Gran avance cualitativo y de integración, ha experimentado uno de los buques insignias de esta enorme Bodega que siempre ha producido vinos de calidad, desde la añada 03 y 04 donde Organistrum estaba dominado por las notas de crianza y fermentativas, ha ido evolucionando para pulir su elaboración y presentar este 2006 como un enorme exponente del SI al envejecimiento de la Albariño.

Personalmente entiendo la crianza en blancos, siempre que se respete la fruta, la uva, que le aporte mayores matices en perfecto equilibrio y vida en botella, simplemente este 2006 lo cumple a la perfección.

Sutil, tremendamente elegante y sensual, desde su visual pausada de notas pálidas dominado por el amarillo dorado con una limpidez impoluta, nariz de media intensidad que parece llamarnos por nuestro nombre para captar toda nuestra atención, porque su sutileza no permite distracciones, aromas de fruta de hueso blanco con toques de chirimoya, bien conjuntado con puntas finas de té y algún vegetal no demasiado intenso. La crianza le aporta ligeros aromas de vainílicos y mazapán. En boca es pura seda, sabroso, largo en su recorrido, excelente en su densidad y textura, donde la acidez le aporta frescura y un final sumamente elegante. Albariño de esencia sin saturaciones.

La Armonía propuesta para aportar salinidad y buena combinación en texturas, con un esparrago cojonudo relleno de bogavante y un ligero toque de tres pimientas para levantar y aún realzar más la acidez del vino.