Alfredo Arribas: Garnachas  blancas y tintas

Mañana del sábado, corresponde cata  garnachas blancas y tintas, con una cata vertical de Trossos,  la cual   afronto  con muy pocas  ideas previas,  de  lo que me voy a encontrar:

-          Alfredo Arribas es un  arquitecto de nivel, que lleva en el mundo del vino 10-12 años.

-          Busca que sus vinos reflejen sobre todo el suelo y su clima.

-          Su trabajo se ha centrado en DO Priorato y en DO Montsant.

Y con estas pequeñas premisas, tras la pertinente presentación a cargo de Juan Such, rápidamente me quedo con otros conceptos y principios claros.

-          Vamos a catar el producto  de 5 años de trabajo.

-          Hay voluntad de elaborar vinos de guarda.

-          Trossos, es la definición de  la parcela que una persona puede trabajar en una jornada.

 Evidentemente, en un trabajo en lo que  se pretende  es dar reflejo en el producto de las características del suelo, se paso revista a los  mismos y las diferencias entre los del Priorato y los de la zona de elaboración de estos vinos en el Monsant, pizarrosos los primeros  y los otras dependiendo  de su orientación son arcilla en el suroeste, arenosos y graníticos en el sureste y calcáreos en el norte.  También analizó  posteriormente  las influencias del clima y sobre todo de las corrientes de aire, según la zona  esté influida de cierto aire de la costa  o de una zona fluvial cercana.

Y tras escuchar y admirar  que ilusión y entusiasmo pone Alfredo en todo lo explicado, afrontamos la cata en sí, tratándose de botellas magnun y comenzando por los Trossos tintos.  Etiquetas con fondo blanco para los vinos blancos  y azules para los tintos, con dibujos muy particulares representado alambres y cuerdas.

Trossos tintos: tros tinto

Año 2010: año de nieves y año de fragancias, pudiéndose apreciar una capa media y  ligeramente en violáceo con  toques de color  marrón. Mineralidad  tanto en boca como la nariz y resultando muy largo. Tardo en  abrirse en nariz, apreciando tras un rato  en cuanto los detalles florales,   frambuesas, sanguinas y menta.

Año 2009: año caluroso, año de escasez,  con temperaturas bajas en el momento de los vendimia logrando es un vino más robusto y recio que el del año 2010. También este año se muestra con unos taninos disminuidos  y habiéndose  apreciado una evolución mas lenta.

Año 2008: año muy floral,  en la que todo fue evolucionando más lentamente, reflejándose  también el vino, pues  todo en él  es más lento que en  el resto de los años.

Año 2007:   añada perfecta,  todo fue bien con calor salino en agosto,  enlenteciendo  la maduración.  Presentando un vino más evolucionado por el alcohol, resultando ligeramente más alcohólico  tanto en nariz como en boca, con una nariz muy expresiva. El vino también más cerrado,  resultando este vino junto el año 2008, los que quizás más se aproximan el mejor momento de consumo.

Trossos blancos: tros blanco

Año 2010: vino embotellado hace 10 meses que resulta con un color dorado y muy brillante, con  una explosión en nariz, tanto en intensidad como en matices,  apreciándose  muy bien integrada la madera en boca y con una buena mineralidad.

Año 2009: resulta muy identificativo  el vino de este año, con  todos los matices más manifiestos,  más glicérico e incluso más mineral.

Año 2008: más intenso de calor (cada año han ido acortando ligeramente el tiempo en barrica por eso estas diferencias de color) mineral,  con una  sensación que  puede recordar a veces entre un Jerez y la turba de los malta.

Año 2007: más  notas presenta en la nariz y quizás menos definido que los anteriores, quizás todo influenciado por el clima que se padeció a finales de agosto. Quizás más duro en conjunto                                                                                                                                                    

Finalmente se procedió a catar:

Tros Tinto 2011: año seco con agosto caluroso,  con una baja producción, resultando muy floral en la nariz con una capa media a alta y con potencia en boca, taninos presentes y resultando al final muy largo

Tros blanco 2011: con hinojo en la nariz, mucho  frescor menos alcohol y más elegante resultando complejo al beber.

Y se pasó la hora y media con la sensación de un momento, los conceptos  más claros del galimatías de suelos del Priorato y del Montsant, disfrutando de vinos hechos con mimo,  cariño y fundamento y sobre  admirando a Alfredo Arribas por el cariño y la ilusión que trasmite respeto a su trabajo.