Blog de AkataVino

Bloguero Vs Profesional ¿intrusismo o compatibilidad?

Motivado por el hilo abierto en verema por una apasionada del vino y bloguera fuertemente activa, quién percibía que a mayor fuerza dentro del mundo blogger, mayor cerrojo para entrar o ser respetada en determinados círculos. Miradas despectivas por algunos profesionales, al pensar y creer que hay instrusismo. Y esta cuestión palpable y a veces poca discutida, merece una reflexión que firmo con papel y pluma...

#ReflexionesXTreme

“Una cuestión que muchos hemos/han pensado y pocos se atreven a tratar. Personalmente te voy hablar del asunto, porque no sólo lo conozco bien, si no que te puedo dar la versión de cuando se es bloguero y de cuando se es profesional y te aseguro que inclusive hay mejor bienvenida siendo bloguero, porque algunos aunque les molesten, no lo consideran competencia.

El ser bloguero es una cuestión que no sólo se siente, si no que la sociedad actual necesitaba de su nacimiento, un lugar que la prensa especializada ha dejado escapar y nadie debe culpar a los blogueros de esto, de su poder de comunicación, y sobre todo a veces de su enorme repercusión. Si un bloguero con pocas armas y a veces mucho conocimiento es capaz de llegar a mucha más gente que un profesional de la comunicación en torno al vino, pues querida amiga, el infame probablemente sea el profesional que teniendo más dedicación y recurso se ven superado.

Además suelen entender que el bloguero por el simple hecho de no ser profesional, no tiene conocimientos y desvirtúa este mundo. Además se les ataca que encima se atreven a puntuar el vino y que beben vinos gratis y van por ahí pidiendo muestras a las bodegas, y hasta culpan a las bodegas por enviar muestras. Lo cual no sólo es loable, sino recomendable, porque el costo de enviar una muestra a un blogger está mucho más recompensado por su publicidad. Siempre y cuando se trate o se realice la cata con objetividad y con “profesionalidad” y si además quién cata, tiene peso, pues entonces que voy a decirte.

Esto ha sido comentado en alguna mesa redonda por periodistas que se dedican al vino, además con la guía de más tirada nacional, comentando que en España hay 95 blogueros que las bodegas les envían muestras a cambio de una simple nota o cata y esto desvirtúa la comunicación. A veces el simple hecho de llamar bloguero empieza a sonar incluso despectivo.

Pero no es lo mismo un periodista que hace las veces de enólogo, crítico vitivinícola y gastronómico, aprovechando en su día el vacío en comunicación, y tejiendo su futuro profesional a través de estos temas. Entiendo que es lo mismo.

Como bien sabes, yo he sido y seré blogger, muchos años por pasión y devoción a este mundo y desde hace algunos estoy en el otro extremo, el de “los profesionales” aunque mantengo y quiero mantener ambos conceptos. Ahora te puedo asegurar que es peor, porque realmente te ven como competencia, antes despectivamente sentían que eras un “simple bloguero”, pero ojito ahora soy competencia. Con esto te digo que estés donde estés, si haces ruido no serás bien visto por determinados círculos, aunque sí muy bien visto por los que realmente deben de contar en este aspecto, bodegas, distribuidores, restauración, etc…

A veces el simple bloguero por su formación, puede ser el que incluso considere intruso a “supuestos profesionales” periodistas mal formados, a expertos en comunicación que de pronto hacen de enólogos, a creativos que se creen que por diseñar etiquetas, pueden opinar sobre vinos, puntuar y dar consejos, cuando en su vida se han bebido una botella de vino, a reyes del copy&paste. Qué pensarían estos “expertos profesionales” si el simple bloguero tuviera la restauración en la sangre, si tuviera la carrera de enología, si tuviera reconocimiento en concursos de sumillería a nivel nacional, si hubiera estado en otro país haciendo prácticas en bodega de viticultura, TE RESPONDO, entonces además te dicen ERES un simple bloguero y frustrado. Así que imagínate no sé que es peor… Ahora cuando decides pasar al lado profesional, entonces amiga es cuando hay selección natural y te consideran “aún a pesar de ser competencia” quienes son realmente profesionales y confián en su trabajo y no dependen de lo mal que lo hagan el resto para que el suyo brille, temiendo día a día que aparezcan buenos profesionales y dejen en entredicho sus carencias.

El problema a veces es que determinadas bodegas tampoco saben diferenciar cada uno, y las bodegas necesitan que los blogger’s hablan del vino y que los profesionales también lo hagan. Peor considero cuando muchas bodegas te dicen, ahhh que os dedicáis al marketing viral, a la comunicación, ¡que bien! Pero yo tengo a mi hija en la bodega que es quién lleva las redes sociales. Y una cosa es tener un perfil en facebook y twitter y otra que sea gestionada por personas formadas, para tener repercusión, porque estar es gratis, pero hacer las cosas bien, normalmente cuesta tiempo y dinero. Esto si entiendo que es preocupante.

No tenemos cultura de comunicación 2.0, y ahora es el momento, de lo contrario perderemos el tren, porque no basta con estar, hay que adaptarse a la dinámica con lo hacen las redes, es primordial entender su velocidad y acomodarse a esta. El resto de sectores profesionales ya lo están haciendo y los resultados están ahí. La repercusión en la prensa escrita es ESTIMADA, la repercusión en la web, en las redes es MEDIBLE. Una gran diferencia.

Mi recomendación (que nunca consejos) es muy simple, el vino necesita de movimiento, el vino necesita que constantemente se hable de él, para levantar el consumo, para que se gane el respeto y el “bloguero” es fundamental en este proceso. Si haces “y me consta” las cosas con pasión y respeto, te aseguro que da igual quién te considere intruso, los verdaderos profesionales sabrán apreciar tu trabajo."

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  1. #1

    EuSaenz

    Hola Antonio,

    No suelo entrar nunca en Verema en hilos que no versen sobre vino y gastronomía propiamente dichas, básicamente porque considero que tengo poco o nada que aportar y si bien pienso que este debate está un poco en la frontera, creo que por mi experiencia de 6 años como bloguero algo puedo decir. Ahora soy un feliz ex-bloguero, pero quede claro que lo dejé únicamente por puro cansancio y puede que vuelva algún día, bien en estas páginas o bien en nuevos proyectos.

    En cualquier caso, lo que quiero destacar es que durante todo este tiempo no solo no he tenido problemas con nadie sino que desde el mundo profesional se me ha respetado muchísimo y no solo eso, he podido conocer y entablar cierta amistad con algunos de los más prestigiosos profesionales del país, bien en distribución y venta, bien en hostelería, bien en divulgación o bien en elaboración. Insisto, problemas con nadie. Solo puedo haber tenido problemas con algún aficionado sin relevancia alguna en este mundillo y al que por tanto no he otorgado la más mínima importancia.

    Y entre compañeros lo mismo, conozco un montón de blogueros de vinos y gastronomía con los que mantengo una extraordinaria relación personal y lo único es que puede ser que haya artículos que me interesen y otros que no, con lo cual simplemente leo lo que me interesa, tal y como me imagino que hace todo el mundo. Y también hay blogueros que son profesionales del vino y que lo hacen muy bien, ¿por qué no? Ambas cosas son totalmente compatibles.

    Por eso yo lo tengo claro, si alguien ve fantasmas o se cree que tiene enemigos o problemas con alguien en concreto debe analizarlo a nivel personal y pensar que algo puede estar haciendo mal, nunca está de más reflexionar aunque siempre resulte más sencillo exteriorizarlo. Todo esto es mucho más natural de lo que parece y al final no nos engañemos, el mundo del vino es muy pequeño y nos conocemos todos y cada uno termina posicionándose en el lugar para el que ha hecho méritos.

    Felices fiestas y un saludo a todos mis buenos amigos malagueños.

    Eugenio.

  2. #2

    Jeronimo

    Probablemente esté equivocado Antonio, pero quizás el problema si lo hay, (por lo menos en el apartado de restauración) sea de una serie de "blogueros", blogueros entre comillas, que se presentan en un restaurante con una cámara de "afotos" de las más gordas en una mano, y un portátil o tableta en la otra, y sin encomendarse ni a Dios ni al diablo montan su paradita, no para disfrutar de una buena comida, sino para intentar impresionar al restaurador, (cosa que pocas veces consiguen, más bien todo lo contrario), o para llenar su blog.

    Los que yo conozco, y en mi caso particular, (que no soy bloguero, pero me gusta colgar las fotos de los platos en Verema), hago las fotografías con el móvil (por descontado sin flash) y simulando que estoy leyendo un correo.

    El tema de vinos lo desconozco, pero he estado con Eugenio en presencia de algunos de los mejores profesionales del mundo del vino a nivel mundial, y como dice no he visto problema alguno.

    Quizás los problemas puedan venir por culpa de alguno que pida botellas gratis a los bodegueros para escribir sobre sus vinos.

  3. #3

    Juanjosantos

    Bueno, yo pienso que en esto, como en todo en la vida, cada uno cuenta "la fiesta" según le ha ido (frase que repito y no me cansaré de repetir).

    Respeto tanto las opiniones de Eugenio y Jerónimo como las de la bloguera que ha sentido lo que haya sentido pues son en base a experiencias personales (cada uno tiene "su fiesta" particular).

    Cierto es lo que comenta Eugenio, que nunca está de más hacer una reflexión personal sobre uno mismo cuando tiene ciertos problemas (sea en el ámbito que sea), pero también cada uno somos como somos y, no nos engañemos, ni todos caemos a los demás igual en gracia ni somos igual de graciosos (valga la redundancia) ni congeniamos-conectamos con todo el mundo igual de bien... pero eso no pasa en el vino, pasa en cualquier ámbito: en el trabajo, en la familia y en la vida misma.

    Juntamos a adultos de su padre y de su madre, con diferentes formaciones, distintos valores educativos, con sus divergentes caracteres y manías, procedencias frecuentemente distintas, circunstancias, gustos y maneras de pensar variopintas, sin otro nexo en común más que un mundo particular como el del vino, pues, qué queréis que os diga, ahí lo más fácil no es que todo vaya rodado a las mil maravillas en todo momento (como ya pasa en todos los restantes campos de la vida).

    Ni siquiera cito otras variables que influyen decisivamente cuando, en algunos individuos del escenario (bodegueros, enólogos, distribuidores, hosteleros...), aparecen además fuertes intereses comerciales, económicos y profesionales.

    Mi conclusión es que, si sumamos estos intereses citados más la parte humana anteriormente citada, lo difícil es que todo vaya siempre como la seda para todos los actores de dicha película :)


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