Champagne Perrier Jouët Belle epoque una vertical histórica
El grupo Pernod Ricard distribuidor en exclusiva del Champagne Perrier Jouët, organizó un taller y cata vertical de Belle Epoque inédita en España, para los socios de la ASM Asociación de Sumilleres de Andalucía, Málaga – Costa del Sol.
Una cata vertical donde desfilaron 15 champagnes y vinos, organizada con la conjunción de Pernod Ricard – ASM – Olivia Valere y akatavino en la comunicación y la unión de estos tres elementos.
DOS SIGLOS DE TRANSMISIÓN DE CONOCIMIENTO
En dos siglos, tan solo siete Chefs de Caves se han encargado de preservar los secretos de un estilo único.
Hervé Deschamps se convirtió en el séptimo Chef de Caves en 1993. Los diez años anteriores los pasó trabajando codo con codo con su predecesor, hasta alcanzar la maestría necesaria para dominar las sutilezas del estilo de la Maison y su tonalidad floral única. Como guardián de estos conocimientos ancestrales, es el encargado de perpetuar y cultivar tan preciado patrimonio, modelando, cincelando y tallando con la precisión de un artesano cada uno de los crus que participarán en el ensamblaje de sus creaciones
A la hora de trabajar con la barrica, el Chef de Caves degusta y prueba la cosecha de todas las parcelas, una a una, hasta aislar los crus, convirtiendo así cada cuvée en un vino único que expresa toda la elegancia y finura características de la Maison Perrier-Jouët. «Me lanzo a la elaboración del ensamblaje de una sola vez, al igual que un artista cuyo flujo creativo se halla, de forma misteriosa, en perfecta sincronía con su intuición, sensibilidad y experiencia». Hervé Deschamps.
Imponente mesa imperial en Babilonia montada por Fran Millán y su equipo
Jose Antonio Sánchez y María Díaz de Pernod Ricard
La Maison Belle Époque, un lugar único donde se dan cita los principales nombres del Art Nouveau. Toda una experiencia.
Fue el hogar de Pierre-Nicolas Perrier y Adélaïde Jouët, pero hoy en día es mucho más que un lugar en el que vivir. En 1990 se transformó en un pequeño y encantador hotel. Gracias a Pierre Ernst, actual Presidente y Director de Perrier-Jouët, la Maison Belle Époque es una experiencia, un viaje al corazón de la belleza y la poesía del Art Nouveau. Fueron necesarios ocho años para llevar a cabo la adquisición y restauración del mobiliario y los objetos que adornan y decoran este espacio.
Un lugar donde reina el encanto, con más de doscientas obras únicas pertenecientes a los más célebres nombres del Art Nouveau, de Majorelle y Guimard a Lalique y Rodin. Una de las mayores colecciones del movimiento Art Nouveau, para una experiencia atemporal. Una iniciación a la belleza cuyas puertas puede abrir de manera excepcional.
La D.O. Champagne domina 35.000 hectáreas, donde los grand cru oscilan entre 90 y 100 de calidad, los viñedos de Perrier Jouet tienen el 99.2 de media, demostrando el potencial de calidad.
Para conocer en profundidad Belle Époque debemos empezar catando por separado los tres vinos base, tres variedades que forman este gran champagne, y evaluar cómo se presenta la añada 2013 de Chardonnay de los famosos viñedos de Cramant, y a la generosidad, la Pinot Noir de Mailly, y por último Pinot Meunier de Dizy
El vino base Cramant quién aporta el mayor porcentaje con un 50% al Belle époque, se presentó más tímido e intenso que Mailly y Dizy. Y es este preciso comportamiento el que está haciendo difícil la decisión de la Maison Perrier-Jouët de elaborar Belle époque en 2013.
La Pinot Noir de Mailly se comportó dulcemente elegante, lleno de sensaciones y augurando buen futuro.
La intensidad se hizo gala del tercer vino, un Pinot Meunier representado en la etiqueta como Dizy y nos ofreció las mejores sensaciones globales del conjunto de tres.
Fran Millan Maitre y Sumiller Restaurante Babilonia Olivia Valere
María Navarro Directora Comunicación ASM y akataVino.es
La botella con la emblemática anémona diseñada en 1902 por Émile Gallé, una de las principales figuras del movimiento Art Nouveau, denota la elegancia floral que caracteriza a la cuvée Belle Époque Rosé. Revela el delicado color del vino como si se tratase de un homenaje a los excepcionales viñedos Perrier-Jouët, viñedos que se han clasificado con un 99,2% en la «escala de Crus» de la región de Champagne.
Champagne Brut. Perrier-Jouët Belle Époque 2006. 99 puntos
Dosaje: 9 g/l. Envejecido durante un mínimo de 6 años en las bodegas de la Maison.
La cuvée Belle Epoque 2006 es el resultado de un año de contrastes. Empezó con un invierno frío y seco al que siguió una primavera suave, con algunas heladas tardías en abril que, afortunadamente, no afectaron a los viñedos de Perrier-Jouët.
Las temperaturas elevadas de junio vinieron acompañadas de unas lluvias erráticas, antes de que la ola de calor se asentase en julio. Agosto fue algo más fresco, incluso trajo algunas lluvias ligeras, y dio lugar a un septiembre cálido y soleado, lo que permitió a los racimos de uva alcanzar un grado de madurez óptima para la vendimia. Las Chardonnay fueron especialmente generosas y han aportado una textura sedosa a la añada.
Hervé Deschamps ha ensamblado este vino de modo que logre el equilibrio perfecto entre la singularidad de la cosecha de 2006 y la consistencia del estilo de la Maison. Su coupage es un homenaje a la frescura, mineralidad y notas florales del Chardonnay (50%) de los famosos viñedos de Cramant, Avize y Chouilly; y a la generosidad, la estructura y los aromas de fruta fresca de los terroirs de Pinot Noir de Mailly, Verzy y Aÿ (45%). Por último, el 5% de Pinot Meunier de Dizy aporta unas notas de fruta madura y una redondez que transmiten al vino un equilibrio perfecto.
El Análisis…
Una añada que procede de un año cambiante, un mes de Julio tremendamente caluroso, lluvias en Agosto y un Septiembre muy agradable. Se presenta una añada grande, enorme, con muchas sensaciones que nos recuerdan a la mítica 2002. La madurez, esencia, notas deliciosas de avellana y ahumados con tostados. La manzana asada empieza donde termina la burbuja de romper la espuma y llega la tranquilidad. Aromas de setas que nos proporcionan recuerdos de tierra. En boca la burbuja tremendamente integrada, sin llegar a ser cremoso, por la viveza y su acidez. Una añada grande, que pasará a la historia.
Champagne Brut. Perrier-Jouët Belle Époque 2004. 90 puntos
Dosaje: 9g/l. Envejecido durante un mínimo de 8 años en las bodegas de la Maison.
Una perfecta armonía entre el carácter de un excepcional año 2004 y la quintaesencia de ese estilo floral, estilizado y adiamantado del que siempre hace gala la Maison Perrier-Jouët.
Fiel al enfoque artístico de la Maison, Hervé Deschamps, séptimo Chef de Caves en dar forma a las prestigiosas cuvées de Perrier-Jouët, supervisa la elaboración de cada añada Belle Époque como una obra de arte única, realizando el ensamblaje de un solo trazo para garantizar toda su finura y elegancia. Los vinos se seleccionan uno por uno y se mezclan de forma precisa y armoniosa para preservar todos y cada uno de sus matices. Belle Époque refleja sus múltiples aromas con elegancia y delicadeza.
En 2004, la naturaleza se mostró particularmente generosa. El frescor de finales de junio provocó una floración muy dilatada. Tras un verano irregular (julio seco y moderadamente cálido, agosto mediocre), la canícula de septiembre generó las condiciones idóneas para una maduración excepcional. A finales de mes, las uvas habían alcanzado un delicado equilibrio entre azúcares y acidez. La calidad del mosto sugería que se estaba en presencia de una añada excelente. Los posteriores vinos reforzaron esta impresión, especialmente los que provenían de los Grand Crus de chardonnay, cuyo éxito aún resuena.
Hervé Deschamps ha compuesto el ensamblaje de esta cuvée para hallar el equilibrio ideal entre el perfil de la añada y el estilo de Perrier-Jouët. El 50% de la composición la forman los distintos chardonnay —lo que aporta frescor y notas dominantes florales— creados a partir de los vinos de Cramant, Avize, Le Mesnil-Sur-Oger y Oger; mientras que las uvas pinot noir —con su generosidad, sutileza y notas de fruta fresca— ascienden al 45% y provienen de las viñas de Mailly, Aÿ, Ambonnay y Mareuil-sur-Aÿ. El 5% restante corresponde a las pinot meunier, cuyos aromas de fruta madura, redondez y equilibrio tienen su origen en los vinos de Dizy y Venteuil.
Con el paso del tiempo, este ensamblaje arquitectónico ha desarrollado una excepcional riqueza aromática.
EL ANÁLISIS…
No he logrado de entender esta añada, quizás se aleje de lo que es y representa Belle Époque, se presenta sin correspondencia entre nariz y boca. Media intensidad, resultando tímido en nariz, sin embargo en boca preseta la mayor acidez de las añadas catadas. Aromas curiosos de jengibre. Su espuma es más visible que la añada 2006, y ligeramente secante en su final. Un champagne que debe evolucionar.
Champagne Brut. Perrier-Jouët Belle Époque 2002. 98 puntos
Dosaje: 9g/l. Envejecido durante un mínimo de 8 años en las bodegas de la Maison.
2002 fue un buen año para la maduración de las uvas. Un año seco. Tras una primavera de temperaturas suaves con algo de granizo, la ausencia de lluvia provocó una floración temprana. El período seco se prolongó hasta julio y, a pesar de las lluvias de agosto, el suelo mantuvo su aridez. El mes de septiembre, seco y soleado, estimuló la maduración de las uvas. La vendimia dio comienzo el 15 de septiembre con las chardonnays, acompañados por las buenas condiciones climáticas. El contenido potencial de alcohol era muy elevado —alcanzaba los 13° en ciertas parcelas—, mientras que el nivel de acidez era el más bajo desde 1988. Un año legendario.
Hervé Deschamps ha compuesto el ensamblaje de esta cuvée para hallar el equilibrio ideal entre el perfil de la añada y el estilo de Perrier-Jouët. El 50% de la composición la forman los distintos chardonnay —lo que aporta frescor y notas dominantes florales— creados a partir de los vinos de Cramant, Avize, Le Mesnil-Sur-Oger y Oger; mientras que las uvas pinot noir —con su generosidad, sutileza y notas de fruta fresca— ascienden al 45% y provienen de las viñas de Mailly, Aÿ, Ambonnay y Mareuil-sur-Aÿ. El 5% restante corresponde a las pinot meunier, cuyos aromas de fruta madura, redondez y equilibrio tienen su origen en los vinos de Dizy y Venteuil.
EL ANÁLISIS…
Una añada llena de vida, un sinfín de emociones y sensaciones que lo convierten en mítico.
Volvemos a las sensaciones reproducidas por la añada 2006, un vino donde se aprecia con claridad, la salinidad de su suelo, la tiza se percibe de principio a fin, el toque fino y ahumado de pan grillé, le aporta fina complejidad. En boca su elegante e integrada burbuja se convierte en crema, un vino sostenido. Una obra de arte.
Al igual que con la cuvée Belle Époque, los vinos son seleccionados barrica por barrica y elaborados uno a uno. El ensamblaje se lleva a cabo con la mayor de las precisiones, lo que garantiza que se puedan degustar en su plenitud todos los matices de los diferentes vinos.
Para conseguir este armonioso equilibrio entre la generosidad del año y el estilo Perrier-Jouët, Hervé Deschamps utiliza los Grand Crus de Cramant y Avize, aportando así la elegancia y mineralidad de sus Chardonnays, que conforman el 45% de su composición. La intensidad de las delicadas y afrutadas notas de las Pinot Noir del terroir de la Montagne de Reims está presente en el 50% de la composición, mientras que el vino Pinot Meunier de Dizy (5%) aporta aromas de frutos rojos maduros, redondos y equilibrados. Hervé Deschamps realizó una selección de uvas particularmente rojas a fin de reducir su proporción en el ensamblaje. De este modo, las Chardonnay despliegan plenamente su elegancia y delicadeza.
«Un estilo único, un vino multisensorial». Hervé Deschamps, Chef de Caves.
Champagne Brut. Perrier-Jouët Belle Époque Rosé 2006. 95 puntos
Dosaje: 8 g/l. Envejecido durante un mínimo de seis años en las bodegas de la Maison.
Con su delicado equilibrio entre el carácter de la añada y el estilo floral, elegante y cincelado del que siempre hace gala la Maison Perrier-Jouët, Belle Époque Rosé 2006 se ha labrado según la más pura de las tradiciones de la Maison.
Las temperaturas elevadas de junio vinieron acompañadas de unas lluvias erráticas, antes de que la ola de calor se asentase en julio. Agosto fue algo más fresco, incluso trajo algunas lluvias ligeras, y dio lugar a un septiembre cálido y soleado, lo que permitió a los racimos de uva alcanzar un grado de madurez óptima para la vendimia. Las Chardonnay fueron especialmente generosas y han aportado una textura sedosa a la añada.
EL ANÁLISIS…
2006 una añada que personalmente la etiqueto como histórica, no en sí por la generalidad de esta añada en la región de la champaña como pueda ser 2002, pero sí por la terminación y experiencia sensorial que nos reproduce tanto su cuvée como este rosé.
Un champagne en plena evolución, se muestra adolescente, con nervio, con brio, pero con la clase suficiente para conocer que será grande. Se presenta muy floral y con mucha fruta, adornado por delicadas notas tostadas y ahumadas que le ayudarán a madurar y confeccionar una delicada y sublime nariz con el tiempo. En boca se muestra con brío, bien encauzado, no existe caos, todo es armonía, placer, susurrándote continuamente cosas bonitas.
Champagne Brut. Perrier-Jouët Belle Époque Rosé 2004. 91 puntos
Dosaje: 8 g/l. Envejecido durante un mínimo de seis años en las bodegas de la Maison.
En 2004, la naturaleza se mostró particularmente generosa. El frescor de finales de junio provocó una floración muy dilatada. Tras un verano irregular (julio seco y moderadamente cálido, agosto mediocre), la canícula de septiembre generó las condiciones idóneas para una maduración excepcional. A finales de mes, las uvas habían alcanzado un delicado equilibrio entre azúcares y acidez. La calidad del mosto sugería que se estaba en presencia de una añada excelente. Los posteriores vinos reforzaron esta impresión, especialmente los que provenían de los Grand Crus de chardonnay, cuyo éxito aún resuena.
EL ANÁLISIS…
Pocos champagnes rosados alcanzan esta altura, por su estructura, por la textura que acaricia el paladar, por su fuerza aromática y por su carácter. Un coupage sensacional donde la pinot noir hace prevalecer su clase, aquella que nos reproduce aromas con recuerdos a rosas y flores blancas, notas de fruta roja escarchada y ligeros toques ahumados. Su boca está llena de curvas, de recovecos lleno de sabores, juega con el dulzor, la salinidad, la acidez y el amargor, todo en sintonía, todo recreado con clase. De la añada 2004 de Belle Époque sin duda destaco sobre manera el rosé.
Champagne Brut. Perrier-Jouët Belle Époque Blanc de Blancs 2004. 98 puntos
Precisión extrema. El ensamblaje de esta singular cuvée, confeccionada a partir de dos parcelas y una única variedad de uva, exigía un equilibrio entre precisión e intuición al que solo los más grandes Chefs de Caves pueden aspirar. Hervé Deschamps es el séptimo Chef de Caves de Perrier-Jouët en 200 años que posee tales conocimientos, transmitidos según la más pura de las tradiciones de la Maison. Una tradición que ha inscrito esta profesión entre las más distinguidas artesanías creativas mediante la concepción de cada cuvée como una obra de arte única, una sinergia de intuición, sensibilidad y conocimiento.
La elaboración de Belle Époque Blanc de Blancs 2004 empieza en las dos parcelas más refinadas de los viñedos Perrier-Jouët: Bourons Leroy y Bourons du Midi. En el corazón de Côte des Blancs, en el terroirde Cramant —conocido por la calidad de sus chardonnay—, estas dos parcelas se benefician de la pureza de las tierras de Champagne, cuyo suelo calcáreo retiene la humedad y nutre las hondas raíces de las vides. Su exposición sur-sureste y su ubicación, en medio de la ladera de una colina, garantiza que las viñas disfruten a diario de la mayor cantidad de sol posible.
La transparencia de la botella sólo se ve adornada por la emblemática anémona diseñada por Émile Gallé en 1902, mostrando así la increíble luminosidad y la notable delicadeza del vino que atesora. Producida en cantidades muy limitadas, Belle Époque Blanc de Blancs 2002 es la cuvée más preciada de la Maison.
2002 fue un buen año para la maduración de las uvas. Un año seco. Tras una primavera de temperaturas suaves con algo de granizo, la ausencia de lluvia provocó una floración temprana. El período seco se prolongó hasta julio y, a pesar de las lluvias de agosto, el suelo mantuvo su aridez. El mes de septiembre, seco y soleado, estimuló la maduración de las uvas. La vendimia dio comienzo el 15 de septiembre con las chardonnays, acompañados por las buenas condiciones climáticas. El contenido potencial de alcohol era muy elevado —alcanzaba los 13° en ciertas parcelas—, mientras que el nivel de acidez era el más bajo desde 1988. Un año legendario.
EL ANÁLISIS…
Un champagne para soñadores, para místicos de la recreación de los sentidos. Enorme viveza aromática, un blanc de blancs que nos recrea la grandeza de un champagne insólito y prácticamente único.
La soledad no es una buena alianza con el vino, porque el vino es gastronomía y es sociedad, sin embargo existen exponentes que también juegan un gran papel y nos acompañará para sacar lo mejor de nosotros, simplemente a solas. Así es Perrier-Jouët Blanc de Blancs un champagne para el silencio. Una locura para los sentidos.
La añada 2004 se presenta muy viva, con ganas de empezar a crecer, donde la autolisis hará el resto, para convertirlo en mítico. Aromas de fruta blanca, toques cítricos de pomelo, dosis minerales que reproduce cierta salinidad en boca, toques ahumados, gustoso en su propuesta de frutos secos, conforman algunos de los aromas de su rica paleta de colores. Su burbuja se convierte en crema cuando acaricia el paladar, una explosión ligera, dócil y nobleza nos inunda con un ancestral volumen la boca. Nos encantará mantenerlo durante unos segundos para apreciar como crece con la temperatura, como perdurará durante muchos minutos. ¿Quieres soñar?
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Tras una vertical donde Belle Époque demostró su soberanía y relación directa con el placer elevado a la n-ésima potencia, pasamos a jugar con la cocina, la recreación de 4 platos del Restaurante Babilonia de Olivia Valere (Marbella), para comprobar la bondad y la buena sintonía de estos dos grandes exponentes en mesa. Dos champagnes que jugaron a la perfección con foei, con pescado.
Champagne Brut Perrier-Jouët Gran Brut
Dosaje: 10 g/l. Entre 12 y 14% de vinos reserva (vinos con dos o tres años de crianza).
La Maison crea su primer champagne Brut, el Perrier-Jouët Grand Brut, en su búsqueda de perfección y calidad.
Para cumplir el deseo de satisfacer a sus clientes ingleses, el Chef de Caves en el cargo por aquel entonces decidió reducir de forma significativa la cantidad de azúcar de las cuvées y dejar al descubierto la finura de sus ensamblajes. De este modo nacía el primer champagne Brut de la historia y el más degustado del mundo. Perrier-Jouët Grand Brut es heredero directo de esta tradición.
En la actualidad, Hervé Deschamps, séptimo Chef de Caves de la Maison, continúa esa búsqueda incesante de la excelencia y ha hecho suya la misión de perpetuar el patrimonio recreando en cada cuvée el estilo Perrier-Jouët, un perfecto equilibrio entre encanto y elegancia. Dentro de la tradición artesanal creativa propia de la Maison, el Chef de Caves ensambla cada vino por separado y de una sola pincelada, siguiendo los dictados de su intuición, lo que convierte cada cuvée en una obra de arte única.
La composición de Perrier-Jouët Grand Brut reposa en un 40% sobre la vinosidad y la estructura de las Pinot Noirs de los terroirs Grand y Premier Cru de Mailly, Verzy, Aÿ y Rilly-la Montagne. Nobles y sutiles, estas Pinot Noirs despliegan el afrutado de las encantadoras y generosas Meuniers de los terroir de Dizy, Damery o Venteuil, e incluso de Vincelles y Vinay. Por último, las Chardonnays de los Grand Crus de Cramant, Avize, Le Mesnil y Chouilly —que completan el 20% del ensamblaje— aportan un toque extra de frescor y mineralidad. Para obtener la perfección que se espera de Perrier-Jouët, las botellas se guardan durante tres años en las cavas de tiza de la Maison, situadas bajo la Avenue de Champagne, corazón histórico de la denominación.
El ANÁLISIS…
Un champagne floral con multitud de rasgos frutales en nariz y en boca, le aportan frescura, con una burbuja integrada, vivo, fresco y con buena longitud, el Champagne base de la casa Perrier-Jouët demuestra por ensamblaje, la calidad de esta gran Maison.
Champagne Blason Perrier-Jouët Rosé
Dosaje: 10g/l. Envejecido durante un mínimo de tres años en las bodegas de la Maison.
Perrier-Jouët Blason Rosé es el heredero directo de la serie Blasons de France, reconocida por los amantes de la buena mesa en todo el mundo.
Blason Rosé es un vino caracterizado por su distintivo sabor, fuerza y redondez. Hervé Deschamps, fiel a las tradiciones artesanales y creativas atesoradas por los Chef de Caves de Perrier-Jouët, realizó el ensamblaje de una sola pincelada, sin componer un ensamblaje previo. Tras degustar una a una todas las barricas, en búsqueda del equilibrio y la perfección necesarias, seleccionó una treintena de vinos para llevar a cabo el ensamblaje de Blason Rosé.
El Chef de Caves perseguía la amplitud y la estructura de esta cuvée con el fin de obtener una asociación gastronómica sin por lo tanto dejar de lado una cierta frescura. Una unión que exige la precisión de un especialista, ya que solo los mejores pueden evocar la elegancia del estilo propio de los champagnes Perrier-Jouët.
Para Blason Rosé, Hervé Deschamps optó por los tintos de Aÿ y Vincelles (entre 12 y 15%), en lugar de los intensos Pinot de los terroirs de la ladera sur de la Montagne, como los de Bouzy. Blason Rosé es, por tanto, la cuvée con la mayor proporción de Pinots, ya que contiene un 50% de Pinot Noir y un 25% de Pinot Meunier. La elegancia y vivacidad del Chardonnay completa el 25% restante.
ANÁLISIS…
La PINOT de Perrier-Jouët, un rosado de clase, con una gran relación calidad precio, un champagne muy perfumado, grandes sensaciones con su fruta roja bien madura, toques de endrinas, acompañado por notas especiadas y dulces que se reproducen en el ataque antes de la entrada con chispa de su burbuja que se transforma en crema. Un champagne que te atrapa con su color, su sensualidad de tonos rosados que nos preparan para disfrutar y disfrutar.
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Vaya pasote de cata, velada, fotos y comentario.
Cuando sea mayor quiero ser como tú.
Saludos -
en respuesta a Abreunvinito Ver mensaje de Abreunvinito Jajaja, no me hables que tú no vas por mal camino!!! Grazie y abrazote.
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Magnífico artículo de una no menos estupenda cata de mi champagne (hasta ahora) favorito.
¿No os quedó la duda con el 2006 de haber cometido un "infanticidio"?
Recientemente bebí una de esas botellas de 2006 (regalo de cumpleaños de mi mujer que sabe de mi/nuestra debilidad por éste) y terminé con la extraña sensación de no haber sabido esperar (no menos de 2 o 3 años) y darle tiempo a que creciera lo suficiente en botella.
Saludos,
Eduardo -
en respuesta a EduardoM-Pons Ver mensaje de EduardoM-Pons Gracias Eduardo, la verdad que este 2006 como bien dices, parece estar posado aún en un pesebre, pero a pesar de ello ¡que dimensión presenta! Grandioso "como dicen en el anuncio del iPhone -mastodóntico y grandiótico-" lo esperaremos una década, porque atentos a esta colosal añada.
Saludos