Amarillo dorado límpido y brillante.
Es de un rico y fino aroma, notas de oxidación noble, donde se aprecian mieles, crema inglesa, toffees, hojaldre, avellanas, manzana asada, canela y vainilla. Es todo un recital y si bien se nota el paso del tiempo y que su mejor momento ya pasó, es elegante y claro.
En boca es grande, tan amable como sabroso y con una cierta frescura, mascas las cremas y la moka, suave dulzor, tierno carbónico, suave pero no perdido. Agradable y sensitivo, demuestra la capacidad de guarda de esta bodega.
Qué ganas que teníamos de probar este cava amigos. Desde luego llama la atención que esté más de 11 años de crianza con sus lías, increíble. Sacamos la botella de la nevera, la abrimos y dejamos respirar por espacio de 20 minutos antes de servir y proceder con su valoración a 8°C.
VISUAL: Presenta un impactante color amarillo oro, muy luminoso y brillante. Con dos o tres rosarios ascendentes de burbuja finísima y constante (94).
OLFATIVA: En nariz encontramos marcados aromas amaderados bastante potentes, con personalidad. Después emergen aromas propios de su larga crianza con las lías, levaduras, frutos secos (avellanas tostadas), "pan quemao" y manzanas asadas. También podemos intuir apuntes herbáceos de hinojo, florales de jazmín y de rosas marchitas. Con una intensidad media es realmente complejo aromáticamente (93). La verdad es que es necesario dejarlo respirar un poco pues recién abierto se muestra un tanto cerrado con registros rancios incluso, que van desapareciendo con la oxigenación.
GUSTATIVA: En boca es sabroso, cremosito y de gran amplitud, con el carbónico exquisitamente integrado y bastante seco en su paso por boca, con el alcohol ligeramente notorio, aportando carácter. Los aromas retronasales nos recuerdan a las almendras crudas, con un exótico atisbo de fenogreco y de nuevo un fondo dulzón a manzanas asadas. En el post-gusto es tremendamente amable, de largo recorrido, con sabores cítricos a corteza seca de naranja, a orejones, galletas danesas, mantequilla en pomada y bollería, con un delicado toque amargoso de amaretto. Qué barbaridad de matices, espléndido y largo, con una persistencia de tres minutos y medio de gran disfrute. Un cava totalmente atípico, "aviejunado" si me permitís el palabro, y excepcional en su complejidad en donde el tiempo ha obrado su magia. Maravilloso cava, sí señor!! (94).
La RCP pese a costarnos 47 euros la considero muy buena, es algo tan excepcional que obviamente tiene su precio.
MARIDAJE: Nos lo tomamos al final de la comida con unos bombones suizos. Fantástico maridaje, las notas de cacao y mantequilla del chocolate en total armonía con los toques cítricos y de bollería de nuestro singular cava. Toda una experiencia amigos y que recomiendo abiertamente.
Salud-os!!
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