Restaurante La Cepa Vieja. Genética e inquietud.
Después de varios años sin visitar este encantador restaurante, volví hace un par de meses en un día de entre semana con un buen amigo y tomé el excelente y económico menú diario del que dispone el Restaurante La Cepa Vieja.
Encontré a Raúl y a Cecilia igual de jóvenes y de guapos. No ha pasado el tiempo para ellos. Y lo mismo digo del restaurante. Pero si esta pareja no ha crecido horizontalmente (como digo están en plena forma), el restaurante sí lo ha hecho, verticalmente. Mantiene su esencia, esa que les proyectó en el ambiente gastronómico de la ciudad nada más abrir, allá por el otoño-invierno de 2006, cosechando rápidamente numerosas y buenas críticas.
La Cepa Vieja. El Local... y la estación del AVE.
El local es lo que es. No se le puede sacar más partido del que le sacan.
De dimensiones reducidas, la sensación no es en absoluto agobiante gracias al desahogo visual que suponen el gran ventanal de la entrada y la cocina acristalada al fondo. Dispone de dos zonas: la de la entrada y un pequeño pasillo pegado a la barra y la cocina, que están alineadas.
Y como digo ahí siguen, con la fortuna ahora de que "les hayan puesto" la estación de tren Joaquín Sorolla, la del AVE, a escasos metros, lo que les convierte en una maravillosa opción para aquellos que parten hacia Madrid por la tarde, pudiendo comer muy cerca, sin agobios, y por un módico precio. Y comer bien.
La Cepa Vieja. Gastromatrimonio.
Raúl ya no está en sala, ya no tiene cocinero (¡cuantos años y cuantas anécdotas!, ese desprendimiento de algo que golpeó en la cabeza de alguien….) ahora cocina él -casi desde el principio- y Cecilia está en sala. Ambos lo bordan, son un “gastromatrimonio” de muchos quilates.
Hablando de “gastro”, creo que no me equivoco si digo que la Cepa Vieja fue uno de los precursores de los gastrobares, uno de los pioneros de locales con gusto y con toque en cocina y con conocimientos y trato amable de los vinos, con precios ajustados y ambiente informal.
Raúl, un tipo humilde, sincero y directo, no es un “cocinero de escuela”.
No, Raúl Calatayud es un cocinero intuitivo, genético. Por sus venas corren la pureza, limpieza y sencillez de la tradición de esa Valencia del interior, del suroeste (La Canal de Navarrés), pero también la inquietud, la contemporaneidad. Ese grupo sanguíneo se refleja en sus platos, porque es eso es lo que al final degustas, con unas dosis de "inquietud creativa".
Y sabe de vinos. Sabe de verdad. Y de quesos. Sabe él y sabe Cecilia. Cecilia Bravo quizás incluso sepa más que él, aunque acostumbre a permanecer en un entrañable segundo plano.
Siempre que vas ahí, sales con algo nuevo, con un descubrimiento. Algo tan lejano y extravagante como un raro queso negro de noruega o algo tan cercano como una genuina e ignota bobal valenciana. Algo te enseñan. Siempre.
La Cepa Vieja. Menú Gastronómico.
Tras ese menú de diario que comentaba al principio que supuso el reencuentro, me quedé con tan buen sabor de boca que me prometí ir a cenar un fin de semana a probar su menú gastronómico.
Fue un deleite.
“Ponednos lo que os apetezca”, les dijimos. "De comer y de beber", precisamos..
Y nos pusieron:
1. Tomate valenciano -del Perelló- con helado casero de queso mascarpone y albahaca. Frescura a raudales. Del delicioso tomate (sabía "a tomate") unido con ese helado de queso y el "toque" de la albahaca... ¿Quién da más?
Acompañado de un rosado de Alfredo Maestro, Amanda 2012, variedad garnacha tintorera. Vino natural que proviene de una sola parcela situada en Olmos de Peñafiel.
2. Caballa fresca -de la lonja de Valencia- en escabeche. Sabor, acidez, y más frescura... Algo diferente: el escabeche estaba hecho con vino... tinto. Qué puntazo. Lo hacía, desde luego, diferente. El sabor férreo de la caballa con ese tinto...
Maridado con cava N1 Reserva Brut Nature de bodega Masía Pau, Barcelona.
3. Pluma Ibérica -traída directamente de un matadero de Salamanca- con una mousse de escalibada. El plato ganador de la noche. Jugosidad embriagadora de la pluma acompañada por la cremosidad de la mousse de escalibada, con esa textura tan característica que imprime la berenjena a todos los platos que la contienen.
Todo ello acompañado de Viña Almate Garnacha 2011 con 12 meses en barrica francesa, un vino natural de Alfredo Maestro de nuevo, pero su gama alta. Proviene de cepas de 1891, muy poca producción unas 650 botellas.
Y como con la pluma nos quedamos cortos de vino, tomamos una copita más, otro vino natural de autor llamado 6ª Elemento 2006, de Familia López Díaz-Alejo en Venta del Moro (Valencia), también de poca producción -600 botellas-, vendimia manual y de variedad bobal procedente de viñedos de 70 años. Extraordinario. Sedoso en boca, con una maravillosa acidez. Entra con brío y alta concentración pero al paso nos da un respiro, abriéndose con más amabilidad hacia todas las papilas.

- Queso de cabra de Heretat de Pere, Cuatretonda (Valencia).
- Maxorata curado al pimentón, un majorero de Fuerteventura (Canarias).
- Rallarrosa stølsysteri, queso negro de Flam, (Noruega).
- Lascas de Pecorino de Toscana (Italia).
- Comte de 4 años de curación, quesería artesanal a 40 kms de Suiza (Francia).
- Extramuro curado de la quesería Los Corrales, de Almedijar (Castellón).
Los quesos se acompañaron con sidra francesa de pera Poiré Granit de Eric Bordelet. Siempre resulta complicado armonizar los quesos, y más cuando se trata de una tabla con diversidad de intensidades. Un original acierto.
5. Postres:
Tarta de queso curado, se realiza con el queso de jarra (queso graso de doble maduración elaborado con leche cruda de oveja) de Los Corrales de Almedíjar. Maridado con un souternes, Chateau Kety 2007, de Pierre Guinabert.
Tarta de chocolate fondant, con un vino de naranja llamado Par, de Condado de Huelva, de Bodegas Iglesias, variedades px y zalema. Un maridaje de altura.
Y "pa rematar", una copa de Moscatel do Douro de Adega de Favaios, que habíamos probado pocos vinos, oiga.
La Cepa Vieja. Conclusiones.
Satisfacción.
Esa y no otra es la palabra que resume lo que sentimos cuando abandonamos el Restaurante La Cepa Vieja.
Bien comidos, bien bebidos, bien atendidos... Una cena sencilla a la par que sofisticada. Imperan los genes de Raúl, pero modelados por su inquietud, por ese toque de autor. Y con el claro dominio de los vinos y de los quesos. Un lugar para el disfrute sin perifollos.
Quedarán para el recuerdo ese escabeche de vino tinto, esa mousse de escalibada, ese queso negro noruego, ese bobal bestial de nombre 6º Elemento, ese maridaje de la tarta de chocolate con el vino de naranja...
Y esa deliciosa conversación con Cecilia y Raúl, un gastromatrimonio bien avenido, repasando la historia de La Cepa Vieja desde sus inicios.
Copyright © Aurelio Gómez-Miranda del Río
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Lo primero felicitarte por el post.
¡Que grande es tener lugares donde puedas decir: ponerme de comer y beber¡
Me alegra que existan locales, que a pesar de la situacion actual, crezcan y progresen.
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en respuesta a Gabriel Argumosa Ver mensaje de Gabriel Argumosa Gracias Gabriel.
Pues sí, qué razón tienes.
Ellos, como todos, han tenido que ir reajustándose a la situación de mercado, pero les ha salido muy bien la jugada.
Unos cracks. -
Magnífico Aurelio, y la selección de quesos pinta que ni te digo. Ir a un sitio y descubrir algún tesoro gastronómico (que si un queso noruego, que si una sidrina de pera...) dentro de una constante de satisfacción no tiene precio. Enhorabuena por el post y por la experiencia que lo inspiró.
Un saludo, Manuel.
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en respuesta a Mtejido2000 Ver mensaje de Mtejido2000 Gracias Manuel.
Es verad, esta pareja siempre tiene "algo nuevo"
Y para gastrochiflados inquietos como yo... es una delicia!
SaludosAurelio Gómez-Miranda.
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Muy buena crónica Aurelio. Nosotros vamos con cierta frecuencia, es más, hemos quedado en visitarlos de nuevo antes de que tomen rumbo a tierras lanzaroteñas. Ir a La Cepa es ir a disfrutar y a ponerse en buenas manos. Que verduras, que quesos, que vino, que..... producto. Producto, producto y producto. Y que decir del trato humano.... son grandes Raúl y Cecilia.
A cuidarse crack ;-)
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Anda ! Resulta que tienen "Amanda" por Valencia y aún no lo he probado yo!!!! Gran crónica, amigo. Esé menú y la tabla de quesos apunta maneras....
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en respuesta a JaviValencia Ver mensaje de JaviValencia Lo mismo te digo, cuídate!
Oye, es cierto, olvidé mencionar lo de las verduras, joé :-(
Un abrazo -
en respuesta a Alternativa Ver mensaje de Alternativa Gracias Alter!
Ese rosado de Alfredo Maestro es algo especial, diferente...
BesosAurelio Gómez-Miranda
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La Cepa Vieja es uno de los restaurantes valencianos excepcionales que cuento con los dedos de la mano porque inevitablemente me hacen pasar ratos que rayan en la magia cada vez que los visito.
Raúl puede que no sea cocinero "legal" pero lo es de corazón y el corazón vale más que el papel porque se saborea en cada creación que sale de sus manos. Sabe duplicar y triplicar el sabor de los productos que recolecta en su propia huerta y que ya de por sí destacan entre tanta verdura y hortaliza insípida que se come hoy en día.
Cecilia es una maestra de la discreción y el buen gusto a la hora de atender en sala, contrapunto esencial e indispensable de Raúl y gracias a sus conocimientos sobre el queso siempre que vamos allí terminamos con una tabla, haya tomado Javi postre o no ;-)
Otro punto que nos "engancha" de La Cepa Vieja es que Raúl siempre sabe sorprendernos con los vinos aspecto que como ya sabes valoro muchísimo más que el beber un vino carísimo o que la carta sea de siete tomos; es una característica que comparte con otro de mis favoritos, Ca Pepico, pero esa es otra historia y deberá ser contada en otro lugar...
Un abrazo Aurelio,
Mara
www.verema.com/blog/el-bosque/
www.verema.com/blog/puck/ -
en respuesta a Mara Funes Ver mensaje de Mara Funes Bueno, pues Mara, no podemos estar más de acuerdo!
Me sabe mal haberme olvidado de lo de las verduras, me lo ha recordado Javi ("tu" Javi jaja).
El mousse de escalibada sabía a huerto, a leña, a verduras de verdad. Uffffffffffff
Un abrazo
Aurelio Gómez-Miranda
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en respuesta a Emili Ver mensaje de Emili Es verdad. Esos temas me han hecho reflexionar.
No sé, llevo valorados cerca de 400 restaurantes desde que entré en Verema, unos 7 años. Si sumamos los de "antes de Verema", sobrepasaría los mil holgadamente. No sé yo si alcanzaría los dos mil...
Y me he dado cuenta de lo que dices: últimamente me "llegan" los que no se exceden con el boato y el perifollo (aunque de todo hay, que hay algunos de ese tipo que también me "tocan").
Un abrazo!Aurelio Gómez-Miranda.
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en respuesta a Mara Funes Ver mensaje de Mara Funes En Ca Pepico estaba yo pensando, pues para este tipo de maridajes "a sentimiento", se debe de tener un conocimiento muy grande del vino y de los platos a maridar, sin contar con la absoluta predisposición del comensal. A mi particularmente me recuerda, a quien se ofrece voluntario para un buen espectáculo de magia, en este caso en nuestras copas y platos.
Tuve la suerte de conocer a esta particular pareja hace unos años y después de leer este fantástico post de Aurelio se me ha despertado un "ansia" tremenda de ir a visitarlos.Un saludo.
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Enhorabuena por el post, pues en mi caso ha cumplido su principal objetivo, hacerme participe de tu particular experiencia y disfrutarla de un modo diferente al tuyo, pero disfrutarla al fin. Un fenomenal trabajo el de esta pareja, y admirable el cómo en un espacio tan medido han dado cabida a su enorme y particular universo enogastronomico.
Un abrazo.
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en respuesta a JavierLopez Ver mensaje de JavierLopez Gracias Javier!
Un placer hacerte disfrutar, de verdad (aunque tiene poco mérito porque me temo que ambos somos unos "disfrutones"...)
Un abrazoAurelio Gómez-Miranda
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