Loriñon Rosado 2007. Clasicismo y modernidad, fresco y maduro.

España es un país de tintos y rosados, estos últimos destinados a refrescar las tardes veraniegas sin mayores complicaciones. Aunque llevo tiempo preguntándome porqué conformarnos únicamente con la frescura de estos vinos, porqué no buscar referencias que nos aporten un visión más seria del rosado, apartando el desenfado y encontrando rosados serios, maduros y con estructura. Esta es la apuesta que su coupage marca, por un lado la madura Garnacha, que ofrece rosados con cuerpo y maduros, por otra parte la tempranillo que aporta viveza y frescura. Quizás aún sean rosados difíciles de entender por algunos, pero sin duda hoy en día España espera rosados de trago largo como Loriñón.

Visualmente muy atractivo, muestra una tonalidad más que el rosado de corte medio, con notas que entremezclan el rosa y el rojo sangre, muy vivo y brillante. En nariz se muestra maduro y lleno de ímpetu y viveza, con esensia frutal y toque de golosina fresca que auna un conjunto maduro con leves sensaciones de almibar y cítricos. La aireación le aporta toques florales y mayor madurez. En boca es equilibrado con buena acidez, fresco y carnoso en su paso, resultando amplio y con buen final. Un rosado de calidad.

Gracias a Chema Ryan