Vino de calidad, inubicable geográficamente en una cata a ciegas y no unicamente por su composición varietal sino por el ruido que provoca esa madera tan cara: se impone en nariz y en boca con exceso y, aunque su olor es franco y agradable, tapa en gran medida la expresión frutal del vino y no me deja evaluar con suficiente criterio si un Chardonnay+Viognier tiene sentido en la más pequeña D.O. En todo caso su destronado y multivarietal hermano, Lanius, está mucho más pulido y rodado, un vino con un tratamiento de la madera exquisito. Su impuesto nuevo hermano mayor, Exeo, se excede un poco...

En todo caso hablamos de un vino de alta calidad que, a pesar de la madera, se muestra con cierta frescura y alegría; huele -lógicamente- a madera de la cara y, en el fondo, aparecen notas riquísimas de uva madura. Seguramente la paleta sería mayor sino fuera por...

Sabe rico, sabroso, con "chicha" y... madera! Da juego en la mesa. 19€ en tienda.