Visual: Rojo picota capa alta.
Olfativa: Fruta negra madura, vainilla, tostados, presencia de la madera, fondo especiado.
Gustativa:Paso medio, buena acidez, buen retronasal. Momento óptimo de consumo.

Botella bordelesa, etiqueta típica de la bodega. Color rojo muy oscuro, menisco morado, lágrima abundante. En nariz predomina la barrica y las especias. En boca se muestra muy delgado, con poco empuje, y a pesar de que el posgusto es correcto la impresión es pobre.

Creo que en las últimas cosechas la bodega se está decantando por hacer vinos más "comerciales" más fáciles lo que los hace unos vinos planos y sin la personalidad y la fuerza de antaño. A pesar de todo esto un Pesquera sigue siendo un Pesquera; los técnicos de la bodega conocen la Tempranillo como nadie y la utilización de nuevas y buenas maderas les hace conseguir un buen producto. Pero los fieles de la bodega querríamos poder seguir disfrutando de aquellos vinos potentes y estructurados que situaron la bodega en el lugar donde está. ¿Será quizás que Alejandro ha perdido un poco el control de las últimas cosechas?
Con relación al vino se presenta esta cosecha con un limpio y bonito color morado con ribete cardenalicio.
En nariz no sobresale como antes pero se notan aromas a vainilla y frutas negras de mediana intensidad.
En boca es de cuerpo medio y paso ligero un pelin acuoso para mi gusto.
La relación calidad precio es correcta para lo que hay hoy en día.