Picota claro con ribete del mismo color. Capa muy baja. Limpio y brillante.
Nariz definida, limpia y varietal. Detectamos flores silvestres, moras, frambuesas y tonos licorosos. También se distinguen esos aromas ahumados tan característicos de la zona, especias punzantes como la pimienta y el curry, chiles frescos, balsámicos, barrica vieja, café en grano, tabaco, cueros y mineralidad.
El paso aunque firme y delineado es mucho más sutil y femenino que en otros tintos de este productor. Tanino seductor y aterciopelado con un regusto dulce, excelente acidez. Violetas, fruta roja, tostados, tabaco de pipa, piedras...
Gran final, algo amargo y muy duradero.
Una pinot noir fina, balanceada y armónica. Los vinos de Bourée ofrecen un estilo y una personalidad únicas. Otro de esos nombres, en este caso borgoñón que no deberíamos perdernos, pues todo lo que toca lo convierte en oro.

Rojo rubí, ribete rojizo, capa media.
Nariz con buena intensidad y de corte primario, predominando la fruta y la flor. Notas florales, frutas rojas muy bien definidas, un ligero toque especiado, las trazas terrosas y minerales típicas de la zona, ahumados y balsámicos, tabaco de liar, un vino directo y complejo, muy expresivo.
En boca es directo, rectilíneo, redondo, con una buena acidez y un paso delicioso por su balance y equilibrio, todavía joven pero mostrando la gran materia que lleva dentro. Final de frutas rojas y especias, con recuerdos finales terrosos y ahumados. Tanino fino e integrado. Buena persistencia.
Pierre Bourée es un productor en claro ascenso, con vinos cada vez más directos y definidos dentro de su estilo muy clásico. Este Gevrey “villages” es una clara muestra de ello, un vino encantador en esta fase de juventud y que no hará más que ir mejorando. Excelente borgoña a precio pagable, unos 30 euros.