Una añada que me ha desconcertado, ha perdido personalidad para ganar amplitud de público, un vino más versátil, franco y sincero. Que le gustará a más público, aunque nunca ha sido un vino complicado de entender si ofrecía características propias que formaban un personal perfil aromático, el cual se ha abierto.

En añadas anteriores tenía menos presencia la Petit Verdot y eso se hace notar siendo ahora un vino de corte actual, de una bodega muy joven y con una, aún más joven si cabe, enóloga y están consiguiendo unos vinos muy interesantes en una DO que quiere despuntar. Con ganas de probar su monovarietal de pinot noir.

Color cereza, borde granatoso, capa media, lágrima aceptable. En nariz con buena intensidad hay fruta negra madura, pero sobre todo mentolado y balsámicos y una presencia mineral interesante. En boca tiene buen ataque, buena acidez, presencia de taninos, bien estructurado, fruta negra confitada y un final mentolado aunque algo más corto de lo que parecía iba a ser.
Buen vino y que un poco más de tiempo en botella no le hará mal. Sobre 16-18€.