La mejor manera de mirar al futuro es recuperando la esencia de nuestros orígenes
Murviedro rinde homenaje al legado histórico del territorio por lo que representa en su logotipo el Castillo de Requena y sus murallas; estrechando así - aún más si cabe- el vínculo con sus orígenes.
La inspiración de Bodegas Murviedro es el territorio, su gente, su cultura, su terruño. Persiguiendo esa inspiración hemos emprendido un largo camino centrado en el territorio, en el origen del viñedo, de las variedades autóctonas y en nuestras raíces.
Siguiendo esa inspiración se inició el proyecto buscando los mejores viñedos, los más antiguos, fincas históricas que les ofrecieran los mejores frutos, y se encontró una tierra de cepas centenarias en la partida de El Ardal.
El complemento necesario para elaborar ,como se merecen estas magníficas uvas, una bodega. Adquirieron una vieja bodega en el casco antiguo de Requena. Los estudios determinaron que, lo que parecía sólo un viejo edificio con unas antiguas cuevas, ocultaba una larga historia como bodega y como “Casa de la Seda”.
En el siglo XVIII Requena llegó a ser el cuarto centro de producción sedera de España. Era una ciudad fronteriza por donde pasaban los tejidos y las materias primeras, desde el poderoso puerto de Valencia hasta las capitales comerciales de Valladolid y Sevilla, muchas veces de camino a Ultramar. Con el acceso a estas capitales y mercados algunos comerciantes requenenses se iniciaron en el negocio que enriquecía la costa de Levante.
Una industria de tal perfección que se atrevía con tafetanes, terciopelos, rizos, felpas, damascos, y otros…
Y bien, después de una época de esplendor, los telares fueron cerrando por falta de reinversión económica y conversión industrial. Finalmente, los grandes empresarios sederos invirtieron sus ganancias en un producto agrícola emergente, EL VINO, en parte también gracias a la crisis de la filoxera que sufría Europa. Y así fue, como la seda derivó en vino y Requena pasó a ser la capital vitivinícola que conocemos en la actualidad.
Así pues, su rehabilitada Cueva- Museo aúna las tradiciones sedera y bodeguera de esta antigua ciudad que han replicado en sus vinos.
La rehabilitación de La Casa de la Seda ha incluido su adecuación como micro-bodega urbana que busca hacer vinos “como” antes con una tecnología puntera inspirada en los métodos más tradicionales: depósitos ovoides de hormigón, depósitos revestidos de cerámica, la clásica tinaja de barro o foudres de roble francés como parte de nuestra apuesta por reencontrarnos con la tradición de nuestra comarca y sus sabores autóctonos.
La Casa de la Seda es el buque insignia, elaborado en la bodega histórica a quien debe su nombre.
Un vino artesanal, casi ancestral, hecho con las manos; elaborado a la antigua usanza, con la mínima intervención.
Fermentación maloláctica con levaduras salvajes en depósitos de acero inoxidable y posterior trasiego con sus lías: el 80% del vino a un fudre de 5.000 litros de roble francés, un 10% en huevos de hormigón y el 10% restante en tinaja de barro de 37 arrobas, crianza durante 6 meses antes de su embotellado.
Es el primer tinto monovarietal de Bobal amparado por la DOP Utiel-Requena, refleja fielmente la apuesta por el terruño y la tipicidad de la variedad. Los técnicos de Murviedro tratan con mimo las viejas cepas de la partida de El Ardal, cultivadas en vaso que apenas dan un racimo por brazo; sano y bien madurado. Una media de 1,8 kilos de excelente uva de cada planta.
Una edición limitada, que transporta a la tierra, a otra época y a otro ritmo. Y que marca el cambio de rumbo de la compañía.
Su packaging se inspira directamente en las antiguas y lujosas sedas de la edad media que se tejían en la misma casa dónde ahora elaboramos el vino. Sumamente elegante y sobrio, sólo negro con delicados toques dorados, complementados con detalles en relieve. Su medallón colgando del cuello de la botella y su porte lo hacen fácilmente reconocible.
A nuestro vino icono, La Casa de la Seda, lo acompañan tres nuevas gamas, tratando de agrupar los varietales más representativos de cada DO de la Comunidad Valenciana, a las que estamos orgullosos de pertenecer.
Su nombre “Sericis”, sedoso en latín, combina el homenaje a la sedosidad de la seda elaborada en Requena para los ropajes de la alta sociedad de la época y los estampados que las caracterizaban, con las suaves sensaciones que estos vinos transmiten en boca.
El principal valor añadido de Sericis Cepas Viejas son los viñedos de los que procede, viñedos con muy bajas producciones cultivados en diferentes terruños que aportan cualidades muy diversas y que evidencian el potencial de las variedades autóctonas de Utiel-Requena, Valencia y Alicante.
El proceso de elaboración de estos caldos se desarrolla también con una mínima intervención para reflejar la tipicidad de los varietales autóctonos y una cuidada selección de las barricas de roble francés en las que se crían para obtener vinos con mucha personalidad.
Sus botellas tienen una imagen refinada al vestirse con una atractiva y sorprendente gran etiqueta envolvente que recuerda a los motivos de los sedosos tejidos antiguos.
La gama “Pugnus”, lucha en latín, son un homenaje al carácter luchador de sus gentes y de su tierra, forjado por las numerosas pugnas que vivieron para defender y cuidar sus tierras y a la continua lucha para obtener grandes vinos, revalorizando a través de ellos su trabajo y personalidad.
En el diseño se ha utilizado un escudo de armas de los antiguos caballeros para dar coherencia y vistosidad al conjunto.
El Coraje, “Audentia” en latín, define al carácter de los valencianos durante toda su historia, honrando su memoria; esta gama de vinos se caracterizan por su estructura y personalidad.
En el desarrollo del packaging de Audentia han utilizado como motivo, la cruz que se utilizaba a menudo en ropajes y armas de antaño, y como nexo de unión, el rombo simbolizando el escudo valenciano.
“Galeam”, en latín Casco, simboliza el amparo de un pueblo unido ante las adversidades, conservando su tierra y tradiciones para transmitirlas a las futuras generaciones, preservando su territorio vitivinícola para alcanzar la máxima plenitud en sus vinos.
Como elemento diferencial en la presentación de Galeam hemos utilizado cuatro cascos formando una cruz florenzada, una de las figuras más populares de la heráldica que se ha complementado con una botella especial, bordelesa cónica con el cuello largo.
Te dejamos una pequeña vista de la empresa y sus viñedos, donde podremos conocer más de cerca los entresijos de la bodega y la clave de su éxito, los trabajadores.
Consulta todos los vinos catados en Verema de Bodegas Murviedro
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