Winewiththedoc

Primer Salón de Vinos naturales. HUB Madrid Mayo 2015

 

 

 

 

CRÓNICA AD HOC

Un viaje temprano en tren, una mañana muy soleada y calurosa en Madrid. Los Domingos son para degustar vino y para disfrutarlo. En el HUB de calle Gobernador, y desde las 10 am a las 20 pm de manera ininterrumpida, se pudieron degustar elaboraciones, de la mano de los propios elaboradores, enólogos, agricultores y viticultores del sector natural y ecológico. Todos ellos se mostraron amables y llevaron producto de sobra para poder deleitarse y para, adquirir sus proyectos de vino in situ, eso si, a precios moderados. 

Nos tenemos que dar cuenta de la dificultad del sector y por ende, del mercado al que llega, y al precio que puede llegar. No es apto para todos los públicos, quizá es para mayores de 18 años.

 

BODEGAS AD HOC

La Perdida (DO Valdeorras)

6º elemento (Rafael Lopez y su creencia en la Bobal)

Can Torres (DO Empordá)

Julian Ruiz y su esencia rural con Tango (Toledo)

Los vinos auténticos de Luisa Chova

Barranco Oscuro (de la familia Valenzuela, abanderada por Lorenzo)

Bodegas Cauzón de Granada (Ramón Saavedra y una Pi Noir para dejar evolucionar con el tiempo a su culminación)

Marenas de Córdoba ( con recuperación de variedades autóctonas )

Jacques Broustet de Chateau Lamery (tinto y dulce botritizado, pero que no debe compararse con Sauternes)

Vignerons bien Fêteurs (Alexandre Coulange y su Sauvignon Blanc al extremo,....suave y sedoso)

....etc

 

 

Me soprendieron gratamente algunos trabajos como la recuperación de la uva Bobal y Airen, llevadas a la fermentación extrema en condiciones supernaturales, sin que pierdan con el paso del tiempo, ni un ápice de bondad. Las Garnachas, Pinot Noir, Gamay, Merlot, Cabernet...todas sin estorbar su devoción al clima y al suelo. La Sauvignon Blanc fermentando una y otra vez,...a su libre albedrío.

Vinos de Sicilia, volcánicos con uvas de lava, de terrenos inhóspitos para el hombre, que han podido ser trabajados con tiempo y con sudor. Vinos de corazón como la Empordá que recuerdan a esos labriegos, que al terminar la jornada, descansaban bebiendo sus frutos en la copa, después de un duro día de espalda y lomos.

Una jornada de charlas, de reencuentros con gente de Madrid y compañeros del mundo del vino, que trabajan de Sol a Sol, como el vino que me acompañó en mi tren de vuelta, un Monastrell de Viña Enebro, que reseño ahora, de la añada 2009, y que fue él mismo, el que me acompañó en el crepúsculo.....ad hoc.

 

 

 


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