Tras bucear y encontrar este vino, únicamente añadir a los comentarios de la cata que me precede, que he notado esas notas especiadas muy bien conjuntadas con unos ligeros matices minerales y unos toques muy agradables de fruta roja madura... sin duda un vino atractivo, vivaz y vertical que no es para todo público, pero que desde luego aporta algo diferente de marcado carácter atlántico, fino, fresco... muy rico. Excelente acidez.

Antes de entrar en la cata comentar que la crianza de este vino es de 12 meses en barricas de roble francés. La variedad Merenzao es un uva tinta autóctona de la zona de la Ribeira Sacra y que está casi desaparecida, por lo que hacer un vino monovarietal con esta uva es un lujo para los catadores. Me ha llamado la atención los otros nombres con los que también se conoce a este varietal: María Ordoña, Bastardo o Godello tinto.
Sobre la cata:
Vista: de color rojo picota con ribete rubí, ligeramente velado, de capa media y bastante glicérico.
Nariz: De buena intensidad, franco, con mucha fruta, sobre todo roja y madura, sensaciones golosas, cremosas, muy especiado (pimienta y nuez moscada), eucalito y un final ligeramente ahumado.
Boca: Tiene media intensidad en el ataque, con cuerpo y estructura medios, seco, ligeramente cálido, con los taninos presentes, importante acidez, ligero amargor y un final de buena persistencia.
Un vino de notable personalidad, con una nariz muy agradable y con una boca muy fresca.
Su precio aproximado es de 20 euros.

Degustado en copa borgoña entre 14º y 17º
A la vista, me permite leer el papel que hay bajo la copa. Ya indicativo de lo que me voy a encontrar.
Aromas de fruta roja fresca (fresa y frambuesa), balsámicos (menta y laurel), especiados (pimienta, clavo y canela), café con leche, sutil toque mineral... y un toquecillo de madera por su lado, por integrar.
En la boca es fresco; terriblemente vertical, aunque no por ello deja de inundar la boca de sabor. Increíblemente largo y con un tanino elegante que se mastica pero que no agrede (todo lo contrario). Para beber a tragos largos.
Grande pero no de músculo, sino como Frank Sinatra entrando en escena.
Me las volveré a ver con él en un par de añitos y, si se integra y crece como parece que va a ser... no me lo quiero imaginar