Blog de Jordi Melendo

Los cinco sentidos y la quintaesencia de Béatrice Cointreau en un libro lleno de pasión

No quería escribir nada sobre Sens et quintessence, el libro que acaba de publicar Béatrice Cointreau, quien muy amablemente me envió dedicado, hasta no haberlo leído en su totalidad. Creo que se trata de un libro con varios mensajes que puedes ir desengranado a través de una detenida lectura .


Béatrice Cointreau es una de las personas que más ha puesto de relieve la incorporación de la mujer al mundo de los negocios en general y al del vino en particular. Y además lo ha hecho de una manera muy especial, como se puede apreciar en casi todos los párrafos de su libro. Bisnieta del fundador de la casa Cointreau y nieta del fundador de Rémy Martin, Béatrice Cointreau pertenece a una familia de grandes viticultores y destiladores. Después de obtener un Master en Derecho y de graduarse en Marketing, continuó sus estudios de dirección de empresas en Nueva York, completando su formación en el Instituto de Enología de Burdeos. A los 24 años entró a trabajar en la empresa de Cognac Frapin, donde unos años más tarde alcanzó el cargo de director general. Años más tarde pasó a ocupar el puesto de PdG (Presidente Director-General) del Champagne Gosset. Ha ostentado y ocupa diferentes cargos de relieve dentro del mundo del vino en Francia.


En “Sens et quintessence” descubre sus sentimientos, sus emociones… El libro está dividido en cinco capítulos: La vista, el gusto, el oído, el olfato y el tacto. En cada uno de ellos se pueden ir conociendo detalles referentes a la vida de Béatrice y a los sentimientos que le han hecho adoptar una manera de vivir, una manera de pensar y una manera de decidir. En el primer apartado, la vista, podemos saber que es la antepenúltima de siete hermanos, la “nº 6”ni la mejor plaza, ni el sexo ideal, para esperar que un día tenga que presidir los destinos de una gran casa de vinos o de espirituosos”, tal como ella misma escribe. También el número 6 vuelve a tomar trascendencia en su vida: A los 6 años declara a su familia que quiere ser “presidente”. Presidente en masculino, como los hombres que cuentan historias apasionantes fumando un cigarro y bebiendo cognac. También en este primer capítulo descubrimos a una mujer profundamente enamorada de la Charante donde creció y de su “terroir”, la Grande Champagne, a la que define como sensual y donde se elaboran los más finos cognacs. Cada uno tiene una noción del lujo, “para mi el lujo es el tiempo”. En su trabajo destaca su creatividad constantemente alimentada con visitas a los principales museos de las ciudades que visita.


En el segundo capítulo, el gusto, afirma que cuando viaja, a la hora de la comida prefiere visitar un museo que comer sola en un restaurante, “como una obra de arte el vino se mira, se admira” asegura. Nos narra la cocina de su casa y la de los restaurantes que visita. Recuerda el día que cuando hace unos diez años fue por primera a El Bulli, Maximilien, su hijo mayor, que por aquel entonces tenía tan solo 9 años le dijo a Ferran Adrià cuando este les preguntó si les gustaba su cocina: “Esto no es cocina, estamos dentro de un mundo de ensueño”.


En el oído, el tercer capítulo, nos habla del champagne “el champagne se escucha, es suficiente acercar la oreja para escuchar su música”. Habla de las “viudas” de la champagne, que tuvieron que sacar adelante sus negocios ante la ausencia de sus maridos y recuerda con simpática ironía cuando algún periodista le ha preguntado si era viuda a lo que ella ha contestado “no, yo aún tengo marido! Pero el es navegante, a menudo se va lejos!”. Se refiere en todo momento a su marido como un excelente compañero y que les une el profundo respeto que tiene cada uno por el trabajo del otro. Comenta la trascendencia que tuvo su llegada a la champagne y las situaciones que tuvo que superar con simpatía y elegancia. Se refiere a la confianza y a la predisposición al optimismo que tiene que haber en toda empresa: “El futuro de una empresa depende de tentativas y de acciones con coraje… Las dificultades económicas actuales nos deberían de hacer aprender a falta de compresión y de compasión, la inteligencia a de volver a los fundamentos: para recoger, hay antes que sembrar. Y cuando se ha sembrado hay siempre que esperar”.


En el cuarto capítulo, los olores, Béatrice Cointreau evoca con detalle las fragancias de madera dominantes en cada espacio donde el cognac envejece, los olores de las uvas y de hierba aplastada, de la destilación, de los vapores cargados de frutas que se escapaban de los grandes alambiques de cobre… Y lo que le llevó a formarse en el ISIPCA, la escuela de perfumería de Jean-Jacques Guerlain para crear un perfume único que ha bautizado “1270”, año en el que su familia se instaló en la región de Cognac. En este apartado de los olores Béatrice también se recrea con los cigarros habanos: “Contrariamente al cigarrillo que se fuma nerviosamente, de modo impulsivo, el cigarro es un placer voluptuoso que se saborea lentamente, largamente. Así como se saborea el cuerpo del ser querido, hay que dedicarle tiempo, no tirarlo de prisa y corriendo, pero deleitarse de el por pequeñas teclas, desearle con la mirada, acariciar su piel sedosa, sentir su aroma poderoso y sutil, antes de encenderlo por fin... ". Hablando de aromas también hace numerosas referencias a las especias, símbolo de intercambios, nexo de unión entre Oriente y Occidente “indispensables en la cocina, en la cama y sobretodo en perfumería” escribe.


El último capitulo, en el que se refiere al tacto, empieza con una frase de Leonardo da Vinci: Entre los cinco sentidos, la vista, el oído, el olfato conocen menos prohibiciones que el gusto y el tacto”. En esta parte final del libro habla del creciente protagonismo de la mujer en el mundo del vino, de sus incesantes viajes por los cinco continentes, de sus lecturas preferidas, de cuando las personas tocan fondo en el contexto del trabajo y en el ámbito de la empresa y deben recuperar en ánimo, de los buenos momentos vividos en el grupoLes 5 Sens by BCque se reúne alrededor de temáticas como el champagne, el chocolate, las especias… “A medida que escribía –explica Béatrice Cointreau–, estos 5 sentidos también se hicieron los hijos conductores del libro. Acompañaban todos mis billetes, su ascenso en el tiempo, y estas ganas de ver de nuevo para admirar, re- escuchar para comprender, volver a dibujar para tocar, re-degustar para apreciar, sentir para respirar”.


“Sens et quintessence”, un libro que nos habla de instantes, momentos, seducción, gusto, magia, compartir, sensaciones, impresiones, texturas, atracciones, expresión, espíritu… Un libro que nos habla de la pasión de Béatrice Cointreau por la vida y el buen gusto, sea cual sea el sentido a través del que lo apreciamos.

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