El vino se adapta a las nuevas tendencias gastronómicas
Platos innovadores y la gastronomía verde generan nuevos maridajes
Las nuevas tendencias gastronómicas no dejan de proliferar en todo el mundo generando grandes saltos adaptativos de factores como el turismo gastronómico, los blogs de culto o los maridajes del vino.
Además de la inclinación de una parte creciente de la población hacia una gastronomía "verde" - según los últimos datos, los restaurantes veganos y vegetarianos en España se han duplicado en los últimos cinco años - , nuevas tendencias como la incorporación de hierbas silvestres, nuevos endulzantes o insectos a los menús amplia el espectro vinícola a límites desconocidos hasta ahora.
Plantas silvestres, verduras y setas
Las plantas silvestres están de moda. Cualquier restaurante o buen anfitrión que se precie, incluye en su menú unas buenas hojas de albahaca, un poco de jengibre o cúrcuma y lavanda, diente de león o clavel para adornar.
Los vinos se adaptan respetando sus fragancias y algunas bodegas, han empezado a ofrecer degustaciones de sus mejores botellas con platos preparados con ingredientes silvestres que nacen en los viñedos, para que los aficionados disfruten del maridaje del vino con sus productos afines.
Parece que las verduras más difíciles de maridar son espárragos, alcachofas, habichuelas y coles y que los vinos más afines a los vegetales son los blancos secos, los espumosos y los tintos ligeros para las verduras asadas.
Insectos, algas y nuevas filosofías
Hormigas, gusanos, grillos y cucarachas son deliciosamente marinados con vinos para expectación de los asistentes. Pero, además, las algas y las diversas modalidades de sushi siguen dando juego a los expertos, que consideran a los espumantes los aliados perfectos de esta posibilidad oriental.
La forma de comer también va evolucionando. Ya no solo se piensa en términos de sentarse en una mesa a alimentarse y a beber, la gastronomía se ha convertido en toda una experiencia y el vino se marida no solamente con sabores sino con texturas, colores y nacionalidades. Para una cena con quesos los anfitriones deciden elegir un vino francés, italiano, portugués y para ese asado en casa de los amigos argentinos, ahora llevamos un Rioja un Toro o un Mendoza.
Competencia y diversificación
Al mismo tiempo que sus aplicaciones se diversifican, el vino corre el peligro de ser desplazado en comidas y encuentros donde cobran protagonismo creciente bebidas sin alcohol como las "aguas botánicas" - fruto de la extracción del agua que contienen frutas, plantas y verduras-, las infusiones frías y, en materia alcohólica, el gintonic, los whiskies y algunos clásicos revitalizados como el Jaggermaister.
Sin embargo, no hay nada que temer: mientras algunas bebidas quitan protagonismo al vino a la hora de comer, el vino se abre camino entre los digestivos en la fase de sobremesa. Nuestros foreros destacan dos variedades que hacen las delicias de cualquier comensal: el Pedro Ximenez, elaborado con un tipo de uva moscatel, dulce, afrutado, oscuro y excepcional para el postre, y el moscatel propiamente dicho: un vino seco, aromático y dulce con un típico perfume floral.