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Palacios Remondo en Valencia

El pasado 22 de junio Las Añadas de España organizó en el restaurante La Sucursal de Valencia, una cata de la bodega Palacios Remondo, dirigida y comentada por el universal Álvaro Palacios. Agradecer además la asistencia de Chelo Palacios que, junto a su hermano Álvaro, llevan las riendas de la bodega.


Antes que nada nos gustaría felicitar a Las Añadas de España por el despliegue de medios que hizo, la posibilidad de volver a escuchar a este gran orador que es Álvaro Palacios, poder catar sus elaboraciones riojanas y por último, agradecer el tremendo servicio que dio el restaurante La Sucursal en todo momento.


Huelga presentar al archiconocido conferenciante, su trayectoria y la labor que lleva a cabo en Priorat, Bierzo y Rioja. Vinos excelentes aclamados por la crítica y ese bastión internacional que es L’Ermita. Pero quien no haya oído hablar a Álvaro Palacios sí necesitará de una breve introducción. Este monstruo comunicativo destila elegancia a la par que cercanía, es entregado y apasionado, ama la bodega pero también el campo y cree en la búsqueda del terruño perfecto en España para elaborar un gran vino, a la altura de los grandes Châteaus franceses borgoñones. Esta búsqueda de la autenticidad y la calidad, del equilibrio entre el terruño, el clima y el trabajo en bodega es la mejor carta de presentación de los trabajos realizados por el bodeguero riojano.


Los vinos catados fueron los siguientes:

La Vendimia 2008. Un vino elaborado con Garnacha y Tempranillo a partes iguales y una crianza de cinco meses en barrica. Innegable el carácter clásico riojano de este vino con marcada personalidad. Un gran equilibrio en la copa y un precio en las estanterías muy competitivo, lo que lo hace una excelente compra y una apuesta segura.


Plàcet Valtomelloso 2007.
El primero de los blancos que se presentó en la cata. Elaborado a partir de la variedad Viura y con una crianza de nueve meses en foudres de madera, este vino se muestra fresco, con unas notas de melocotón y albaricoque, entremezcladas con los cítricos y ese fondo mineral que otorga complejidad y carácter. En boca el leve paso por madera le ha dado un tacto cremoso, con cierta granulosidad en su desarrollo, dándole cuerpo y presencia pero sin perder frescura.


Plácet Valtomelloso 2008
. En esta nueva añada el vino lleva 11 meses en barrica y mantiene la monovarietalidad de Viura. Es un vino que trajo Álvaro directamente de la bodega, por lo que se encontraba algo turbio, a falta de estabilizar y asentarse. Aun así demostró ser un vino de buenas hechuras, fresco, con unas notas más tropicales pero sin olvidar esas frutas con hueso y esos toques cítricos. En boca muestras acidez incisiva que hace salivar con solo recordarlo. Un vino a tener en cuenta en breve. Por cierto, el corcho espectacular.


La Montesa 2005. Empezamos con la primera de las tres añadas presentadas. A la muerte de José Palacios Remondo, recae la responsabilidad de la elaboración de este vino en su hijo, Álvaro Palacios, quien nos comentó el miedo escénico que sufrió al ser consciente de que debía mantener la calidad del vino y seguir así con la labor que tan bien había hecho su padre, recordando además que este vino es “el que da de comer a mi familia”. Por tanto, vino de larga tirada (700.000 botellas) y uno de los pilares económicos que mantienen la bodega de Palacios Remondo.
Se trata de un vino corte clásico, con unas florales que lo hacen interesante, el regaliza aportando frescura y los aromas de puro habano que le dan peso específico a esta nariz. En boca la acidez es excelente, es un vino fino y elegante sin abusos de madera, así que en nuestra opinión, un vino en el que Álvaro puede confiar dada su gran calidad.


La Montesa 2006. Esta segunda añada catada se presenta más fresca en nariz, con notas anisadas y herbáceas. Mantiene el carácter riojano, con una acidez envidiable y tan solo alguna arista alcohólica que al no encontrarse en el 2005 se acusa un poco más. En líneas generales mantiene la personalidad de la añada anterior y el carácter de La Rioja.


La Montesa 2007 da un giro hacia la mineralidad mucho más marcado que en las añadas anteriores, con unas notas de grafito y talco entremezcladas con los recuerdos de vainilla, tabaco rubio y un punto lácteo que lo hace más dulce que sus predecesores. En boca mantiene esas notas lácteas perfectamente integradas con la fruta roja. Se acusa ligeramente la falta de botella que, sin duda, le hará mucho bien a este vino, pues pese a presentar esas notas más golosas, el tanino está mucho más marcado y tiene un punto de castaña verde que, de seguro, paliará el tiempo en botella.


Propiedad 2007.
Último vino de catado de la bodega de Alfaro. Un vino mucho más redondo, con notas especiadas y herbáceas que se alejan del estilo del Montesa, manteniendo la personalidad de la bodega y un carácter más moderno, dentro del enclave en el que se elabora el vino. El resultado es un vino más fresco, con fruta y la madera elegantemente integrada, con una estructura aportada por la gran acidez de la que disfruta y una nariz fresca con un punto tostado que la da profundidad. Sin duda alguna, un vino a seguir para ver cómo evoluciona en botella, pues se atisba un gran potencial.


Tras la cata bajamos a la terraza del restaurante, donde probamos algunas de las elaboraciones que el gran equipo de La Sucursal había preparado. La familia Palacios estuvo dialogando con algunos de nosotros en un ambiente más distendido y con una copa de bueno vino en la mano.


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