Color limón intenso. Ribete pajizo de buenos reflejos y muy vivo en conjunto.
Poco contraste entre ribete y corazón debido a esa gran vivacidad y luminosidad.
En nariz, intensidad media-baja pero de carácter muy meloso y untuoso.
Notas a fruta de hueso algo madura y confitada. Buenos aromas a mantequilla, bollería y panadería semi-horneada.
A copa movida, todo esto se torna en frescura y aromatismo (flores y cítricos).
En boca, entrada dulzona, melosa y confitada.
Muy buena acidez, perfectamente integrada, sin ocultar su carácter en la entrada.
Paso untuoso con un gran cuerpo. Final de una finura extrema.
Un vino de buenísimos contrastes y muy agradable.
Amarillo pálido sin apenas ribete y aspecto limpio y brillante.
Nariz fresca, de intensidad media con recuerdos de fruta madura de hueso y mandarina dulce, piel de limón, miel, salino, atisbos de yodo e hidrocarburos. Fondo floral.
Ataque fresco, con sensación muy mineral, con deliciosa frutosidad de albaricoques dulces y pomelo maduro, dulcedumbre compensada por una acidez vigorosa y fresca. Le siguen toques de mango, heno fresco y un ligero amargor que alargo su recorrido. Final redondo y persistente.
...Ofrecerá este Riesling al que lo cate.
Degustado en la pasada Cata Weinhaus Barzen celebrada en Sant Cugat.
Amarillo verdoso brillante en la copa.
La nariz conviene oxigenarla bien y darle tiempo para contemplarla y estudiarla con detenimiento. Al principio, de golpe, nos reciben notas sulfurosas; verdura hervida que pronto, respirando en la copa, irán desapareciendo paulatinamente.
Luego más de lo mismo, que no es poco. Fruta, mineralidad... Bien.
Pero es en boca donde despunta y ofrece lo mejor de sí (por lo menos en estos momentos de vida del vino), que ahora son muy pocos.
Como comentaba en las notas y apuntes dedicados acerca de este vino, el amigo Oscar, resulta "puro vicio"; también me sumo a su comentario que está increíblemente redondeado (cuando resulta un bebé) y le queda mucho tiempo para estar en su pùnto.
Por si fuera poco, es sabroso y tiene un equilibrio entre nivel de azúcar residual-acidez, brutal a mi parecer.
Ganará, en tres o cuatro años, una barbaridad en todo. Pero ahora, sobretodo destacando en boca, está tremendo.
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