EN QUÉ BANDO ESTAS EN GASTRONOMÍA?
Sopa de ajo o gotas de melón esferificado?
Lubina Salvaje o domesticada?
Vino ecológico o Crianza de Novartis?
Rioja o Priorato?
Jabugo o Jamelgo?
Chicha o llimonà?
Schweepes o Fiber tree?
Ahora se investiga en cocina, antes el conocimiento culinario se adquiría de las propias madres y de los grandes chefs, padres de la restauración. Esta situación actual ha creado una cocina bastarda, sin padre, ni madre, ni norte ni porte. Muchas personas, entre los que me incluyo, hemos dicho basta, desquiciados por los abusos de ciertos sujetos. Pero hay más, esta corriente de innovación absurda ha llegado a otros sectores afines a la alimentación. Algunos ejemplos recientes con los que me he dado de bruces: Un microondas con pantalla de tv incorporada; Una franquicia de fast-food koreana, “Balena”, que propone meter pasta italiana y rosbif en conos de helado; el “popcorn fork” un cubierto muy útil para comer palomitas; La fábrica Silhoutte wine glasses, ha creado una copa para narices descomunales ¿Y por qué no hacen una mesa para barrigones, o señoras con las tetas gordas?.
Pero esto no es nada si lo comparamos con el restaurante de la DUTCH UNIVERSITY DE WAGENINGEN, donde te espían mientras comes, para ver qué, y cómo lo comes. Esto me parece peor que el porno duro. Y no se lo pierdan: Una quesera catalana, Mas Claperol, se autofinancia dejando apadrinar sus vacas por zoofilos, entiéndase zoófilo como amante platónico de rumiante sin sexo.
Murcianos sacando quesos con sabor a Jumilla, asturianos fabricando quesos light sidrados. Y lo que ayer acabó con mi paciencia fué el anuncio de radio de un lácteo funcional muy conocido, que contenía “regulaplús”. ¡Pa cagarse! ¿Y la leche? ¿Donde está la leche?