De color rubí rojizo de capa media, claro, límpido, sin asomo de precipitados. Reflejos ambarinos y grandinos, brillante, refulgente. Borde amplio, atejado.
Un Campillo en forma, sobrio, de media intensidad, poseedor de una buena dosis de maderas cremosas que suman notas de cuero viejo, fibras vegetales, mimbre, y un fondo de fruta roja perfumada y bastante reducida de buena calidad. Alejado del Rioja más tradicional; nada que ver con el Faustino gran reserva. Evoluciona muy bien al tomar aire, cada vez más atractivo, perdiendo peso y ganando en ligereza. Acaba por sacar un fino aporte de salvia, hiedra y pimienta negra en mortero. Resultón!!
En boca es liviano, suave, muy pulido por los años. Los taninos ni se intuyen de lo bruñidos que están. El conjunto parece más evolucionado que el Campillo de 1978 y con menor peso aunque ambos comparten mucho en común: el mismo equilibrio y orden. Se ve la mano de la bodega por todas partes (algo que se veía claramente incluso en el caso del GR de 1982). Con un poco más de profundidad serían vinos muy a tener en cuenta. Quizás sean demasiado homogéneos... De todas formas, parece que está en un momento aconsejable de consumo. ¿Para qué esperar más?
Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2015/03/campillo-1989-gran-reserva.html
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