Sobre piedras y grandes vinos
Las variedades autorizadas son garnacha, syrah, mourvèdre, cinsaut, counoise, terret noir, muscardin y vaccarère para tintos, y clairette, roussanne, picpoul, picardan y bourboulenc para blancos. Si separamos la garnacha en dos (garnacha blanca y garnacha tinta), las variedades permitidas serían catorce. La garnacha es la variedad más común para la elaboración de los Châteauneuf-du-Pape tintos, aunque algunos productores utilizan una proporción más elevada de mourvèdre. A menudo se trata de tintos que expresan el terroir, se describen con sabor a tierra y a caza con toques de alquitrán y cuero, considerándose fuertes y tánicos en su juventud pero manteniendo un carácter rico y especiado al envejecer. El Châteauneuf-du-Pape blanco representa menos del 10% de la producción y se elaboran con una mezcla de cinco variedades permitidas, siendo la garnacha blanca la que más se utiliza. Algunos elaboradores hacen un monovarietal de roussanne. La mayor parte de los blancos se elaboran para consumirse de jóvenes.
Aunque si interesante es todo lo que concierne a la vitivinicultura de Châteauneuf-du-Pape, su historia verdaderamente fascina. Châteauneuf du Pape se identifica con una gran riqueza vitícola, histórica y cultural. Entre Orange y Avignon, con el paso de los siglos se ha ido depositando una tradición de vinos con carácter, poderosos. Ya conocida por los Galos, la cultura de la viña fue muy desarrollada por los Romanos, instalados con notoriedad en Orange. Los monjes y sobre todo los obispos extendieron la cultura del vino en la zona. En 1157, Geoffroy, obispo de Avignon, poseía un viñedo situado en su feudo de Châteauneuf. A partir de la elección del Papa Clemente V en 1308, la instalación de los Papas en Avignon como residencia de verano favoreció el desarrollo del viñedo de Châteauneuf. Bajo el reinado del Papa Juan XXII, el vino de Châteauneuf figuraba regularmente entre aquellos que se proporcionaban para la casa del Pontífice. Fue sin duda alguna el prelado que más contribuyó a la difusión y a la fama del vino de Châteauneuf. Le otorgó la primera denominación de su historia, denominación de “Vino del Papa” bajo la cual sería reconocido antes de denominarse “Le Châteauneuf-du-Pape”. También a Juan XXII se debe la construcción del célebre castillo.
Con ocasión de Vinexpo’09 tuve ocasión de probar tres Châteauneuf-du-Pape muy interesantes: Elegance de Jeanne 2007, Cuvée Etienne Gonnet 2007, ambos del Domaine Font de Michelle y
Al finalizar la degustación pedí a un amigo de
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Sería precioso tener una sala en casa con unas vitrinas y esos "trozos de tierra" de cada zona que nos ha enamorado. Es un poco rollo, pero sería digno de los mejores museos del mundo!
un abrazo! -