Monastrell mágica. El que posiblemente sea el vino más conocido de esta bodega murciana, perfectamente podría venderse al doble de su precio. Pero no lo digamos mucho (no vaya a ser que la familia Gil nos tome la palabra) y así podamos seguir aprovechando para tener siempre una botella en casa. Que no te asusten sus 15,5 grados de alcohol, porque se notan pero se pueden llevar muy bien gracias a su equilibrio. Uno de los mejores vinos que conozco en relación calidad precio sin duda alguna

Color cereza rubi oscuro con borde violáceo.

Aromas de mediana intensidad donde destaca su frutosidad, hay frutos rojos y negros con mucha madurez, toques de sobremaduración que no molesta. También se detectan flores silvestres y leves toques de ahumados y de finos tostados, leve mineralidad, en general una nariz con complejidad y cierta calidad.

En boca es una "maravilla", teniendo en cuenta su precio, el paso se encuentra totalmete equilibrado y redondeado, fácil de beber, pero al mismo tiempo con cierto caracter y con muy buen redondeo, los taninos vivos y nobles, el retronasal magnifico, con muchos de los arómas de la buena nariz, el final es larguito y tiene buena persistencia.

Una muy agradable sorpresa, en un vino que me ha costado sobre los 10-12 Euros.

Me han salido en las puntuaciones un 8,95, en la próxima prueba, le redondeare a 9.

Me han parecido siempre los vinos de esta bodega.

Botella bordelesa de hombros altos, cápsula y corcho de calidad.

Etiqueta ya clásica de la bodega, en color acorde con el nombre, contraetiqueta con información edafólogica y nota de cata, en castellano, inglés y francés.

Colro rojo pictoa oscuro, capa alta, menisco morado, lágrima muy abundante.

Nariz compleja: habitación cerrada, licor, pan de higos.

En boca es sabroso, cálido y corpulento, se notan los 15º.

Largo posgusto.

En tienda 9,50€.

Visual: Cereza picota capa alta ribete granate

Nariz: intensa, concentrada, especias, cacao, chocolate, frutos negros, algo licoroso

Boca: con cuerpo, goloso, cacao, frutos negros pero pesa la madera, cálido.

Granate de capa media con reflejos rubí y ribete violáceo. Limpio y brillante. Lágrima abundante, densa y algo coloreada.

Nariz de buena intensidad, golosa, con fruta madura, tostados dulces (caramelo, chocolate con leche) y vainilla.

Boca intensa, licorosa, con buena acidez y los taninos aún por limar. Suave y persistente con un grato recuerdo frutal.

Porque aunque no plata, sí que de bronce le daría una medalla, con una monastrell intensa, con una personalidad marcada y exhuberante.

La nariz está llena de fruta madura, con toques cálidos y mediterráneos, notas de alcohol, con bombón de licor y un toque balsámico potente que le da frescura y compensa esa calidez. Tostados marcados, con cacao y café, ahumados, tabaco, especias picantes y dulces y unas flores y matorral que aparecen al final. Es potente, vigoroso, carnoso hasta en la nariz.

En boca, pues lo que te hace entrever la nariz: fruta madura, jugosa, dulzona, con una buena carga balsámica, ese alcohol integrado y unos tostados que le dan complejidad. Buena acidez y taninos maduros, jugosos, cremosos. Las flores, el matorral y los ahumados se hacen notar en el retronasal, con esas especias picantes y dulces que se van deslizando por nuestra boca. Buen músculo, con mucha carne y que te llena la boca, pero sin ser cargante.

Un vino muy bueno, típico, cálido, pero que está perfectamente equilibrado. No apto para las personas que busquen finura.