El Alma del Vino

Artículos propios : el tabaco asesinó a jfk.


El Congreso de Diputados del Reino de España aprobó ayer la ley que elimina el tabaco de todos los espacios públicos cerrados y en zonas abiertas sensibles. Representa el triunfo de las tesis que acusan a los fumadores de ser una lacra social, una escoria indecente y unos apestados. Mientras el Estado recauda con una mano cantidades ingentes procedentes de los impuestos ligados a la venta del tabaco, con la otra se dedica a marginar a los fumadores, encerrándolos en mazmorras imaginarias y acusándoles de generar enfermedades letales en los no fumadores, cuestión esta que por cierto aún no está demostrada de un modo científico ni siquiera estadístico, digan lo que digan.
La ley anti tabaco del Gobierno que preside el señor Rodríguez Zapatero es puritana, hipócrita y atenta contra los principios de libertad e igualdad. Es intolerante y cobarde. Mientras se penaliza el consumo con dureza, se incita a la fabricación y venta con alegría. El Estado, intermediario beneficiado y situado entre medio de fabricantes-vendedores y consumidores, se ha retratado una vez más sacando a la luz esta ley. Le importa un pimiento la salud pública, lo que realmente le preocupa es cuadrar sus cuentas. Sepan los señores políticos ayer presentes en el Congreso de Diputados, que los fumadores tendremos muy en cuenta a partir de ahora el sentido de sus votos.
Si el tabaco es tan malo, si mata, si ejecuta, si provoca todo aquello que dicen, que tengan la valentía y la catadura moral de prohibirlo desde su fabricación. De lo contrario, toda ley que sirva para poblar la sociedad de enemigos públicos imaginarios, es simplemente una aberración, una medida llena de cinismo que tiende a crear ciudadanos de primera y de segunda.
Lo de fumar en los bares no es una cuestión de legalidad, sino más bien de equilibrio y buena ó mala educación. No cabe duda que ahumar los pinchos de una barra con el humo del cigarrillo es una conducta tan insalubre y descortés como escupir a una anciana en plena calle. Pero prohibir que un fumador encienda un habano en una zona habilitada para fumadores, después de una comida opípara; es simplemente una norma plena de intolerancia y fanatismo puritano.
Y por cierto, a nosotros los amigos del vino, nos vendría bien releer aquel viejo poema :
"Primero vinieron a buscar a los comunistas, y yo no hablé porque no era comunista. Después vinieron por los socialistas y los sindicalistas, y yo no hablé porque no era lo uno ni lo otro. Después vinieron por los judíos, y yo no hablé porque no era judío. Después vinieron por mí, y para ese momento ya no quedaba nadie que pudiera hablar por mí".
A lo mejor, primero fueron los puntos de la Ley de Tráfico que han ocasionado graves perjuicios en restaurantes. Después a lo peor nos prohiben beber más de un vino al mediodía antes de comer. Y finalmente desaparecen los vinos de los bares y restaurantes. Y quién sabe si hasta de nuestras vinotecas caseras. Todo se andará, si los padres de la Patria siguen jugando a paternalismos ridículos y a ejercer una potestad intolerante que nadie les ha pedido.
Tabaco sí, con buenas maneras. Ahora y siempre.
  1. #1

    anonimo

    Estimado Juan,

    hace tiempo que sigo tus escritos y te tengo por una persona moderada, que disfruta con el vino y su parte intelectual. Y por ese aprecio que te tengo, comento tu entrada.

    Y es que, estando de acuerdo con el fondo de la cuestión, la idea de que no hay nada aberrante en una "sala para fumar habanos" al final de una comida en un restaurante, hay que matizar que es una gota en el mar.

    Lo que esta ley legisla es contra el acoso que los millones de no fumadores sufren y han sufrido por parte de los fumadores de cigarrillos que, ejerciendo un derecho legal (fumar libremente en establecimientos públicos), llenan de humo nuestros bares y restaurantes.

    Ignoro si eres fumador pero si lo eres, quiero decirte que en infinidad de ocasiones he ido a un restaurante y he pedido una botella de buen vino, para descubrir que mis vecinos de mesa fumaban cigarrillo tras cigarrillo, arruinándome la experiencia.

    Sí, me molesta mucho el humo del tabaco. Mucho. Sabía que era legal y que no tenía el derecho a pedir que dejaran de fumar.

    Claro, aquí está la diferencia entre el hedonismo de un habano en la "sala de fumar" de un restaurante Michelín después de una gran comida y el fumar compulsivamente cigarrillo tras cigarrillo, antes de pedir la comida, entre plato y plato y no digamos en la sobremesa.

    Respecto al poema de Brecht, creo que ha perdido su vigencia de tanto usarlo. Podríamos aplicarlo para cualquier decisión legislativa, pues toda ley regula el comportamiento de un colectivo.

    Y en lo que se refiere al carnet por puntos, siendo bebedor de vino, tengo que decir que creo que la persecución del alcohol al volante me parece positiva para el conjunto de la sociedad. En efecto, ahora controlo más lo que bebo cuando debo coger el coche. Y donde antes tomaba unos vinos antes de ir a cenar, ahora me los ahorro o me tomo una 0,0 y luego limito el vino en el restaurante a media botella, lo cual me permite disfrutar del vino sin poner en peligro mi vida o la de los demás. El día que necesite beber tres chatos antes de cenar, botella y media con la cena y luego una copa, creo que debería preguntarme si lo mío es disfrute del vino o un incipiente alcoholismo.

    Y, sí, en ocasiones participo de catas o cenas maridadas donde efectivamente se bebe más. Ese es el día del taxi compartido que, por unos pocos euros soluciona un problema que, a mi juicio, no es tan enorme.

  2. #2

    Juan Cuatrecasas

    Amigo Gaston :
    Ante todo comentarte que en efecto soy fumador. No me averguenzo de ello, aunque en estos tiempos que corren, tal vez debiera. Puede, amigo Gaston, que haya sido un tanto duro en mis aseveraciones sobre esta ley. Debes de entender que los fumadores somos un poco prisioneros en la actualidad, de nosotros mismos y de un Estado, que hace las cosas a medias.
    No es de recibo que por un lado se nos trate como apestados, se nos prohiba y persiga como a los cristianos en la Roma de las catacumbas, y por otro se fomente la venta de tabaco, (con nuevos sitios de venta que antes no se contemplaban y ahora sí) con mayor alegría que antes y se suban los precios e impuestos en las ventas de cigarrillos, para que el Estado pueda recaudar más a costa de los perseguidos. Me parece una vileza.
    Respecto a lo de la "gota de agua" del fumador de puros ó cigarrillos en salas habilitadas para el fumador en restaurantes, puede que a los que no fuméis os parezca eso. A los que fumamos, despedir una buena comida con un café y un poco de humo, nos parece genial, más que gota de agua, un oceano.
    Entiendo que a ti te moleste el humo, y para ello nada como aislar a los fumadores en salas habilitadas. ¿Qué hay de malo en ello?. Lo de los fumadores pasivos es un auténtico camelo. Una cosa es que os moleste, y otra que os afecte a la salud, algo que ya digo nadie ha logrado a día de hoy demostrar ni científica ni estadísticamente. De hecho hay estudios que aseguran que la contaminación eléctrica e industrial causa más daños a la ciudadanía que el humo de los cigarrillos.
    Todo tiene un equilibrio, y si bien hasta ahora en muchos casos se rompía en contra de los no fumadores, lo reconozco; ahora se va a quebrar en contra de quienes fumamos.
    Puede que el poema de Bretch esté muy usado ya. Pero lo que encierra, en el contexto que yo lo cito; no es ninguna bobada. Ya quiso la Salgado echar leña contra el mundo del vino, claro que le salió rana. Pero...nunca se sabe.
    Por supuesto que estoy a favor de penalizar duramente a quienes utilizan sus vehículos a motor en estado ebrio. Pero este tipo de leyes, por generalistas, influyen en lo diferente de igual modo. Es una pena lo que ha sucedido con los restaurantes por la noche, desde la entrada en vigor de la ley de puntos. Muchos se han visto condenados a la ruina. ¿Es justo que un agente comercial que trabaja a diario con su coche tenga de partida los mismos puntos penalizables que un padre de familia que solo usa el coche los fines de semana?.
    El alcohol, el vino; no afecta por igual en niveles de sangre a todo el mundo. Soy testigo de pruebas de alcohol a personas que han bebido lo mismo, siendo un resultado positivo y otro negativo.
    En todo caso, sigo pensando, desde la más respetable disparidad de opiniones contigo; que esta ley es aberrante, injusta y que logra crear ciudadanos de primera y segunda, al tiempo que condena a los que fumamos a la categoría de marginales, apestados y casi delincuentes.
    Hemos tenido que oir hasta que somos parásitos de la Seguridad Social, cuando en realidad, con los impuestos que se recaudan por el tabaco, se triplica el presupuesto del Ministerio de Sanidad del Gobierno de España.
    A partir del 2 de Enero, amigo Gaston, tendremos que fumar en las catacumbas, pero a partir de esa fecha los fumadores empezaremos a elaborar listas con todo lo que nos molesta y atenta contra la salud e integridad de las personas, y te aseguro que la lista puede alcanzar visos de interminable.
    Gracias por tu debate, y como siempre un abrazo muy cordial,
    Feliz Navidad
    Juan Cuatrecasas



"La comida es la parte material de la alimentación; el vino, la parte espiritual" (Alejandro Dumas).

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