Ultima botella de la añada, abierta con 2 horas de antelación y sin decantación previa.

Vista: Picota oscuro con destellos violáceos, ribete granatoso de capa alta, lagrima fina que tiñe la copa.

Nariz: Inicialmente aparecen esas notas de reducción, con aireación desparecen los orujos ya aparece todo su potencial, predomina la fruta negra madura, balsámicos, ligeros tostados, notas minerales y leves notas salinas.

Boca: Buen ataque, bastante acidez, algo rustico en esta fase, tanicidad pulida, de nuevo aparece la fruta, retrogusto frutal y tostado y persistencia en boca media.

Sigo creyendo que estoy ante un gran vino, lastima de la poca producción y de la delicadeza de estas uvas.

Catado en el Encuentro con Raúl Pérez.

Vino de la linea tinta de goliardo Bastardo, caiño y Loureiro...

En nariz es hay muchas notas minerales, a pizarra. También toques de fruta negra y roja, algo de balsámicos y tostados.
En boca es bastante agradable, final mineral, fruta roja, algo de especias... fresco, atlántico, anguloso.

Agradable

Probado tras 8 meses en la bodega, sin decantación y abierto con 1 hora de antelación.

Color: Picota oscuro con destellos violáceos, ribete granatoso de capa alta, lagrima fina que tiñe la copa.
Nariz: Le cuesta abrirse, hasta que lleva una horita en la mesa (2 horas desde la apertura) no se expresa. Mientras notas de orujos (como en el caíño), cuando se abre, buena intensidad aromática, fruta negra madura, balsámicos, tenues tostados de la madera, mineral y leves toques salinos.
Boca: Buen ataque, rustico, acidez que lo hace muy fresco, de nuevo las notas salinas, aparece también la fruta y buena persistencia en boca.

Cada vez que pruebo los vinos tintos de esta bodega me quedo sorprendido, necesitan mucha aireación, son variedades muy raras y casi extintas, pero ahí esta parte de su encanto. Recomendable probarlos para entenderlo.