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El Celler del Tossal. Mucho más que brasas

Fue un domingo tonto de este invierno del 2013. Íbamos a comer a algún sitio sin el tiro centrado, no buscábamos nada en concreto y, no sé cómo, terminamos en este restaurante. Alguna valoración de Verema, algún comentario... algo nos condujo al restaurante El Celler del Tossal.

Aurelio_Gómez-Miranda_El_Celler_del_Tossal_Brasas

 

El Celler del Tossal. Ubicación.

 

En el bullicioso, vivo y entrañable Barrio del Carmen, al principio de Quart (en el número 2), allá donde confluye esta calle con la de Cavallers y con la Plaza del Tossal, frente a otro estandarte de la gastronomía valenciana como es La Pitanza… Ahí.

Si te dejas guiar por el olorcillo de las brasas.... quizás incluso llegues sin más indicaciones.

El Barrio del Carmen, el barrio del ocio por antonomasia de Valencia... Ese mágico lugar en el que conviven extranjeros de múltiples países con valencianos de generaciones. El diseño más vanguardista con el clasicismo más rancio. Lo más alternativo con el tipismo más auténtico de la ciudad. Lo más.

Un poco de este espíritu contradictorio, de ese mestizaje, ha imbuido sin duda al Celler del Tossal. Esos cruces, esos contrastes... se perciben claramente en el carácter de este singular restaurante.

 

El Celler del Tossal. El restaurante.

 

La entrada ya anticipa que vamos a encontrarnos algo diferente.

La puerta, el acceso, el recibimiento… avanzan ya la clase y cercanía sello de la casa.

Aurelio_Gómez-Miranda_El_Celler_del_Tossal_Mesa

La sala principal, la de planta calle, que es donde nos acomodaron, es puro equilibrio.

Nunca menos ha sido tan más. Blanco sobre negro... Perfectas las dimensiones, la luz, la distancias... Nada destacable nada despreciable... Confort desde el primer momento...

Esa es la mejor definición de la atmósfera de El Celler del Tossal: confort.

Y no sabes por qué.

 

El Celler del Tossal. En estado de gracia.

 

En estado de gracia. 

Yo recuerdo cuando jugaba al baloncesto, que había un día de cada mil que las metía todas... Esos días que, tiraras como tiraras, sabías que la pelotita iba a entrar, y además limpia. Esos días en los que una euforia desbordante te elevaba por encima de los rivales, en que te sentías “superior”. Y es que lo estabas siendo.

Pues algo similar es lo que debieron sentir el día de autos todos los integrantes del equipo de El Celler del Tossal. Y yo como cliente.

Porque la comida fue una sucesión de aciertos, de placeres: la comida, los postres, la cervecita, el vino blanco, el dulce, el servicio, el ambiente... En estado de gracia.

 

El Celler del Tossal. La cocina.

 

La cocina es… mucho más que brasas. Pero mucho más.

Aurelio_Gómez-Miranda_El_Celler_del_Tossal_Pan

Aunque en el manejo de las brasas muestran una pericia extrema, la cocina mediterránea de mercado con tímidos guiños de autor que desarrollan hacen muy injusto que nos quedemos sólo con las brasas. No obstante no es de extrañar dados los resultados que obtienen.

 

El Celler del Tossal. El menú.

 

Tomamos el menú de ese domingo que consistía en:

  • Mejillones al vapor con verduritas
  • Ensalada de perdiz en escabeche
  • Lomo de orza con partmenier de patata trufada y alcachofas
  • Arròs amb fesol i naps
  • Entrecôte a la brasa.
  • Tiramisú

Como decíamos, excelencia constante: los mejillones, gruesos, sabrosos, bien aderezados; la ensalada de perdiz, un escabeche excelso en una ensalada deliciosa; el lomo de orza, una conserva con un cuerpo y sabor exquisito... y con ese toque de la patata y la trufa negra...

Había que elegir de plato principal entre el arroz y el entrecote, y lo que hicimos fue pedir uno cada uno y así lo compartimos y pudimos degustar tanto sus brasas como sus guisos. Y menos mal que lo hicimos, pues nos hubiéramos perdido una maravilla u otra,

Aurelio_Gómez-Miranda_El_Celler_del_Tossal_Arròs_amb_ fesol_i_napsEl Arròs amb fesol i naps, memorable.

Este plato tan valenciano, el arroz de invierno por excelencia de esta tierra, alcanzó una altura sublime.

Como Dios manda: con sus alubias blancas, su nabo, su carne de cerdo diversa...

El grano, consistente todavía, pero invadido ya por el sabor del cocido, con ese caldillo trabado hipersabroso... Ese caldillo en ese estado en el que parece que se va a consumir pero todavía aguanta para que puedas disfrutar de líquidas cucharadas...

Con la particularidad, y ahí está lo más meritorio, de que no estaba graso en absoluto. Estaba perfectamente desengrasado para el disfrute del comensal, pero sin perder un ápice de sabor.

Y como nos sacaron los dos principales a la vez, ya que así lo pedimos, no sabías a cual palo quedarte, si al arroz o al...

Aurelio_Gómez-Miranda_El_Celler_del_Tossal_EntrecôteEntrecôte a la brasa

Aquí fue donde comprobamos el porqué de la fama de este joven negocio con el tema de las brasas.

Impecable.

En primer lugar, evidentemente, hay que tener buena carne. Aquí la tienen, algo no muy común por desgracia.

En segundo lugar el punto: tal como lo pedimos: poco hecha pero no cruda.

Y para finalizar esa alquímica traslación del sabor del carbón al producto... Mmmm ese ahumadito, ese tostado-quemado...

De postre, pues algo tan simple y tan sencillo como un Tiramisú, pero de los de verdad, con el queso Mascarpone, el café y el bizcocho de soletilla.

Una comida redonda.

 

El Celler del Tossal. Los vinos.

 

¿Qué se puede esperar en un restaurante dirigido por Luca Bernasconi?

Pues lo que encontramos: una carta de vinos para perderte. Y aún nos dijeron que "eso no era nada" que estaban trabajando para mejorarla considerablemente... Tienes dónde elegir y lo que es más importante, cómo elegir. Por 20€ puedes beberte alguna joyita como fue este Les Choisilles 2009, un chenin blanc de Montlouis Sur Loire de locura. Y precedido en el aperitivo por un Bolo 2011 (sin Louro). Mmmmmm. Y rematado por un recioto de la Valpolicella, Roccolo 2005. Y servidos en copas Riedel, con mimo, profesionalidad, cuidado…

Aquí saben de vinos . una carta estupenda, variada, contenida de precio... Una locura. 

Fuimos aconsejados en todo momento por Pablo, un crack, que además de Jefe de Sala hizo de sumiller. 

Aprovecho ya en este apartado para hablar del servicio, que fue soberbio: formado, sencillo, sabio y diligente.

 

El Celler del Tossal. El submundo.

 

Ya había observado que los servicios, que están en la planta sótano, eran una cucada, sobre todo porque daban a una especie de muralla romana perfectamente conservada y separada de éstos por un grueso cristal.

Al despedirnos le preguntamos a Pablo por esta muralla y nos comentó que era el antiguo acueducto romano. Volvimos a bajar con él y nos mostró el reservado, una sala espectacular que, al igual que los servicios, da por un lado al citado acueducto, pero en este caso con una visibilidad mucho mayor.

Aurelio_Gómez-Miranda_El_Celler_del_Tossal_Reservado

Espectacular.

Así que acueducto... ¿y no sería un vinoducto, Luca?

;-)


Copyright © Aurelio Gómez-Miranda del Río

  1. #81

    G-M.

    en respuesta a Fer B.
    Ver mensaje de Fer B.

    Te machaco.
    Y a la ruleta también.
    ;-)

  2. #82

    G-M.

    en respuesta a Hisisi
    Ver mensaje de Hisisi

    Quinse años tenía Martina cuando su amor m'entriegó.
    A los diesiséis cumplidos... ¡pos una traisión me jugó!
    yyyyyyestaban en la conquista, cuando el marido llegó...
    ....

  3. #83

    Obiwan Ferran

    El martes si no hay cambios, comeremos allí. Uno que ya podré tachar de mi lista infinita de pendientes ;-) Un abrazo y felices fiestas!!!

  4. #84

    G-M.

    en respuesta a Obiwan Ferran
    Ver mensaje de Obiwan Ferran

    Pues ya me cuentas!
    Hace mucho que no voy yo, demasiado

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