Peña La Verema

La ruta del vino de Alsacia

El punto de partida es la ciudad de Estrasburgo, capital de la Alsacia, donde no es conveniente alojarse debido al elevado precio provocado por los euroburócratas del Parlamento Comunitario que invaden la ciudad gran parte del año. Conviene pernoctar, si se me permite el consejo, en Alemania: justo en la orilla contraria del Rhin, separado únicamente de Estrasburgo por el mencionado río y por la frontera, se halla situado Kehl. En este pueblo recomendaía alojarse en el Hotel Landgasthof Schwanen (77694 Kehl-Kork Landstr. 3 -Tel. 07851-7960) donde un encantador matrimonio teutón nos dará habitación y desayuno a buen precio.

¿Qué hacia dónde nos dirigiremos desde Straßburg ?. Pués nada más, y nada menos, que siguiendo la Route du Vin d'Alsace. No obstante, y antes de emprender el camino, conviene puntualizar que no es aceptable partir de esta ciudad sin haber realizado al menos tres cosas: entrar en alguna Charcuterie y escoger de entre algunos de los mejores Foie?Gras de Alsacia; atreverse, siempre entre varias personas, con una Choucroute Royale en alguno de los restaurantes que rodean la catedral; y por último, y algo más digestivo que lo anterior, un paseo en barcaza por los canales de la Petit France, el barrio antiguo de la ciudad (siempre y cuando llegueis en hora de paseo lo cual es bastante complicado, sino también se puede hacer a pie y de paso bajaremos la comida).

La Route du Vin es una idílica carretera que discurre a lo largo de casi doscientos kilómetros, entre viñas absolutamente generosas, los Vosgos con sus frondosos bosques de coníferas y árboles de hoja caduca (conviene para disfrutar más este aspecto realizar la ruta en Otoño), y pueblecillos que en un primer golpe de vista nos parecerán salidos de los cuentos de Hänsel y Gretel, con sus casas con las vigas a la vista en sus fachadas.

Existen en cada pueblo de dicha ruta, al menos un lagar y una bodega familiar, donde una poderosa y láctea señora de generosas ubres (esto no está asegurado en todos los pueblos) nos sonreirá al tiempo que nos ofrece a degustar algunos de los vinos, casi en su totalidad blancos, más característicos de Alsacia. Son vinos suaves, pálidos y afrutados. Son todos ellos vinos varietales, y llevan el nombre de la cepa de donde proceden. Según la terminología local (Guide Gastronomique, Alsace. Le Club Prosper Montagné, Paris):

- Le Sylvaner, ligero, fresco, aconsejable para acompañar los entrantes, la charcutería o la choucroute.

- Le Pinot Blanc, más seco y nervioso.

- Le Riesling, característico de Alsacia, con mucho bouquet.

- Le Gewurztraminer, elegante, opulento, con mucho bouquet; para los quesos, postres y platos más relevantes.

- Le Muscat, seco, afrutado; con el aperitivo o la Kougelhopf.

- Le Klevener, Le Tokay , Le Pinot Noir (único tinto de la familia), y Le Crémant d'Alsace (méthode champenoise) completan el recorrido enológico.

Seguro que al llegar a Molsheim no resistimos la tentación, y probamos alguno de ellos; también en Obernai. Haremos un alto en el camino en Ottrot, en Barr, y también los cataremos. Antes de detenernos a comprar algunas botellas en Andlau, detendremos el coche al borde de la carretera para contemplar, rodeados de viñas, la bucólica vista de este pueblecillo.

Seguiremos dirección Selestat ; pero no sin antes haber parado en un lugar que para mí se convirtió en lugar de peregrinación casi obligada si uno está por estos lares (seguro que hay más que aún están por descubrir), el restaurante Gilg en Mittelbergheim (Hotel restaurant Gilg, Route du vin, 1. 67140- Mittelbergheim - Tel : 03 88 08 91 37).

Allí tuve el inmenso placer de saborear un increible Foie d'Oie (flaco favor le haría al susodicho hígado de oca si intentara describir con mis torpes palabras las múltiples sensaciones que me produjo mientras se deshacía en la boca). Sólo esta viscerilla de ave ya compensan los aproximadamente 1500 Km. recorridos desde Valencia para llegar hasta aquí. Sin llegar al listón marcado por la ya citada víscera, el resto de platos también estuvieron, por supuesto, a la altura de lo esperado.

Después, podremos acercarnos todavía hasta Colmar, y transcurridos unos kilómetros más acabar nuestra ruta en Thann, cerca de Mulhouse ; pero eso..., queda para otra ocasión.

Tras cada dura jornada de degustación, ya que no hay que tener prisas y disfrutar del recorrido en días sucesivos, puedo proponer y propongo una relajación física que nos prepare para la jornada del día siguiente. Y esta proposición es acercarse hasta Caracalla Thermen, espléndido balneario de Baden Baden en el que recomendaría la experiencia de disfrutar en pleno invierno de sus jacuzzi situados en el exterior del edificio.

Tras haber disfrutado durante algunos dias la Alsacia, y si tal como os había comentado estamos alojados en Kehl estaremos a mitad camino, sólo separándolas el Rhin , entre Alsacia y La Selva Negra (¡Otro goce para nuestros sentidos!).

Texto originalmente publicado en 1993. Reeditado el 1 de marzo de 2001


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