Postales del fin del mundo cabernet sauvignon malbec 2008.
Juan Cuatrecasas
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Marcelo Miras es el enólogo de Bodega del Fin del Mundo. Un constructor de vinos ubicado allá en la Patagonia, cuyos ensamblajes merecen casi siempre un aplauso. En este caso, su mezcla de cabernet sauvignon y malbec, sometida a una fermentación malolática pura, reúne todos los requisitos idóneos para triunfar en cualquier reunión de amigos.
Cierto es que no estamos ante un vino que merezca medallas, ni siquiera ante una joya que merezca un carro de puntos de este ó aquel gurú del vino. El Postales del Fin del Mundo Cabernet Malbec 2008 es un vino alegre, que gustará a quienes busquen simplemente pasar un rato agradable disfrutando de sus características apacibles y tranquilas, por encima de pretensiones más recargadas.
Catado en casa de mis amigos Fernando e Isabel, el 5 de Enero de 2010, me dió los siguientes matices :
Color rojo con ribetes violetas. En nariz un intenso aroma a frutos rojos, moras y grosellas, que terminan impregnadas en cacao. Ya en boca despliega una condición sedosa magnífica, con taninos y acidez bien estructurados, cuerpo medio alto, y un ambiente que recuerda a fruta roja en explosión. Puede que al final se le añadan algunas notas que recuerdan a la pimienta, aunque en este aspecto no existió unanimidad entre los presentes. Yo, por ejemplo, no supe encontrar ese atisbo especiado.
Juvenil y correcto, es un vino que me gustó. Sin más condecoraciones que las que corresponden a un producto bien hecho, trabajado y al que se le nota una dedicación.
Adecuado.
Cierto es que no estamos ante un vino que merezca medallas, ni siquiera ante una joya que merezca un carro de puntos de este ó aquel gurú del vino. El Postales del Fin del Mundo Cabernet Malbec 2008 es un vino alegre, que gustará a quienes busquen simplemente pasar un rato agradable disfrutando de sus características apacibles y tranquilas, por encima de pretensiones más recargadas.
Catado en casa de mis amigos Fernando e Isabel, el 5 de Enero de 2010, me dió los siguientes matices :
Color rojo con ribetes violetas. En nariz un intenso aroma a frutos rojos, moras y grosellas, que terminan impregnadas en cacao. Ya en boca despliega una condición sedosa magnífica, con taninos y acidez bien estructurados, cuerpo medio alto, y un ambiente que recuerda a fruta roja en explosión. Puede que al final se le añadan algunas notas que recuerdan a la pimienta, aunque en este aspecto no existió unanimidad entre los presentes. Yo, por ejemplo, no supe encontrar ese atisbo especiado.
Juvenil y correcto, es un vino que me gustó. Sin más condecoraciones que las que corresponden a un producto bien hecho, trabajado y al que se le nota una dedicación.
Adecuado.