Volvemos a catar este vino un año y pico después y la mejoría mostrada es sorprendente.
Abierta con una hora de antelación.
De color rojo picota de capa media-baja, ribete rubí y lagrima densa que tiñe la copa.
En nariz muestra un gran despliegue, tanto frutal como floral, tambien aparecen notas lacteas, algo de vainilla, ligeros tostados y notas balsamicas muy sutiles.
En boca tiene una entrada fresca y afrutada, con unos taninos perfectamente redondeados, una acidez bastante viva y un postgusto medio con recuerdos frutales y florales.
Intentaré hacerme con alguna botella mas.

Un vino con toda la tipicidad y notas características de su terruño gallego. Se presenta con un color rubí poco cubierto. Aromas algo cerrados y reductivos en inicio, mostrando después fruta roja, cuero, notas animales, sotobosque, flores y un fondo mineral. En boca es delicado y elegante, con un final mineral y floral y un paso muy agradable.

Una bodega sobresale no sólo cuando uno de sus vinos es una estrella sino cuando todos sus vinos son excelentes y es lo que pasa con esta bodega. Todo lo que he probado me ha parecido excepcional. Este refugallo siendo el básico de la bodega no deja de ser excelente, sigue la línea de la filosofía de la bodega donde la frescura es la columna vertebral de sus vinos con esos 12 grados nada más. En nariz es expresivo, donde domina claramente la mencía con esas notas de violetas y lilas, la fruta roja fresca, las notas más vegetales y herbáceas de la brancellao le aportan frescura y complejidad, con notas balsámicas de monte gallego, mineralidad y especiados. En boca frescura, sencillez, ligero, de trago largo y buena persistencia. Estos vinos de poco grado suelen maridar muy bien con cualquier tipo de comida. Me gusta mucho la personalidad de los vinos de esta bodega, los veo muy diferentes al resto de los vinos de la denominación, más frescos y complejos al ser plurivarietales.

Vino encerrado en una botella borgoñona y con diseño moderno.

A la vista de manifiesta rojo picota brillante de capa media baja. Buena y persistente lágrima.

En nariz buena fruta sazonada, está presente su elegante madera, mineralidad, tizas.

En boca potente astringencia, seco, mineral, tánico, vinoso, la fruta se le ha difuminado. Me recuerda a un tinto verde portugués. Es largo y me dá una permanencia en boca de 2,15 minutos. Me ha decepcionado, esperaba más por ser de la bodega que es.

En visual, color picota, brillante, capa media y lagrima densa.

En nariz se aprecia una intensidad media tirando a baja, fruta roja, detalles de madera, destacando cuero y detalles de mineralidad.

En boca se aprecia con una entrada potente, la fruta junto a los detalles de madera, sin conseguir un equilibrio entre ambos y con unos taninos muy prominentes a la vez que algo astringentes.

Fase final larga.

Cata realizada en el club de catas Círculo de Recreo de Torrelavega en Cantabria.

Botella tomada en restaurante.
De color rojo picota de capa media-baja, ribete amoratado y lagrima fina que tiñe la copa.
En nariz muestra notas de reduccion en un principio que van desapareciendo y dando paso a fruta roja fresca, notas florales y herbaceas, algo de mineralidad y balsamicos contenidos.
En boca tiene una entrada fresca y afrutada, taninos presentes que no llegan a molestar, acidez marcada y un postgusto no muy largo pero si afrutado y con cierta mineralidad.
Para ser un vino hecho con los restos de sus hermanos mayores no esta nada mal.