Remírez de Ganuza IV
Ardovino
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TRASNOCHO
Antiguamente, en La Rioja, la fermentación de los racimos enteros se realizaba
en lagos abiertos ( depósitos de hormigón ) donde se iban obteniendo sucesivos
tipos de vinos de muy diferentes características.
Al primer vino extraído, el más ligero y con menos alcohol, se le llamaba
lágrima. Le seguía otro, ligeramente más denso, que recibía el nombre de medio.
Estos, se obtenían por gravedad. El tercer vino era el repiso, que se producía
por el pisado de los racimos que, horquillada a horquillada iban, poco a poco,
apartándose y amontonándose en un costado del lagar.
Del montón de racimos pisados, rezumaba el vino que nosotros llamamos Trasnocho, que era
el más limpio, ya que se obtiene durante la noche, de ahí su nombre, sin ningún tipo de agresión.
Los racimos se llevaban posteriormente a un trujal, donde se prensaban
y daban origen al vino de prensa.
El Trasnocho, testigo de la calidad de la nueva cosecha, era el vino que se bebía
en las casas de los cosecheros en Navidad, por ser el primero que se aclaraba y permitía
apreciar las características organolépticas propias de esa cosecha.
Guiándose por él los almacenistas compraban por adelantado, en primer ´,
el vino que después irían comercializando
a lo largo de todo el año.
Tras doce años de experiencia elaborando vinos con un innovador sistema de prensado
ideado por nosotros, hemos decidido rescatar la antigua tradición de los vinos de trasnocho riojanos
que elaboraremos, exclusivamente, los años en que la naturaleza nos ofrece una cosecha
cuya uva tenga los hollejos de la calidad que deseamos.
En nuestra bodega, los vinos destinados a criar en barrica de roble se elaboran
de los hombros de los racimos ( parte superior ) a partir de granos
de uva despalillada ( sin raspón ). El primer vino, el vino yema, lo obtenemos
en la fase del descube y supone el 85 % del volumen total de cada depósito.
Exprimiendo los hollejos durante la noche, obtenemos el segundo vino,
al que llamamos Trasnocho. Para ello, introducimos una bolsa de PVC alimentario
en el interior del depósito, la llenamos de agua y es el propio peso de la bolsa
el que exprime los hollejos, liberando así el 70 % del vino que éstos aún contienen.
El 30 % restante se extrae mediante una prensa y no se utiliza ya en nuestros vinos.
Este procedimiento, tan sencillo, pero tan especial a la vez, evita la fricción
entre los hollejos y la oxidación del vino, con lo cual extraemos sus virtudes
y no los defectos, como la aparición de aromas herbáceos y sabores agrestes indeseables
que produce el prensado habitual.
En las bodegas Fernando Remírez de Ganuza se trabaja con viñas viejas
de más de 50 años que vendimiamos manualmente en cajas de 12 kilos que, posteriormente,
seleccionamos en nuestras exclusivas mesas de selección, llegando a la separación
del racimo en puntas y hombros. Son éstos últimos los que utilizamos
en la elaboración del Trasnocho.
Maloláctica y crianza: 20 meses en barricas nuevas.
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