Peña La Verema

Cata de vinos de Primo Palatum

En ésta, la despedida de la temporada de nuestras reuniones, con muchas caras anunciando sus vacaciones o simplemente apuntando el deseo, no muy lejano ya, de disfrutar de ellas, la combinación de todos los elementos engarzó como el más perfecto mecanismo de relojería: el entorno, el local, el anfitrión, los vinos...

Vayamos por partes. Celebramos la cata en el Hotel Ad Hoc Parque, encantador hotel de nueva construcción en las proximidades de Bétera (Valencia) donde el buen gusto y la sencillez no es excepción sino norma. Proyecto conjunto del Hotel Ad Hoc y el restaurante La Sucursal de Valencia del que habíamos oído hablar tanto y tan bien a nuestro amigo Javier Andrés. Pudimos comprobar que no nos había mentido lo más mínimo y disfrutar de su compañía, su saber hacer y sus conocimientos enológicos. Una vez más.

El recibimiento comenzó en la terraza del restaurante La Sal, el restaurante del hotel, donde pudimos refrescarnos con un cava Chandon Rosé mientras esperábamos a los últimos rezagados.

El comedor donde se realizó la cata y posteriormente se desarrolló la cena tenía unas condiciones perfectas, de temperatura, de luz, de ambiente, etc. Tanto es así, que si en la última cata el tema polémico fue si la temperatura ambiente siendo el mes de junio era la adecuada para una cata de tintos, en esta ocasión no hubo quien rechistara cuando la situación se repitió, es decir, cuando la evidencia constató que la cata volvía a ser de tintos.

El culpable de todo ello fue Roberto Campos, el responsable de turno de organizar la cata de La Verema, que nos hizo una más que sugerente y atrevida propuesta: conocer y catar cuatro vinos del proyecto Primo Palatum, que no es otra cosa que la marca comercial bajo cuyo nombre Xavier Copel, enólogo francés, en sociedad con Cristopher Cannan, distribuidor a nivel mundial de algunos de los mejores vinos españoles, elabora vino en diferentes zonas de Francia.

No dispone de bodega propia, lo cual supondría una limitación geográfica a la que no quiere someterse Xavier Copel, sino que localiza zonas y viñedos que le interesan y elabora los vinos en su misma zona de origen. Su objetivo es bien claro: producir vinos excepcionales respetando al máximo la uva y el terroir. En estos momentos elabora 15 vinos en diferentes zonas de Francia. Nosotros tuvimos la oportunidad de probar cuatro de ellos, las puntuaciones están un poco más arriba, nuestras impresiones inmediatamente debajo de aquí:

Notas de cata

Primo Palatum Canon-Fronsac 1998

Rojo picota rubí, brillante. Poderoso en nariz, notas especiadas, pimienta verde, moras, notas herbáceas, pimiento y breves recuerdos de maderas tostadas.

En boca es un vino suave, redondo y equilibrado, y con no demasiada estructura. Primo Palatum Cahors (Cuvée Mythologia) 1998

Rojo picota, ribetes morados, muy cubierto. Nariz muy amplia, profunda, con notas de frambuesa, cacao, tostados (café), cuero, y notas minerales.

En boca es ástringente, pero con taninos dulces, largo, alcohólico, cálido, con recuerdos de maderas nobles. Enorme potencial de futuro en botella.. Primo Palatum Madiran 1998

Picota con ribetes morados, muy cubierto. Fase nasal en la que destacan los balsámicos, las frutas rojas, las especias, la tinta china, y donde se deja sentir el alcohol.

En boca mantiene una ligera astringencia y acidez. Mejorará en botella. Primo Palatum Graves 1998

Color rojo morado. Aromas peculiares y potentes:, humedad animal, tinta china, con algo de suciedad (algunos detectaron aromas de pis de gato). En boca destacan los tostados, café y tabaco. Es sedoso, con no mucha estructura y poca persistencia.

De los vinos cabría destacar, brevemente, pues la extensión de este texto no puede demorarse por muchas más líneas de las que llevo ya escritas y eso que todavía falta el relato de la suculenta cena, además de la tremenda originalidad del proyecto y de la enorme calidad de todos los que probamos, su "juventud". Son vinos para guardar unos cuantos años y disfrutarlos una vez la estancia en botella haya podido domarlos. Es por ello que ganó el vino más "hecho", más evolucionado a día de hoy, el Primo Palatum Canon-Fronsac 1998, en el que la expresión de la fruta, la sutileza de su estructura y la calidad del tanino combinan a la perfección.

La segunda posición fue adjudicada a Primo Palatum Cahors (Cuvée Mythologia) 1998, vino 100% malbec, impresionante en su urdimbre, su estructura tánica, aunque manteniendo la frutosidad característica de la variedad. Primo Palatum Madiran 1998 supuso para la mayoria de nosotros el descubrimiento de la variedad tannat, en este caso escogida por Xavier Copel procedente de viñedos costeros y orientados al sur, a los Pirineos, consiguiendo unas uvas a las que, según texto del propio enólogo, dió una crianza en doble barrica nueva (200%) para poder civilizar esta "bestia salvaje".

La cuarta botella, Primo Palatum Graves 1998, nos dejó la duda de si tenía problemas. Sus peculiares aromas, que en nada recordaban a un vino 100% cabernet sauvignon, nos dejó un tanto perplejos. Queda ahí el interrogante.

La cena mantuvo el altísimo nivel al que nos tiene acostumbrados en Valencia el restaurante La Sucursal, estando incluido en este sumatorio el excelente servicio del vino y maridaje que proporciona Javier Andrés en la sala de un restaurante. La cuestión estuvo como sigue:

Chardonnay 234 Enate 2000 con el aperitivo: tartar de atún, sopa fría de tomate y navajas con bacalao ahumado y naranja aromatizado con aceite de tomate seco.

Moscatel de Mendoza para un Milhojas de foie, manzana, cebolla caramelizada, rúcola y reducción de aceto balsámico.

Cillar de Silos 1998 acompañó a unos Raviolis de ceps y trufa con crujiente de jamón y emulsión de foie y a un Tronco de rape, chalota y tallarín de calamar con salsa Romescu

Laurona 1999 fue reservado para el Carré de cordero pré-salé de Bretaña con terrina de patata, parmesano y bacon.

De este último vino, Laurona 1999, comentar que es el primer vino salido de un proyecto en la sub-zona Falset entre el enólogo René Barbier y el importador de vino americano Christopher Cannan, ¿no os suena de algo este nombre?, con la idea de recuperar viejos viñedos de Garnacha y Cariñena en la zona. Es una mezcla de Garnacha, Cariñena, Syrah, Merlot y Cabernet con una edad media de 15 a 40 años criadas durante 12 meses en roble allier.

El vino tinto alcanzó para acompañar los postres, Helado de queso con granizado de vino tinto, y Teja rellena de sorbete de albaricoque, granizado de hierbas, frutas del bosque y azúcar de menta. Esta crónica lamentablemente no alcanza para más; la despedida y cierre se efectuó en la misma terraza en la que se había iniciado este relato, esta vez, ¿esta vez?, con Agustí Torelló Mata Brut Nature Gran Reserva 1997.


Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar