noce. La región comprende unas 5.500 Ha. de viñedo de las que el sólo el 30% es tinto.
La cata, por tanto, estaba centrada en vinos tintos autóctonos italianos de pequeñas zonas con una larga tradición vinícola, que se esfuerzan en mantener su identidad preservando y recuperando varietales ancestrales que conviven con variedades más conocidas. Concretamente, nos presentó dos vinos del Valle d'Aosta: un Fumin, Les Crétes Fumin 2008, y un Petit Rouge, Vallée d'Aosta Petit Rouge 2012. Un Teroltego de la Piana Rotaliana, Dorigati Teroldego Rotaliano 2011 y un Lagrein de Alto Adige, Castel Ringberg Lagrein Reserva 2009. El resultado, entre los tres primeros, estuvo muy ajustado, si bien el ganador fue el Petit Rouge 2012 de Vallée d'Aosta. Se trata de un vino fino, de cuerpo ligero y paso fresco con buena acidez; nariz con fruta roja, especias, recuerdos de brea y flores al estilo de los borgoñas más ligeros y afrutados. Castel Ringberg es un atractivo Lagrein con fruta roja (fresa) y unas maderas muy finas de cedro con recuerdos de tabaco, con taninos dulces aunque con suficiente acidez. El tercero en el abanico de cabeza fue el Fumin, Les Crétes 2008. Vino más cálido, con tierras, café y chocolate envolviendo la fruta roja con algún matiz vegetal. En cuarto lugar cerró el Teroldego de Dorigati. Atractivo tinto, más cálido y maduro en sus registros frutales, aunque con un curioso fondo mineral. Y puestos a sorprendernos, también resulta curiosa la calidez de vinos de altura y es que, al final, no sólo cuenta la latitud y la altura sino el microclima. En suma, cuatro vinos excelentes, originales y sorprendentes y una magnífica oportunidad de conocer varietales nuevos. Magnífica cata en la que hay que agradecer a Antonio que nos haya brindado la oportunidad de conocer vinos nuevos de regiones y varietales especialmente interesantes y originales.
Resultados de la cata:
Vallée d'Aosta Petit Rouge 2012: 81.2 puntos.
100% Petit Rouge. D.O.C. Valle d'Aosta. Graduación: 13,5%. Bodega Institut Agricole Regional d'Aosta, Regione La Rochère 1/A 11100 Aosta - Italia. Precio: 12,5€.
Castel Ringberg Lagrein Reserva 2009: 81.1 puntos.
100% Lagrein. D.O.C. Alto Adige. Graduación: 13,5%. Bodega Cantina Elena Walch, Via Andreas Hofer, 1 ·39040 Tramin/Termeno Alto Adige - Italia. Precio: 25€.
Les Crétes Fumin 2008: 80.4 puntos.
100% Fumin. D.O.C. Valle d'Aosta. Graduación: 13,5%. Bodega Societa’ Agricola Les Crêtes di Charrère & C. S.S. Loc. Villetos, 50 11010 Aymavilles (Valle d’Aosta - Italia). Precio: 22€.
Teroldego Rotaliano 2011: 77.7 puntos.
100% Teroldego Rotaliano. D.O.C. Teroldego Rotaliano. Graduación: 12,5%. Bodega Cantina Dorigati Azienda Vinicola Fratelli Dorigati Via Dante, 5 38016 MezzocoronaTrento. Precio: 19,5€.
La cena estuvo a un nivel muy alto, al que nos tiene acostumbrados Alfonso en nuestras últimas visitas a Gadhus. Comenzamos los entrantes con un Ceviche mixto de langostinos y berberechos que acompañamos con Pedra Cancela 2012. Excelente acompañamiento el del marisco cítrico con un blanco con personalidad, cuerpo y estructura que engarza notas ahumadas y minerales ligeras con sus propios cítricos y los del plato. Continuamos con Pulpo Nikkei con cristales de boniato, patata violette y cremoso de huancaina que acompañamos con Quinta de Chocapalha reserva 2008. Delicioso pulpo en su punto con una Chardonnay con una bellísima acidez y mucha complejidad. Pasamos al Pato encroquetado con agridulce de chantarela, orejones y piñones y huevo pochado, roast beaf de presa ibérica, trufa y migas de bizcocho de seta de olmo que acompañamos con un curioso Vitovska 2009; de nariz golosa, frutal y estructura en boca. En los principales no podía faltar el bacalao, que esta vez tomamos con pil pil de ostra y aroma de Laphroaig acompañados de un fresco Floresta Blanc 2013. Los que me conocen saben que por la noche, en estos menús más que cumplidos, me suelo detener antes de llegar a la carne. Esta vez, lo confieso, hubiera repetido el estofado de zancarrón de LuisMi , con espuma de vainilla y hierbabuena. Deliciosa carne melosa a la que hubiera bajado un poquito el perfume de vainilla del aire con un atractivo tinto, Foresta Sumoll 2012. Rematamos la cena con una confitura de mango con aroma de Riesling Auslesse, helado de pistacho y espuma de lichis y leche de coco, acompañado del propio Riesling Ausslese 2005 de Barzen. Excelente remate de una magnífica cena.
Quiero terminar esta crónica recordando el magnífico trabajo de Alfonso proponiendo maridajes, seleccionado vinos nuevos y combinaciones originales. Cada vez más, constato que en las salas de los restaurantes de nuestro país hay unos profesionales excelentes con un alto nivel de formación y un trabajo continuo. En lo referente al vino, cada vez es más frecuente encontrar un gran servicio del vino, unos excelentes conocimientos y una gran atención. Y no solamente en las grandes salas. Al contrario, los que no cumplen los requisitos mínimos quedan cada vez más en evidencia. Creo que no descubro nada nuevo y que el fenómeno es evidente para cualquiera que tenga un mínimo de perspectiva histórica y, no obstante, parece que entre los clientes existe una cierta desconfianza en cuanto al asesoramiento del vino. Francamente, no lo entiendo. Yo cada vez lo disfruto más, confiando en el buen hacer y en el trabajo de los profesionales y disfruto con él. Eso sí, con aquellos que no me conocen, les planteo mis gustos, preferencias y posibilidades económicas, lógicamente, y después les dejo hacer. Casi siempre me ha funcionado más que bien. Así es que mi consejo es éste: confíe en su sumiller (salvo que tenga poderosas razones para no hacerlo); explíquele lo que le gusta y el precio que estima razonable y deje que él o ella se ocupen de lo demás. Saben mucho más que nosotros, nos ofrecen un servicio que estamos pagando y que, francamente, deberíamos valorar y apreciar más.
No quiero terminar esta crónica sin felicitar a Guillem por su reciente matrimonio: ¡Enhorabuena!
Texto Javier de Castro y Antonio Giménez.
Fotografías Peña la Verema.
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en respuesta a Demos Ver mensaje de Demos Tienes toda la razón. A. T. Roca e Imperial de Gramona son nuestros cavas "de cabecera" Gracias por el comentario.
Saludos,
Javier
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en respuesta a Disfraz Ver mensaje de Disfraz Sí señor, muy originales y diferentes. Una cata muy interesante, para aprender.
A Paco es que le pilló desprevenido. Juan, como los scouts, está "siempre listo" ;-)
Saludos,
Javier