Este vino es un regalo que me puso por sorpresa uno de mis poveedores de viejunos y la verdad me hizo mucha ilusión. Los datos de elaboración son una "extrapolación" de los de un Glorioso RVA 1.978, disminuyendo años de guarda... Como siempre, tuvimos la botella en posición vertical por espacio de tres días. Nivel de líquido algo bajo, unos dos cms por debajo del tapón, al inicio del cuello. La abrimos y dejamos que respirase por espacio de dos horas y media para proceder con su valoración a 17.5°C. Sacamos el corcho con el abridor de lamas y se nos partió una puntita aunque la pudimos retirar sin problemas. Tapón tintado y muy húmedo en su totalidad.

VISUAL: De color rojo cereza de capa media con un amplio ribete en tonalidades ocre y teja. Su lágrima es gruesa, lenta, densa y transparente (88).

OLFATIVA: A copa parada asoman notas frutosas acompotadas, culís de fresa y mermelada de ciruela negra. Agitamos y aparecen esos maravillosos especiados tan riojanos a canela y vainilla acompañados por notas herbáceas de montebajo mediterráneo (a pino). Enseguida aparecen descriptores viejunos, flor marchita, naftalina y níscalos, y la madera aporta un toquecito licoroso a duelas envinadas notable. Por último algunos terciarios de fondo, regaliz, chocolate negro y tabaco inglés. Fantástica complejidad y de intensidad media-alta (92).

GUSTATIVA: Vino en fase descendente con la fruta presente pero con un ligero recuerdo rancio en el paladar que curiosamente no percibimos en nariz. Paso por boca frutoso, acompotado y de cuerpo medio, con un retronasal en donde hay recuerdos de flor marchita. Los taninos están totalmente desaparecidos aunque la acidez todavía se deja notar. En el post-gusto se mantiene el puntito rancio que le penaliza ligeramente, pero encontramos también apuntes de roble, de guindas en licor y algo de cuero curtido. En el límite este Glorioso del 85, posiblemente su crianza en barricas no fue la suficiente para subsistir en condiciones óptimas estos 36 años, así que si tienen alguna botella ábranla ya! (86). 

La RCP al ser un regalo no la puntúo.

MARIDAJE: El primer día nos lo tomamos con nuestro surtido de embutidos y jamón ibéricos con queso curado de los lunes y nos la terminamos en otro ágape acompañando una pechuga de pollo de corral en masala con pimientos y alcachofas. El maridaje con la pechuguita fue fantástico pues las notas cárnicas y herbáceas del plato armonizaron fabulosamente con los sabores acompotados y licorosos de nuestro crianza. En argot futbolístico diríamos: ¡¡ Rozando el palo...!!

VIDEOCATA:  https://www.youtube.com/watch?v=Vn8BqSCHmGk&t=6s

Salud-os!!