Los almuerzos, esa otra gastronomía.

                   Vamos con otra contribución a este mundo "almuerceril" (a este paso me van a dar el título honorífico de "defensor del almuerzo valenciano" jajajja). En este caso la recomendación es a evitar, pues la experiencia no ha sido del todo satisfactoria y por tanto no me merecería una segunda visita. Resulta que esta mañana la hora del almuerzo me pilló por la zona y decidí probar el famoso bar Ricardo, bar de barrio de toda la vida (creo que ponia que fue fundado en 1947) y que para algunos pasa por ser el bar que hace las mejores bravas de toda Valencia. Con estos antecedentes comprendereis que le tuviera ganas así que para allá que me fui buscando un buen almuerzo. Para mi sorpresa y a pesar de que eran las 10:15h, es decir plena hora punta del almuerzo, estaba prácticamente vacío cosa que me sorprendió y que más tarde entendería el por qué. En la amplia barra semidesértica no encontré ricas y variadas viandas como esperaba y la oferta se reducía a un par de ensaladillas (rusa y de marisco), anchoas y boquerones, un par de tortillas anodinas como las que puedes encontrar en cualquier otro bar, algo de embutido (longanizas y morcillas) y pisto casero que fue lo que me salvó, así pues opté por lo clásico: medio bocata de blanco y negro con pisto. Decir que tanto el embutido como el pisto no destacaban por su calidad y/o sabor y lo mejor del bocata con diferencia era el pan, tipo de pueblo en formato de bocadillo pequeño que estaba crujiente y francamente delicioso. Aquí como vemos se invierte la tónica de lo que suele pasar habitualmente en bares donde la mezcla es aceptable pero el pan es una bazofia, pues aqui fue justo lo contrario, increíble pero cierto. No tienen la costumbre/cortesía de poner ni cacaos ni olivas, cosa que no me gusta nada pues son elementos indispensables en todo buen almuerzo valenciano que se precie. Pero lo peor vino con la cuenta: medio bocata (tirando a pequeño), tercio de cerveza y cortado 5,60 euros, un precio absolutamente abusivo y una "clavada" en toda regla se mire como se mire. Fue en ese momento cuando entendí porque habia tan poca gente en plena hora del almuerzo. No se pueden tener precios de restaurante de primer nivel si luego el producto, la cocina y la atención no están en consonancia, como tampoco se pueden tener precios propios de zonas céntricas y elitistas de la ciudad como si tuvieras el bar en la Gran Vía Marqués del Turia si resulta que estás ubicado en un barrio de gente trabajadora y de clase media, y además algo alejado del centro como es en este caso el barrio de extramuros.