Dominio de Valdepusa un giro más a los vinos de pago

Su visual nos aporta juventud y estructura, cereza violáceo con buen cuerpo y ribete brillante. Los aromas florales -flores azules- con buena base de fruta roja conforman su perfil, un vino vivo con adornos especiados -regaliz y paloduz-, que muestra en boca calidez, bien equilibrado por una rica acidez y sensación tánica sabrosa y madura, ligeramente secante en su final, aunque nada que algunos meses en botella pueda limar.

83. Un tinto cálido en su concepto y ubicación, aunque se presenta fuera de la D.O Dominio de Valdepusa y encuadrado dentro de la Denominación Vinos de Madrid.

Visual de cuerpo medio donde abudan las notas cereza picota que nos adelanta que estamos tratando con un vino de corte vegetal -hierbas de monte bajo-, aromas bien engarzados con las especias y un fondo de fruta negra, aunque diluido por su amplia sensación cálida y alcohólica. La aireación le aporta notas minerales de grafito que producen una sensación seca en boca, bien expandida por su volumen, resultando envolvente y rico en taninos sabrosos, quizás le pese su graduación y sensación alcohólica en boca.

87. El vino más comercial de la bodega nacida bajo el Dominio de Valdepusa y el cual nos ofrece un buen exponente de un año cálido, mostrando buena acidez y resultando muy fresco en boca y complejo en nariz.
Fiel a su etiqueta '+' auna a la perfección sus tres variedades en perfecta armonía "Cabernet Sauvigno, Syrah y Petit Verdot".

Aromas complejos de aceitunas negras con fondo frutal de ciruelas y moras que roza la configura por su madurez pero no pesada, ligeros apuntes vegetales bien compensado en boca por su calidez y frutosidad con taninos maduros y domados. Grata sorpresa.

90. Un Cabernet sabiamente elaborado y que muestra una madurez propia de las grandes elaboraciones de este varietal.

Sus aromas nos recuerdan a la pimienta y finas notas de pimentón y pimientos del piquillo, aparece toda la variedad y derivados del pimiento, en notas maduras, sin atisbos de las más que habituales aromas de pimiento verde. La fruta aparece para acompañar a su esencia especiada y vegetal, notitas de guindas y fresas maduras nos adelantan un placentero paladar. En boca reproduce las sensaciones olfativas, amplio, rico, tánicamente maduro y con botella por delante que nos indica sus ligeros amargores, que no molestan en absoluto.

88. Dominio Valdepusa nos muestra una shiraz sin alardes maduros, se percibe una elaboración sin prisas ni estres por conseguir rasgos varietales, simplemente la copa habla de frutillos rojos maduros con ligeros matices florales, resultando alcohólico y cálido en nariz y boca, bien compensado por sensaciones de torrefactos, quizás el monovarietal de los que elabora donde más he notado la madera. Boca amplia, rica, taninos maduros y goloso, con buena acidez y ligeramente tánico aún por domar.

92. El monovarietal que más me ha sorprendido si bien el Cabernet y Shiraz muestran signos evidenciales de su buena elaboración y calidad, este Petit Verdot además es un vino de raza, difícilmente encontrado en la península y de altura internacional.
No presenta excesos de nada es sofisticado, pura complejidad. Es como aquella mujer que una vez crees conocerla te vuelve a sorprender, si esperamos franqueza, este Petit Verdot no nos lo ofrecerá, porque tiene de todo y muy bien engarzado, hay que prestarle atención, hay que mimarlo y entonces será fiel, sin engaños.

Sus aromas están fortalecidos por un halo mineral de brea y sensaciones en su conjunto de piedra seca, el movimiento en copa lo agradece y empieza a desvelarnos aromas de esa receta que nos maravilla, notas de fruta negra -ciruelas- e higos con puntas de caramelo que recuerdan sin llegar a la pasificación con un componente esencial en los grandes -la frescura-, frescura frutal, frescura mineral y frescura balsámica, que acompaña en nariz y boca. ¡El gusto es nuestro! de comprobar como se desenvuelve con arrogancia fresca en boca, donde la rica acidez levanta el vino en perfecto equilibrio con el alcohol obteniendo una sensación de volumen alta, estructurado, sabroso, rico en matices especiados con taninos nobles y maduros y consolidados para dar placer, pura seda...

93. Probablemente estamos ante un vino que personalmente vamos a considerar con enorme estima, si a esto unimos equilibro acidez-alcohol, notas de terroir y connotaciones tánicas para vivir y crecer duante años, definitivamente estamos ante un gran vino para nosotros y para los demás.
Este sin duda es el relato que nos ocuparía al catar este Emeritus 2004, un tinto complejo y profundo que requiere nuestra máxima atención para desgranar lo mucho que nos tiene o quiere ofrecer.

Estructurado en boca, donde la esencia mineral con entrada de tinta china y buen soporte de fruta negra -moras y ciruelas- unen al olfato con el gusto, enboa se reproducen los aromas de nariz, graso en su conjunto con buen cuerpo y cálido, además de perfectamente equilibrado acidez-alcohol y un final donde aparece un su postgusto la cara más joven, recuerdos de fruta roja mostrando su mejor juventud.