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Superando la ficción, un fraude de película

Muchas veces la realidad supera la ficción, y tal es así que Netflix ha publicado una película documental de la que ha sido hasta ahora, la mayor estafa descubierta en el mundo del vino. Conozcamos un poco la historia de este indonesio que puso en vilo a las mejores casas de subastas y a las mejores bodegas del mundo.

Rudy Kurniawan fue nombrado en 2006 como el poseedor de la mejor bodega privada del mundo y esto fue gracias a la gran suma de dinero que se gastó comprando muchos lotes de vino en grandes subastas, seis años más tarde, el 8 de marzo de 2012 fue arrestado por vender vinos falsos de gama alta.

 

Rudy Kurniawan

 

Rudy Kurniawan se llamaba en realidad Zhen Wang Huang, su padre le cambió el nombre y el apellido para parecer sucesor de una familia más importante. En realidad su nombre lo sacó de uno de los jugadores más famosos en la historia del bádminton, lo curioso es que ahora si buscas el nombre de Rudy Kurniawan difícilmente te saldrá este deportista. Rudy llegó a los Estados Unidos el año 98 para estudiar en la Universidad Estatal de California, en Northridge. A partir del año 2000 empezó a dejarse ver por las subastas de vino comprando vino muy caro. Rudy era un prodigio de los sentidos y un apasionado por el vino que sabía lo que hacía. Aunque parecía joven, a todos les asombraba su capacidad para identificar los vinos y el buen gusto por estos, ya que siempre se interesaba por los mejores ejemplares de Borgoña como los de Domaine de la Romanée-Conti, Domaine Ponsot, Domaine Armand Rousseau o Domaine Georges Roumier entre otros.
Por otra parte, los que en esa época fueron amigos y compañeros de cata de Rudy admiten que era un chico muy extrovertido, simpático y siempre generoso con sus amigos y con un gran don en su paladar. Rudy afirmaba ser descendiente de una familia de empresarios indonesios, pero en realidad al final se descubrió que sus padres regentaban una ferretería, lo que todavía no está claro es de dónde sacaba el dinero que gastaba en las subastas de vino.

Se dedicó a comprar multitud de lotes, llegando a gastar incluso 1 Millón de dólares mensual hasta 2006, cuando también empezó a vender y así abastecía la demanda que él mismo había inflado, llegando a vender botellas de vino por encima de los 100.000 dólares.

 

Subasta de vinos de Rudy Kurniawan

 

Rudy vendió dos grandes lotes en Acker, Merral & Condit, una de las casa de subastas más importante en la venta de vino para coleccionistas, donde obtuvo 10,6 y 24,7 millones de dólares respectivamente. En esta segunda subasta se superó el récord de una venta de vino en una subasta en más de 10 millones. No obstante, en estas subastas Rudy ofreció, entre otras botellas, ocho magnums de Château Lafleur de 1947, que un año más tarde se supo que no podían ser verdaderas cuando David Molyneux-Berry, el ex director del departamento de vinos de Sotheby's, afirmó que solamente se habían producido cinco botellas de estos magnums del 1947.

Un año después, en 2008, se pusieron otra vez a subasta botellas de la colección privada de Rudy, en este caso fueron unas botellas de Domaine Ponsot de la denominación Clos St. Denis Grand Cru, con añadas que van desde 1945 hasta 1971. Con la publicación de la subasta Laurent Ponsot, dueño de Domaine Ponsot, se dio cuenta de que la bodega nunca había hecho un Clos St. Denis antes de 1982 y llamó para advertir que eran falsos, pero ante la falta de interés en su afirmación decidió volar a los Estados Unidos y estar presente durante la subasta para retirar estos ejemplares, que al final no salieron a la venta. Laurent Ponsot sentía que con estas falsificaciones manchaban el nombre de su familia.

A partir de este segundo lote de vino falsificado se empezó a sospechar de Rudy y ya no se creía tanto que él era la víctima, sino que él era el estafador. Sus argumentos era que no recordaba dónde lo había comprado, que compraba mucho vino y no siempre sabía de la procedencia de este.

En 2009 Bill Koch, empresario estadounidense, presentó una demanda contra él, alegando que le había vendido botellas falsas a él y a otros coleccionistas. En febrero de 2012, la gota que colmó el vaso fue la retirada de varios lotes de vino por parte de Spectrum Wine Auctions por valor de 785.000 dólares en una subasta de Londres.

Un mes más tarde, el FBI entró en casa de Rudy en Arcadia (California) para detenerle y poner al descubierto el mayor fraude de la historia del vino. En su casa se encontraron multitud de botellas vacías, utensilios para trasegar, sellos y cientos de etiquetas y equipamiento para falsificar y reencorchar las botellas que después intentaba vender por precios astronómicos. Los vinos que utilizaba para rellenar las botellas vacías eran vinos baratos de Napa además de comprar vinos antiguos de Borgoña más desconocidos que etiquetaba con nombres más cotizados y añadas más prestigiosas.

 

Utensilios Rudy Kurniawan

 

Al final se sustrajeron de su colección personal los ejemplares verdaderos y se subastaron para repartir el dinero entre los damnificados, las muestras falsas fueron destruidas y fue sentenciado a 10 años de cárcel en los Estados Unidos. 

 

Destrucción de vino falso

 

Se descubrió al mejor falsificador de botellas de vino por cometer simples errores como etiquetar el vino con añadas que no se habían hecho o vender más magnums de los que existían. Sus falsificaciones son tan buenas que se sigue creyendo que no pudo hacer todo este trabajo solo, ya que para todo este material falso se necesitarían más de dos años trabajando a diario. Se falsificaba tanto la botella como su contenido, que solamente pueden diferenciar los catadores más buenos.

Todo esto me lleva a plantear algunas cuestiones: ¿Qué habría ocurrido si no hubiese cometido estos fallos de principiante?  ¿Cuántas botellas de Rudy Kurniawan quedarán escondidas en colecciones privadas? ¿Cuántos expertos pasarían la prueba de la cata a ciegas? ¿Hasta que punto condiciona una etiqueta?

Y vosotros, ¿Qué pensais?

  1. #1

    J-Carlos

    Es casi como las falsificiones de obras de arte, algunas son tan buenas como el original que las hace casi indistinguibles a simple vista, pero valen bien poco.

  2. #2

    Swinsword

    Pues yo pienso que me la meterían doblada si comprara en una subasta de esas, porque ese nivel de vinos no lo controlo para nada y pensaría que no soy capaz de entenderlo, porque la etiqueta pesa y mucho.

    E igual algunos de esos vinos, como dice J-Carlos, estaban bien ricos y no te dabas ni cuenta (a no ser que seas bebedor habitual de esos vinos), ya que con ese nombre no ves ni los defectos.

  3. #3

    Psydanco

    La "noticia" es de hace 10 años.

  4. #4

    Polidori

    Pues por un lado hay que reconocer lo elaborado del engaño por parte de éste sujeto, y por otro lado, una vez más, queda patente que la etiqueta, el precio, la exclusividad y las marcas condicionan claramente nuestra percepción del vino, hasta el punto de que nos cuelan gato por liebre y como si nada.
    Hay que ver lo difícil que es saber de vinos, a cuantos profesionales y expertos se habrá liquidado este tío. Saludos.

  5. #5

    Yairo

    en respuesta a Polidori
    Ver mensaje de Polidori

    Hola señores leí el informe, soy nuevo en el tema de vinos para mi proyecto de grado, me gustaría saber el autor en que parte miente respecto al tema. Gracias

  6. #6

    Polidori

    en respuesta a Yairo
    Ver mensaje de Yairo

    Hola, bienvenido a Verema, pues miente en todo, las botellas que subastaba de su colección particular eran falsas, desde la etiqueta al contenido y así fue ganando mucho dinero, estafando a los demás hasta que empezó a cometer errores y lo pillaron.

  7. #7

    Raket

    Me parece una ocasión perfecta para que todos reconozcamos que aunque haya narices privilegiadas, vinos excelentes, y personas que aman, viven y entienden el vino, ya porque lo elaboren o porque les toque muy de cerca (restauracion, etc), éste mundo se nos ha ido de las manos.
    No sé en qué momento olvidamos que el vino se elabora para el disfrute, para alegrar nuestras vidas y nuestros corazones, y aunque la excelencia existe y se valora,en cualquier ámbito, toda cosa en este estúpido mundo comercial se extrapola y exagera hasta niveles de snobismo que se me atragantan.
    Espero que ésta bofetada en la cara de quienes fueron timados e hicieron una cata a ciegas ( como juego entre amigos es genial, o como reto verema, pero en serio... que se busca? sino es un divertimento se convierte en un... "mira...soy mejor que tu!) y despues de esa cata a ciegas cayeron en el engaño de Mr. Kurniawan se replanteen esa parte tan fake de su personalidad y empiecen a ser más auténticos, es decir, más humanos, más personas.
    Viva el vino


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