Vuelvo casi un año después a este refugio de los buenos vinos que suelen ser los hijos enológicos de Alejandro Fernandez.
Sigue en plena forma, mantiene buen color y una nariz tremendamente elegante y compleja con esa fruta de calidad, cueros finos, especias dulces junto a clavo y pimienta, hierbas de monte, anisados y un fondo mineral y floral.
Boca sabrosa, goloso, frutal, maduro, con taninos sedosos y acidez correcta , aunque quizá haya perdido algo de fuelle en lo que a las papilas gustativas se refiere.
Aún así recomendable, y le queda recorrido oiga!
Un valor seguro este tinto de Alejandro Fernández. Cereza picota de nuena capa e intensidad, nariz con un primer golpe láctico, cueros finos, fruta madura, especias dulces junto a clavo y pimienta, hierbas de monte, anisados y un fondo mineral y floral.
Boca sabrosa, goloso, frutal, maduro, con taninos sedosos y acidez correcta con un final largo, en el que se marca mucho la mineralidad y los aromas de bosque húmedo. Un vino elegante y equilibrado con una buena integración fruta y madera, muy en la línea de su creador.
Picota de brillo medio e intensidad alta con una lágrima densa y glicérica.
Nariz de media intensidad, especiados dulces, canela, vainilla, curry, refresco de cola, cereza en licor, anisados, suaves recuerdos herbáceos, de pelo de caballo y cuero.
Boca potente, seca, con tanino carnoso algo maderoso, equilibrado, con cuerpo, cerezas, animal, especias, chocolate negro.Cierta rusticidad.
Con la aireación gana mucho.
85
Ha subido mucho de precio en estos últimos dos años. De los 12€ a los 17/18€ actuales.
Picota oscuro con borde amoratado. Limpio y brillante, capa alta.
Aromas profundos que sin mostrarse cerrados requieren de cierta aireación para que ofrezcan las virtudes del vino; detectamos frutas rojas y negras, tabaco, tierra mojada, especias dulces como comino y canela, pimiento rojo, madera, polvo y humedad.
Boca corpulenta y masculina, con un tanino algo áspero aunque noble. Notas frutales, ahumadas, húmedas, cárnicas y pedregosas. Frescura correcta.
Final medio con recuerdos primarios.
Un Pesquera más agreste y oscuro que 2009, con menos acidez y lozanía pero quizá con más empaque. Apostaría por este vino en cinco o seis años.
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