Malditos Camaradas

Cada vino es una aventura: Bonarda y El Pisón

En el umbral de los vinos de Los Andes (de la variedad syrah-shiraz para una próxima cata) aquí hemos probado un par de vinos de esta variedad muy poco frecuentada en nuestro entorno, uvas al parecer de maduración lenta y de buen concentrado sabor.

 

La Bonarda de Luigi Bosca (Familia Arizu) tiene esa rudeza, algo de tosquedad, poquito de aroma al comienzo que frusta un poco las expectativas, mirando de reojo al otro Dante Robino, tambien de bonarda, pensando que nos habiamos metido en el covachón de los desafortunados pioneros que no llegan o llevan el barco a buen puerto; per en fin, el vino sale con un borbotón muy brillante con un paladar mejor que en nariz y los taninos en buen equilibrio, sin asperezas, buena acidez...

 

Sin embargo el Robino tiene aromas ricos, a ciruela, alguna rica variante frutal y fina concentración, acidez bastante buena tambien, y la solidez que parece característica de los vinos de esta finca, como la de Bosca, que hacen surgir al final pletóricos aromas... Mucha moka diria yo entre fondos herbáceos y apuntes especiados. Me parece la bonarda en ese estilo de vino picante, medio dulce, con buen peso.

 

Claro que uno no sabe qué decir con Viña El Pisón (es el vino por excelencia del polígono del Puerto, lo recuerdo desde una tarde con Botello, a varias con los de La Peña Gaurepe, qué tiempos), pero claro ahora los vinos tienen otro enfoque, son mas pulidos en la crianza y siempre termina ese dulzón caramelo de la barrica francesa dando el tostadito y vainilla medio cursi pero vacilona.

 

En fruta no hay discusión, muy masiva su entrada en boca con mucha severidad, enorme equilibrio y excelente recorrido; dejan rastros que juegan muy bien con aromas y mucha variedad de matices en el paladar. Equilibrio y frescura del 2009 a una redondez subliminal en el 2005 y el postgusto persistente y plenitud del 2001.

 

 

Tienen una fina concentración (el 2001 aporta una capa muy subjetiva de especias, todo dentro de un color que da frescura,se puede saborear tabaco y una pizca de grafito como si fuera un bordelés pero termina entre los enebros y un sutil recuerdo floral), una densidad que salpica muy bien las notas de cáscaras de naranja, el puntito dulzón se pega en el cielo del paladar, una fina y granulada astringencia muy leve, sin atemorizar, es un rioja muy severo...

 

 

  1. #1

    Chandler

    guardamos dos botellitas mas para la noche de los chilenos o la tarde
    me pirran estos contrastes

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