Bodega Pago Casa Gran tradicion con nuevas fronteras

El nombre de la finca donde se sitúa la actividad es Casa Gran. Finca situada en Mogente o Moixent que esta en el sudoeste de Valencia. Finca situada a unos 500 m. sobre el nivel de mar en la parte interior de Valencia. Comprende unas 100 Has. de las que el viñedo ocupa la mitad, la montaña que ofrece su falda a la finca albergo un poblado ibérico en el siglo 4º antes de Cristo. toda la zona que comprende esta finca junto con otras, constituye una gran área, que esta calificado como de especial protección. Con esta antesala, procedemos a descubrir Bodega Pago Casa Gran y sus vinos.

La Bodega Pago Casa Gran retomó su andadura en 2006, tras cuatro décadas de trabajo familiar. Un proyecto asesorado desde el Priorat, un proyecto joven y entusiasta, con un único objetivo "producir vinos de calidad bajo un marco ecológico, donde la tierra aporte a la vid todas las connotaciones para culminar vinos repletos de matices." Por esto Carlos Laso habla de "tierra viva" y "uva de gran calidad".

En la Casa Gran se crían variedades tintas y blancas, un total de 10, esto es posible por los distintos parajes, orientaciones, tipos de suelo y el esmerado cuidado. La finca tiene planicies, faldas de montaña, arroyos y zonas de barrancos. En las zonas mas fértiles se crea competencia con la hierba autóctona y se aumenta la densidad de plantación para conseguir unas condiciones óptimas. Métodos de cultivo desde 2005 acogidos por la agricultura ecológica que permite que la planta consiga su equilibrio.

La Bodega consigue mantener intactas todas las propiedades conseguidas en el campo, gracias a un trabajo cuidadoso y al empleo de técnicas respetuosas con la uva. La manipulación de la pasta y la del mosto se hace (sin bombas) por gravedad con tanques de transporte. Las extracciones de taninos de la piel son lentas y suaves. Se utilizan barricas de roble francés de distintas dimensiones y distintos tostados para acabar de pulir los vinos.

En los vinos de Pago Casa Gran están patentes de forma clara las características de la tierra. Sus vinos son mezclas varietales y las proporciones se establecen cada año dependiendo de la vendimia. Sus vinos se marcan por dos agrupaciones, la primera que es llamada Falcata contiene los más exclusivos y la segunda que llaman Reposo contiene los vinos de expresividad joven.

Las plantaciones de Pago Casa Gran siguen los cuidados de agricultura ecológica desde el 2004 y en 2008 se otorgará la certificación. Estas técnicas no suponen una novedad para sus campos, sino una vuelta a lo que hace una década era común.

La cubierta vegetal permanente hace posible que mejore la calidad de la uva y se consigue por diferentes acciones combinadas; Las raices viajan mas profundo y encuentran un mejor equilibrio hídrico para ellas mismas.

La bodega tiene suficiente capacidad para almacenar toda la cosecha de una vez. El proceso se basa en uvas de excelente calidad y por ello subsisten con contenidos muy banos de sulfitos y hacer maceraciones extra-largas sin miedo a extraer elementos extraños. Además el método de elaboración es similar al de la antiguo Borgoña, desde la vendimia, despalillado, aplastado y fermentación.

LA CATA de Pago Casa Gran
Equipo de cata formado por (Ana María, Laura, Marina, Fran, Rafa y Antonio Jesús)

Fotografía: La mesa de cata preparada para el evento

Bodega: Pago Casa Gran - D.O. Valencia - Blanco sin crianza - Graduación (% vol): 12.5 - Varietales: 33% moscatel, 33 % chardonnay, 33% Gewurztraminer - Elaboracion: Fermentación y maceración en depósitos de acero inoxidable, con control de la temperatura. Cada variedad por separado a 7º C. Trabajo con lias constante durante dos meses. Fermentación maloláctica parcial en acero inoxidable. - Precio aproximado: 6€ - Venta: http://www.pagocasagran.com/

Escasa producción, de apenas 3.000 botellas, para este vino, de etiqueta jovial y moderna, fruto de la mezcolanza original y atrevida de tres variedades de uva de perfiles bien diferentes: Moscatel, Gewurztraminer y Chardonnay. Este singular coupage es un valor añadido que da cierto atractivo al vino, la botella se descorcha en una búsqueda impaciente de los aromas que pueden resultar de tan especial ensamblaje.

El trabajo de Pago Casa Gran, su cuidado y continuo estudio de la vid, hacen que vinos como Reposo blanco nos muestra una cara distinta, un coupage con uvas como Moscatel, Gwüstraminer y Chardonnay.
En nariz destacan el dulzor de la Moscatel y la frescura y toque ácido de la Gewüsrzrtaminer, no así en boca, donde la Chardonnay toma el nombre.

Un vino amarillo dorado, luminoso y atractivo.
En nariz en sus inicios desprende aromas de la serie vegetal como el té y boj. Pronto aparecen las sensaciones frutales -pera, piña y plátano-, en su desarrollo luchan las varietales perdurando las notas ácidas y el toque de fruta dulce, rodeada por sensaciones florales de camomila y manzanilla.
En boca semidulce en su ataque para ir perdiendo dulzura y transformarse en su final con sensaciones salinas. Un paso con toques cremosos que recuerda a un monovarietal de chardonnay y su característico toque graso, acompañado con ligeros toques cítricos que acompañan aportando frescura a las notas melosas de la fruta.
Reposo blanco 2007 en verema.com

REPOSO TINTO JOVEN 2006

Bodega: Pago Casa Gran - D.O. Valencia - Tinto sin crianza - Graduación (% vol): 14.5 - Varietales: 34% Merlot, 23% Cabernet, 23% Shiraz, 20% Monastrell - Elaboracion: Mecánica de madrugada, fermentación y maceración en depósitos de acero inoxidable. Cultivo en reconversión a ecológico desde 2005. Cubierta vegetal permanente autóctona. El vino permanece en botella un mínimo de 3 meses hasta el consumo. Producción de 40000. Precio aproximado: 5.5€ . Venta: http://www.pagocasagran.com/

Producción relativamente limitada para este joven de la bodega, de la añada 2006, del que se produjeron tan solo 40.000 botellas y que apareció en el mercado hace poco menos de un año. Coupage en su mayor parte internacional, formado por las variedades foráneas (aunque cada día que pasa mejor adaptadas a nuestros terruños) Cabernet Sauvignon, Merlot y Syrah, que acompañan como fieles compañeras de viaje a la protagonista de lujo de los vinos del levante español, la Monastrell.

Con una presentación en la que destaca una botella de formato especial, de líneas suaves, con perfil moderno y una etiqueta de estilo jovial y desenfadado, este vino parece anunciar ya antes del descorche su loable intención de haber sido concebido para satisfacer los gustos de paladares jóvenes, si bien exigentes; o quizás de entusiastas de la frescura, la chispa, las sensaciones frutales y de inmediata evocación placentera, de la alegría de beber el fruto más cercano a la vid y a la vez más franco con el terruño.

La visual pinta con todos los colores propios de la juventud, con una paleta tonal que se abre a los rojos de la cerezas y las picotas y a las diferentes irisaciones del violeta, el purpura y el granate. Con una capa no muy cubierta y un menisco degradado con tono cardenalicio, el vino nos sigue hablando en esa línea de la juventud pletórica, “disfrutona”, y sin embargo reposada y segura de sí misma.

La nariz es un canto amable, sin estridencias, a la fruta, roja y fresca, que incluso se muestra desenfadada al expresarse en un primer plano de golosinas, de “regaliz” rojo y gominolas de fresa y mora. La Syrah se expresa en forma de flores moradas y rojas que se combinan con encanto para adornar con pinceladas justas los aromas frutales que se muestran con franqueza, aunque con intensidad moderada, desde el principio. No queda ahí, sin embargo, el ramillete de aromas: a la frescura de la fruta roja se unen en armonía los arpegios de notas herbáceas, agradables y sugerentes, de retama y regaliz negro. Por último, un sutil fondo mineral, terroso, acaba de aportar una elegante pátina de barniz que ya sólo puede embellecer el “cuadro”.

En definitiva, un perfil aromático juvenil, fresco y comedido, con ausencia quizás de esos apuntes golosos y de fruta negra madura que cabría esperar de la Monastrell, y con la complejidad suficiente para hacerlo un vino más que interesante en nariz.

En boca, tiene una ataque de mayor intensidad que en nariz, donde unos taninos bien conformados, carnosos y jugosos, constituyen el principal aliciente de un paso por boca fresco y dulce, con estructura suficiente para transportar la carga frutal de fruta roja, los amargosos muy gratos de la línea de los regalices, y una acidez refrescante, vibrante pero integrada. Destaca su textura aterciopelada que, junto con la frescura y la amargosidad, lo dotan de cuerpo y lo hacen parecer un vino hecho, serio, de líneas robustas y muy alejado de la facilidad de trago y la simplicidad de formas.