El Alma del Vino

Descalzos viejos 2005.


Un vino elaborado por una bodega malagueña, propiedad de arquitectos; se intuye como poseedor de sólidos cimientos y viga maestra rotunda, sin atisbo de grietas. Durante su cata, alguién dijo estar frente a un vino impreso por el don de la tecnología, reñido con medidas artesanales de otro tiempo. Sin duda, la presencia de la arquitectura en su cuna, le imprime la misma noción de modernidad que cualquier edificio levantado en el presente.
En la esencia del Descalzos Viejos 2005 se vislumbra una notable personalidad.
En mis notas de cata apunté lo siguiente :

Color picota con grecas violetas. Nariz con frutas rojas y cierta presencia de boscosidad. En boca, mucho más expresivo. Comienza salitroso y termina en almendra tostada. En medio camino se queda, muy lejano; un toque de dulzor, que desaparece con rapidez. Final convincente.
Elaborado a partir de un coupage de syrah, garnacha y cabernet sauvignon, en idénticas proporciones, refleja con bastante fidelidad las características de un vino creado para gustar al bebedor más cómodo, el que sólo pretende divertirse al descorchar una botella. No es vino de nariz, como ya he dicho. Más bien es un vino de lengua y boca.
Cometí la torpeza de confundirlo con un Rioja, si bien desenfundado de su máscara, y repitiendo cata, vi con claridad que aquellas uvas no hicieron estos vinos.
Fresco y curioso, aunque a mi juicio carente de potencial final. Lo que yo denomino "vino de merienda".


"La comida es la parte material de la alimentación; el vino, la parte espiritual" (Alejandro Dumas).

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