Onomástica blanco reserva 2006.

Galardonado en la International Wine Challenge 2010 del Reino Unido con una merecida medalla de oro, el Onomástica Blanco Reserva 2006 de Carlos Serres, demuestra desde el primer segundo en copa que no es un vino cualquiera.
Su color es un dechado de brillantez, con una imagen amarilla dorada reluciente, digna de admiración. Su crianza de 24 meses sobre lías, en barricas nuevas de roble francés y americano, previa selección de los mejores granos de viura, variedad tan típica de La Rioja como puede ser el tempranillo; concede a este vino blanco un toque de envejecimiento magistral, poco confundido con otros productos de la misma tierra, que hacen de la ancianidad un motivo de ajerezados síndromes. En el Onomástica Reserva 2006, la vejez es una delicia para el paladar. La nariz se muestra exquisita, llena de retazos a cítricos bien mezclados con un sugerente toque de madera en forma de pan tostado y vainilla. La vía nasal da las primeras muestras de estar delante de un producto trazado con mimo y profesionalidad.
Boca plena de elegancia, que vuelve a sacar a la palestra aquel viejo eslogan comercial de "vinos finos de Rioja". Colosal equilibrio entre dulzor y acidez, manifestando un recorrido amplio y una persistencia amable y más que elegante. Postgusto que trae recuerdos a cítricos, ciruelas claudia, más vainillas y un solemne fin de fiesta que linda con harina de trigo tostada.
Un gran vino, soberbio, perfecto y muy recomendable para quienes sean firmes seguidores de los blancos con prosapia.
Excelente.