Nuevos tiempos para el mundo del vino con Obama
Jordi_Melendo
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Al buen aficionado al vino le gusta ver que sus gobernantes saben apreciar las virtudes de este líquido tan especial. El productor de vinos también muestra su satisfacción cuando observa que los políticos apuestan por fomentar la cultura del vino, lógicamente dentro de un consumo moderado y responsable, y al mismo tiempo apoyan el dinamismo comercial del sector, sobretodo por lo que respecta a las exportaciones. Hablando de este tema recuerdo la cara de malas circunstancias que ponen algunos vitivinicultores franceses cuando se les recuerda que a Nicolas Sarkozy no le gusta nada el vino, destacada seña de identidad de nuestro país vecino.El júbilo que se sintió en los Estados Unidos en el momento de la elección de Barack Obama tuvo un carácter particularmente especial para el sector del vino norteamericano. Contrariamente a George Bush, abstemio que dejó el alcohol hace más de 20 años, Obama es aficionado de vino y en su residencia de Chicago posee una bodega con una capacidad de mil botellas.
La revista Wine Spectator apuntaba que han sido los amantes del vino quienes han ayudado a que Obama se convierta en el primer presidente afroamericano inquilino de la Casa Blanca, ya que nueve de los Estados americanos más consumidores de vino votaron masivamente por el senador de Illinois, con la única excepción de Texas, el feudo de Bush. Los 28 Estados que eligieron a Obama como presidente consumieron casi el 80 % de los 300 millones de cajas de vino consumidas en los Estados Unidos en 2007. El periódico San Francisco Gate puso especial énfasis en los Estados productores de vinos, puesto que los que votaron a Obama producen el 98,6 % del vino elaborado en Estados Unidos.
Se abre pues una puerta a la esperanza de que el vino local impacte en los hábitos de consumo de los estadounidenses y en consecuencia, con los buenos vinos que se elaboran en todo el mundo.