Color rojizo intenso, cobre viejo con tonos amarillentos.
Aroma fino y elegante, muy complejo, ceras aromáticas, miel humo, resina y fondo boscoso de pinazas y bosque.
Excelente boca, ligera y con buena acidez, dulzor muy moderado y asequible, expresión a mieles y bosque de pinos, intenso y largo.
Cuatro años después de abrir la anterior botella, no se advierten grandes cambios, sigue igual de espléndido aún que se podría decir que sea moderado el aroma a pino.

Cada día me estoy aficionando más a los vinos de vendimia tardía y esto es en parte por joyas como este vino que he podido probar gracias a la generosidad de un amigo.

De color amarillo dorado, lágrima muy densa que cae lentamente por la copa, limpio y brillante.

En nariz, y a pesar de los años que lleva en la botella, no muestra demasiadas notas de reducción. Buena intensidad aromática en la que empiezan apareciendo toques de hidrocarburos para dar paso a notas de fruta madura, flores y amielados.

En boca se muestra denso, maduro, glicérico, tiene dulzor pero con una acidez sorprendente que lo equilibra. Hay buena fruta madura. Buena persistencia.
Una suerte haber podido probar esta maravilla. Será difícil volver a encontrarse con él ...

Llevo poco tiempo probando vinos dulces, pero cada día me gustan más.
Este Riesling de vendimia tardía, ha resultado, como digo en el título: sorprendete.

Amarillo dorado muy bonito, de lágrima muy densa.

En nariz de inicio (botella recien abierta) si muestra aromas de hidrocarburos, que se intensifican un poco con la primera aireación. Flores blancas y piel de limón muy marcado. Sorprendente.

En boca es una delicia, dulce, ácido, dulce, ácido... con un paso muy redondo y final largo y persistente.

Me ha gustado mucho. Prometo repetir.

Amarillo palido. Aromas y sabores a membrillo suave, flores blancas, un recuerdo a uvas moscateles y miel. No aprecio mucho los tipicos aromas de hidrocarburos, si algo de fruta pasada. Magnifica textura en boca. Una copita para acompañar una tarta tatin de manzana

Dorado con ribete dorado pálido. Lágrima densa.

Nariz compleja y potente. Muy mineral, piel de limón, tostados, flores blancas, amielados, anís estrellado con un ligerísimo punto a laca.

En boca, muy buen equiibrio entre acidez y dulzor, con una amargor muy agradable. Amplio y persistente. Goloso y glicérico. Post-gusto a caramelo de limón.

Catado durante dos días, ha evolucionado desde una acidez y mineralidad muy marcadas a unos tostados y amielados realmente agradables.

Muy adecuado para tomar en estas fechas, nada empalagoso, fresco a la vez que complejo. Ideal con unos salmonetes rebozados. Para repetir, y repetir, y repetir,...

Muy complejo y concentrado. La fruta de hueso ya casi está pasificada y los cítricos (cáscaras) ya confitados. Notas golosas de mantequilla y manzana asada aderezados con especias exóticas y anisados completan una nariz más que sugerente.
En boca es potente, con mucho peso y cierta densidad manteniendo muy buena acidez.
Muy completo.

Amarillo dorado. Comienza con una nariz algo retraída, muy reducida, de hecho, para dar paso a un perfil marcado por el kerosenos y las flores ajadas, con recuerdos cítricos y algo de piña madura. En boca ataca intenso, resulta goloso, con cuerpo, untuoso, con un toque amargo, bastante dulce aunque el dulzor se equilibra un tanto con su buena acidez, largo y bien definido.

Color amarillo dorado precioso.
Una nariz de ensueño.
Un vino dulce muy bueno - mucha fruta de muchos tipos, algo de minerales y una complejidad cambiante desde el descorche. Disfrutado por todos. Gracías a la tienda de Verema por traer estas joyas.

Dorado intenso limpio y brillante.
En nariz y tras un importante tiempo de aireación se muestra intenso y expresivo. Notas florales, de frutas blancas maduras, melocotón, albaricoque, orejones, ligeros tonos especiados, toques de azafrán y canela, miel, algunos atisbos minerales y un cierto recuerdo de cítricos maduros. Apenas petrolea. Con cierta complejidad y encanto.
En boca se muestra maduro y equilibrado, en un perfecto momento de consumo. Con una fresca acidez, de paso graso y con peso, tiene un final más amplio que largo y que nos deja recuerdos de frutas maduras y minerales. Dulzor ya muy contenido e integrado. Buena persistencia.
Los vinos dulces de Pfalz no son los que más me gustan, pero hay que reconocer que este Rechbachel, a pesar de no ser un pago de los mejores de este productor, se muestra ahora en plenitud y su cata es de lo más placentera. La buena añada y el tiempo en botella han ayudado lo suyo. Unos 25 euros, precio más que atractivo para su nivel.

Color dorado intenso y aspecto glicérico.
Nariz de excelente intensidad donde aparecen unas notas de membrillo maduro, mermelada de albaricoque, melocotón maduro, miel tostada, néctar de flores, hidrocarburos muy marcados, sobresaliendo las notas de gasolina y goma de borrar, zapatilla de deporte nueva. Excelente la complejidad de este vino que sigue estando en plena forma.
En boca tiene un equilibrio entre la acidez y el dulzor perfecta. Es untuoso, de tacto parafinado, cremoso, con esas notas de miel y fruta madura invadiendo el paladar y esa acidez cítrica haciéndote salivar, aportando frescura, nervio...

En definitiva, un vino para tener en bodega y disfrutarlo en grandes ocasiones, como cuando hace sol o cuando no lo hace :-)