Onomástica reserva 2004 (carlos serres).
Juan Cuatrecasas
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De una selección especial y producción limitada a 24.905 botellas, llegó a mi poder la número 416. El Onomástica 2004 de Carlos Serres se elabora a partir de un coupage de tempranillo, mazuelo y graciano, que resulta en primera aproximación a nariz como una canastilla de frutos rojos maduros, entre moras y frambuesas. En segundo acercamiento apareció un cierto toque avainillado. Ya en boca sus aportes son afrutados, y vuelve la vainilla, esta vez derivando a chocolate negro, como último resquicio. Final prolongado, sabroso.
La consistencia de este vino del Grupo Vivanco se basa en una agradable y gradual evolución desde la nariz hasta la boca, mostrando una estética rojo picota.
Un vino sabroso, que fue catado y degustado el pasado 11 de Setiembre, acompañando un bacalao a la vizcaína y unos callos elaborados por la mano experta del cocinero bilbaíno Alberto Zuluaga, propietario del Club Ranero y del Restaurante Zuluaga, sitos en Alameda de San Mamés.