La Elaboración de un Tinto Joven
Comencemos la marcha de “Descubramos el Vino” con esta primera entrada, en la que iremos viendo cómo se elabora un vino tinto joven. Te preguntarás, ¿es necesario saber el método de elaboración del vino para disfrutarlo? Te responderé a la gallega, pues si y no. Estos días en el foro hemos estado dando vuelta a la necesidad de conocer para disfrutar. Mi opinión es que el conocimiento mejora el disfrute. Si no piensas así, estarás perdiendo el tiempo, y yo también. Tampoco es que sea necesario ser enólogo o pasarse la vida en la viña.
Cómo decía, no vamos a profundizar demasiado, tan sólo algunos conocimientos básicos para saber de dónde saca el vino sus características.
Empecemos por el principio, y aunque parezca una tontería, la parte fundamental y principal del vino se hace en la viña. El cuidado del viñedo, el trabajo para conseguir un fruto con salud óptima, en el mejor momento de madurez y de buena calidad es fundamental para conseguir un buen vino. ¡No existen los atajos!
Llegado el momento de la vendimia, se recoge el fruto, y se pasa a la mesa de selección. El objeto es que sólo entren en el proceso de elaboración frutos en perfecto estado. Después de la selección se procede al despalillado, o separación de los frutos. En algunas elaboraciones puede dejarse el raspón (la parte que une los frutos en racimos) total o parcialmente. Ya veremos en otras entradas que objeto tiene esto.
Lo siguiente en la elaboración del tinto es la fermentación, básicamente la transformación del azúcar en alcohol y carbónico. Para ello se deposita la uva en depósitos con un cuidadoso estrujado previo o enteras, dependiendo del método de elaboración. Los responsables de la fermentación son unos microorganismos denominados levaduras, que normalmente, si no se han empleado tratamientos químicos abusivos viven en la piel de la uva.
Frecuentemente, se emplean para la fermentación levaduras “seleccionadas” elaboradas por empresas industriales, con las que el bodeguero se asegura de que la fermentación va a tener lugar dentro de unos parámetros de temperatura, y de concentración de azúcar definidos, dándole una mayor estabilidad al proceso. Me dirás que si esto es tan seguro y estable, ¿por qué no usarlas siempre? Trataré de explicarme.
El uso de levaduras seleccionadas, que además tienen la “virtud” de aportar aromas a los vinos, es el responsable de que los vinos de de ciertas denominaciones sean casi clónicos. Sus aromas y características son casi idénticos, ¿que interés tiene esto? Para mi muy escaso.
Cuando se usan levaduras autóctonas, las de la piel de la uva, las características del terreno se reflejan con mayor fidelidad en el vino. Me contaba en cierta ocasión Goyo García Viadero que él buscaba en el vino los aromas que percibía en el campo. Esto sólo puede darse en cierto modo si se usan levaduras naturales. El “problema” es que hay que ser muy bueno para lograr un buen vino, y hay quien pretende conseguirlo con “atajos”.
Durante la fermentación el mosto permanece en contacto con los hollejos, que son los que tienen la sustancia colorante y los taninos (ya hablaremos de estos componentes fundamentales en los tintos). Estos hollejos, se acumulan en la parte superior del mosto, impulsados por el carbónico. La cantidad de color y tanino que se transfiere de los hollejos al mosto depende del tiempo que permanecen en contacto, y de lo que se agite el sombrero (los hollejos de la parte superior). Para aumentar la extracción se emplea una técnica que se denomina bazuqueo, nombre que puede parecer exótico , pero que en la práctica es removerlos y empujarlos hacia a bajo con un palo.
Una vez que la fermentación finaliza, normalmente porque la concentración de azúcar baja de los dos gramos por litro, ya tenemos algo parecido al vino joven. Sin embargo, si lo probamos notaremos un cierto sabor a manzana Granny Smith un poco verde. Es el ácido málico, que no ha sido transformado por las levaduras alcohólicas. A continuación, en los tintos, hay que dejar que se produzca una segunda fermentación, la maloláctica en la que otras levaduras toman el relevo, transformando el málico en ácido láctico, de sabor mucho más suave.
¡Ahora sí que lo tenemos! Bueno lo tenemos un poco guarro por los hollejos, las pepitas y otras porquerías, que no sería muy agradable encontrarse en la boca, procede decantarlo y/o filtrarlo.
El problema es que, muchas veces para dejarnos un vino brillante y sin partículas en suspensión, si se realiza una filtración mecánica muy agresiva, además de llevarse las “porquerías”, se quita también sustancias del vino que le hubieran aportado personalidad. Personalmente prefiero que a los vinos les sometan a una decantación en frío, que hace que las partículas en suspensión queden en el fondo del depósito, y teniendo precaución no extrayendo demasiado vino del depósito.
Filtrado el vino, ya sólo queda embotellarlo, etiquetarlo, y ¡a disfrutarlo! Para ser el primer artículo se que me he extendido un poco, pero si aún te quedan ganas de leer, te recomiendo Tintos Jóvenes del Bierzo, una entrada de mi blog Vinos para Compartir, en la que encontrarás algunos tintos jóvenes que realmente me han gustado, y son muy asequibles.
Vicente Vida Lanzas
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Vaya por delante mi agradecimiento al curro que supone hacer estos posts.
Este comentario es por apuntalar y por abundar en lo que dices:
-el vino se hace fundamentalmente en el campo.
-las levaduras indígenas son mas inciertas pero más singulares y endémicas
-Los tratamientos finales al vino no me gustan, es mejor prensar menos y evitar demasiados "fangos". Después se decanta utilizando el frío, como bien dices, que es algo natural.Para mí el vino, claramente, tiene la capacidad de expresarse diferente dependiendo de la variedad, la tierra, sus labores, sus levaduras, sus bacterias etc....
¿Hay algún motivo por el que no debemos dejar que se exprese esa biodiversidad?... yo creo que no, y estoy convencido de que ahí está la riqueza.Ya se que no pretende ser muy técnico el blog, pero por complementar algo que puede tener utilidad para entender el perfil de algunos tintos jóvenes, decir que se suele utilizar bastante en la elaboración de estos tintos, la maceración prefermentativa o pelicular que supone "infusionar" los hollejos, pepitas y demás materias sólidas provenientes del racimo que hayamos dejado, junto con el mosto, manteniendo una temperatura baja (entre 5 y 10 grados puede ser suficiente) para retrasar la fermentación alcohólica y de esa manera se realiza una mayor extracción de aromas primarios.
Repito de nuevo las gracias Vicente. -
Muy bueno el post, y también el de los vinos jóvenes del bierzo, gracias por compartir tu experincia!
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en respuesta a diego_nv60 Ver mensaje de diego_nv60 Hola Diego
Muchas gracias por tu comentario. Efectivamente, los puntos que destacas son muy importantes para mi en la elaboración de un buen tinto joven, es lo que traté de destacar en el artículo.
El objetivo de esta entrada es tener unos conocimientos básicos para después comprender que es y de donde vienen conceptos como concentración, complejidad aromática, defectos, etc. No incluí el tema de la maceración prefermentativa por no considerarla fundamental, y esperando a ver si surgía la inquietud en algún comentario. En cualquier caso, está muy bien traído.
Dentro de un par de semanas publicaré la siguiente, la elaboración de los blancos.Saludos
Vicente Vida -
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en respuesta a Juan Rias Altas Ver mensaje de Juan Rias Altas Hola Juan
Muchas gracias por tu comentario. Me alegro de que te haya gustado.
En un par de semanas seguimos.Saludos
Vicente Vida -
en respuesta a Herni Ver mensaje de Herni Hola Herni
Muchas gracias por tu comentario. Poco a poco trataré de ir cubriendo nuevos temas.
No abundaré mucho en temas técnicos, la idea es ir sentando las bases fundamentales para que seamos capaces de apreciar las características de los vinos, y porqué son así.Saludos
Vicente Vida -
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Gracias por tu aportación y el trabajo que conlleva. seguro que resultará mas que interesante para muchos y esperamos las siguientes.
Saludos -
Hola, soy nuevo en el blog y la verdad tengo una idea justita de la elaboración del vino,mi profesión es Dietista-Nutricionista, pero mi interés no se relega solo al efecto sobre el organismo, el otro día discutiendo el vino con unos compañeros de clase escuché que mediante un aparato se puede recoger la densidad, la temperatura y el grado de alcohol en el vino y mi pregunta es:
¿De qué sirve saber en todo momento esos parámetros si lo que se busca es medirlo una vez ya fermentado? Por lo que se que es poco, controlar la temperatura sirve para conseguir una mejor calidad organoléptica final y evitar el cese de la fermentación entre otros, pero la densidad me pierde.
Mi pregunta es desde la mayor de las ignorancias como estudiante interesado, todo lo que podaís hacerme entender o temas del blog para poder visitar os lo agradecería.
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en respuesta a lsierrar Ver mensaje de lsierrar Muchas gracias, Isierrar. Esa es mi intención, que dentro de ser lo más preciso posible, los temas se expongan de manera accesible.
Saludos
Vicente Vida
www.compartirvinos.com -
en respuesta a EduardoM-Pons Ver mensaje de EduardoM-Pons Ya se está cociendo la siguiente entrada. Muchas gracias por tu comentario.
Saludos
Vicente Vida Lanzas -
en respuesta a Itsokalex Ver mensaje de Itsokalex Hola Itsokalex
Muchas gracias por tu comentario. Efectivamente, controlar la temperatura de servicio es básico para que el vino se exprese como debe. Ya veremos más adelante como influye la temperatura en los aromas. El grado de alcohol es siempre de interés, para comprobar la veracidad de lo que consta en la etiqueta. En cuanto a la densidad, tiene influencia en la concentración, que también veremos más adelante. Son variables que nos pueden ayudar a saber que vino tenemos delante.
Por supuesto durante la crianza esas variables ayudan al enólogo a comprobar el estado de evolución del vino, lo que es de suma importancia para tomar decisiones relativas a la crianza, embotellado, remontados, bazuqueos, etc.Espero haberte ayudado.
Saludos
Vicente Vida
www.compartirvinos.com -