De color cereza con ribete degradado que muestra evolución.

La nariz es de gran complejidad tras aireación, el vino muestra matices terciarios, cueros y va surgiendo fruta madura que redondea el conjunto. 

En boca es fino, tanino pulido, buena acidez que acompaña un paso ligero, elegante, complejo y muy largo.

Se notan los años, pierde algo de tensión pero ha ganado en complejidad.

Huelga decir que se trata de un vino que precisa de decantación, y no por poco tiempo.

En nariz aparecen aromas animales, para posteriormente pasar a una fruta rioja entremezclada con especias, cómo el laurel, tomillo y clavo.Agitando la copa desaparecen esos aromas animales que a pesar de que a mi no me gustan, entiendo que forman parte de la filosofía de Gran Reserva.En los terciarios encuentro aromas de desván y vainillas.Lo cierto es que tiene buena intensidad de aromas, nobles y particulares.

En boca es otra historia el vino, para empezar asombra su acidez, que se deja sentir durante todo su paso por boca.La fruta esta muy viva, sigue siendo roja e intensa, los taninos están bastante pulidos y dejan un paso suave y placentero.Para sorpresa, el paso por barrica es casi inapreciable, pues no es un Gran Reserva clasicon en absoluto, más bien lo contrario.Deja un recuerdo largo y frutal.

Sorprendente Gran Reserva, con una descarada juventud.Marido a la perfección con un gorrino al horno de leña.

La teoría: Pesquera Janus sólo es elaborado en añadas en las que la cosecha ha sido de excepcional calidad. Este vino surge de la idea de Alejandro Fernández de hacer dos vinos diferentes a partir de las mismas uvas. Se supone que la mitad de la excelente cosecha se lleva a un lagar de piedra para hacer el vino a la vieja usanza. La otra mitad se despalilla y se lleva a los tanques de acero inoxidabes. Una vez obtenidos los dos vinos, se mezclan y se dejan tres años en barricas de roble americano. El vino fue bautizado con el nombre de ‘Janus’, en honor al dios romano de las puertas y umbrales (llegadas y partidas), de las vías de comunicación y de todo aquello que tiene un principio. Un dios con dos caras, que miran al pasado y al futuro, en relación a las dos técnicas empleadas en hacer este vino.

La práctica: el mejor Pesquera que he probado, de largo. Tan mineral, evolucionado y delicado como cualquier Gran Reserva de Pesquera pero mucho más sedoso, aterciopelado, excelente complejidad y ausencia total de acidez tánica. Muy complejo en nariz, un delicado aroma que anuncia el buen vino que vamos a beber. Pienso que dentro de unos años el vino habría ganado algo, pero era una ocasión especial y valía la pena el pequeño infanticidio. A medida que avanzó la cena el vino se abrió más y apareció la fruta madura integrada con la madera de forma perfecta, con una persistencia fenomenal.

Vinazo.