El Alma del Vino

Bonny doon le cigare volant 2004.





Randall Grahm es el fundador y propietario de la Bodega Bonny Doon, peculiar en sus presentaciones y etiquetas, y grandiosa en cuanto a la calidad de sus vinos. Grahm pasa por ser un anfitrión serio de la uva del Rhone francés en suelo californiano. No es Grahm el único, ni siquiera el primer viticultor que ensalza el valor del terroir y de la mineralidad como fuente de vida para cualquier vino que de tal se precie. Pero él lo dice, y lo tiene muy en cuenta hasta sus últimas consecuencias. La pasión que Grahm tiene por el universo del vino se deja ver en la definición que el propietario de Bonny Doon hace de sí mismo : "a vitizen of the world.”
Con platillo volante incluido en el dibujo de la etiqueta, y un solemne coupage de uvas Grenache 38%, Syrah 35%, Mouvedre 12%, Carignane 8% y Cinsault 7%, me llega vía Francia esta botella de Le Gigare Volant, un vino de trece grados y medio que supone un homenaje de su creador a la denominación francesa Châteauneuf-du-Pape, ya que según consta en algunos documentos antiguos de esa región vinícola gala, existe la prohibición expresa de que objetos volantes con forma de cigarro sobrevuelen los viñedos. Vaya usted a saber el motivo ó motivos de tan extraña prohibición, que data de 1954, y que Grahm ha usado para titular su vino y de paso homenajear al Châteauneuf.
Color rojo picota, con reflejos agranatados e incluso violeta. La nariz es hermosa, llena de moras maduras, que dejan paso tras la primera cortina aromática a un maravilloso mundo terroso, pedregoso y mineral. Es un golpe seco en la nariz, como el que da una piedra. Pero muy profundo. Imagina uno la esencia de la tierra que da cobertura al viñedo, tal y como pretende Grahm. El remate final muestra un leve matiz herbáceo, muy suave. Sotobosque y madera, unidad de acción.
En boca tiene una entrada prodigiosa, con un punto de dulzor que se evapora rápido tras decir "aquí estoy, señores", y que deja paso a unos taninos presentes pero ligeros y afinados. Magistral en cuanto a sensación de equilibrio, con un recorrido que recuerda a un vals, elegante y sostenido. Persistencia plena. En vía retronasal descubro notas inmensas, con un toque de anís, flores silvestres-chamaemelum nobile-y un epílogo de frutas rojas y bayas silvestres.
Uno de esos vinos que se recuerdan de por vida. Magnífico.
Recomendable hasta la histeria. Fantástico.
  1. #1

    anonimo

    el mundo de los vinos me interesa muchisimo, es que todavia estoy tratando de aprender mas y tu blog me viene de maravillas. esta muy bonito e interesante, besos

  2. #2

    anonimo

    Sounds absolutely divine.

  3. #3

    Juan Cuatrecasas

    Gracias por vuestro apoyo y comentarios.
    Thanks for your friendship,Mina.
    Encantado de responder a todas vuestras dudas.
    Un cordial saludo,
    Juan Cuatrecasas



"La comida es la parte material de la alimentación; el vino, la parte espiritual" (Alejandro Dumas).

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