Miguel Martínez. Bodegas Ojuel.
Miguel Martínez vino a presentar el pasado 8 de febrero jueves, su proyecto a Bodega Urbana de Bilbao.
Elegido enólogo joven revelación por Tim Atkin este mismo año, en la presentación tuvo palabras de elogio y cariño hacia Ana Martín y Pepe Hidalgo, quienes le asesoraron en sus viñas familiares.
Sojuela es un municipio de La Rioja ( Rioja Alta ) a 14 kms. de Logroño y próximo a Entrena, Medrano, Navarrete, Fuenmayor y Moncalvillo.
Sojuela es un término municipal de montaña que comienza en 550 mts. y termina a 1.400 mts. En esa diferencia de altitud se producen varias curiosidades. En primer lugar, la diferencia de temperaturas hace que se vayan creando muchos biotopos diferentes, con una variedad de mariposas impresionante. La mitad de variedades existentes se pueden encontrar en Sojuela. Incluyendo varias de ellas protegidas por la Unión Europea. Todo ello nos habla de la riqueza y de la biodiversidad del entorno. Las etiquetas de los vinos hacen referencia a ellas.
Situado enfrente de Sierra Cantabria ( al norte ) con los cultivos y viñedos orientación norte también. Pequeñas parcelas, minifundio, con una altitud media de 750 mts. el viñedo comparte cultivo con cereal, manzana y pera conferencia, principalmente.
La filosofía de Miguel es seguir la viticultura con la menor intervención posible. Cerca de 9 has. de viñas en vaso ( 6 has. de viñedo viejo heredado de la familia ) y en espaldera ( 3 has. plantadas nuevas ) repartidas en 39 parcelas.
En la cata, se presentaron primero los tintos, luego el blanco, para terminar con el supurao.
El primer vino que nos presentó fue un maceración carbónica Aloja · Sierra Moncalvillo.
Elaborado como vino joven, el que hacían los abuelos en la tradición trabajando la oruja. Se echaba el racimo entero en `los lagos´ y se dejaba fermentar unos 10 días. El nombre de Aloja viene de una bebida que se consumía en el S.XVIII y que se hacía con la nieve de los neveros a la que sumaba vino blanco y especias … La similitud de compactar la uva en el pisado con lo que le pasa a la nieve en esos neveros le dio pie al nombre del vino.
Añada cálida en el que la uva llegaba muy madura. Vino de color abierto, ligero, frutal, sin apenas rastros de carbónico, muy fresco, natural. Vino al que no le añade tartárico ni cítrico para enmascarar. Goloso, donde destacaba el regaliz y la fruta roja.
El segundo vino fue el Ojuel Salvaje. Viñas situadas en la zona más sur del pueblo, casi toda de garnacha. Procede del viñedo de `La espinilla´ de 750 mts. de altitud con una ligera pendiente. Es una parcela de la que está muy orgulloso, pues refleja el terreno y sus condiciones, transmiten sus características de terroir al vino de ese año.
Vino de capa media, media – baja, me pareció muy garnacha en boca, sedoso, con bastante frescura a pesar de los 14,5º, casi 12 meses en barrica usada de 4º - 5º año, aún falto de botella.
Miguel recurre al frío del invierno, saca las barricas a la calle para dejar que limpie el vino de forma natural. No es solamente no echar productos enológicos, sino que también se ayuda de estos medios para hacer un vino lo más natural posible.
Embotellado por gravedad
Comprometido con la huella de carbono. 11 sobre 12 posibles.
El tercer vino es el Carrasojuela. Vino procedente de la zona norte del pueblo, de 2 pequeñas parcelas, viñas de `fanegas´( fanega son 2.000 mts. cuadrados ). El nombre de Carrasojuela viene de `Carra´ – que en castellano antiguo significa `camino a … ´ - así que Carrasojuela significa Camino a Sojuela, de Entrena a Sojuela. Viñedo situado a aproximadamente 550 mts. de altitud. Se elabora con 7 - 8 variedades diferentes · tempranillo, garnacha, maturana, monastel, algunas blancas 10-15% del total … vendimiadas a la vez.
Un año en barrica, otro en botella y listo. Lleva algo de sulfitos, pero muy artesano. Vino que marca también la rusticidad de la zona, con bastante tanino y capacidad de guarda. Complejo y con recorrido. El que más me gustó de la cata.
El cuarto vino fue el Cerrosojón. Vino de carácter atlántico, fresco, coupage de 2 variedades: Maturana y Mazuelo. Miguel nos comentó anécdotas sobre la Maturana tinta … una vez autorizada por el Consejo Regulador, hubo un sector crítico que decía que era una forma encubierta de autorizar y de encubrir una cabernet, pues se asemeja mucho a esta variedad …
Lo cierto es que Miguel cultiva una viña vieja en Sojuela en donde se encuentran cepas de Maturana tinta de aproximadamente 80 años !!!
Esta Maturana de Sojuela, es racimo más pequeño, más compacto, de piel más dura, que aporta un color rojo picota precioso y bastante acidez. Notas de pimiento de la huerta riojana, apunte de Miguel.
Vino también con capacidad de guarda, tánico y varietal.
Gráfico en el que coinciden estas variedades, todas ellas con un registro en su ADN muy parecido.
El quinto vino, el tempranillo blanco. Miguel nos recordó que en Murillo de Río Leza, un viticultor encontró un racimo de uvas blancas en un viñedo de tempranillo tinto de toda la vida. Ocurrió que en una cepa, un racimo mutó a blanco. Se había producido un albinismo, y es que todas las variedades blancas provienen de las tintas.
Vino macerado con pieles que se asemeja a un verdejo por su toque herbáceo y vegetal.
Por último, el sexto vino, el supurao, es beberse una historia, una tradición. Vino que hacía el viticultor para su casa, de subsistencia y para celebraciones íntimas. Lo racimos que quedaban en las viñas, racimos de uvas muy sueltas, muy sanas recogidas manualmente y que se colgaban en la parte alta de las casas.
Las colgaderas, donde Miguel cuelga unos 6.000 kgs. de uva para elaborar el vino dulce. Es recuperar la tradición de los pueblos con economía de subsistencia, la cultura rural que vivía de las cosechas.
Se llevaban los racimos a los sitios altos, ventilados, se iban colgando y se dejaban secar para al final del invierno prensarlas y hacer un vino de autoconsumo, que no se solía vender, y que se destinaba a ocasiones especiales.
Miguel hizo referencia al arrope, provienente de la época morisca. A los musulmanes que por religión, no podían beber alcohol, se les permitía recoger las uvas que se quedaban sin vendimiar ( la racima ), del mosto que obtenían, lo hervían, de ese primer hervor, mataban las levaduras, por lo que ya no podía fermentar · podían beber sin pecar ·, lo seguían reduciendo hasta conseguir un sirope, mermelada según al gusto. De ahí su aportación a la gastronomía árabe, rica en dulces. Había que comer de la viña, aparte de beber !.
Picoteo para compartir opiniones sobre los vinos y ambiente de 10.
Alrededor de 40 personas en una cata muy amena y didáctica conducida por Ana Martín.
Enlaces interesantes
3. http://www.lomejordelvinoderioja.com/rioja-2018-segun-20180209003325-ntvo.html
Su madre, Mila, en el viñedo.
Muchas gracias
Eskerrik asko, Miguel y familia !!!
Un tío con los pies en el suelo que nos cautivó con su verdad, sus vinos y su manera de ser.
Châpeau !!!
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