El vino Ochoa Calendas Tinto 2016 es de un color rojo picota, límpido y destellos rojizos.
En nariz se aprecia fruta roja -cereza, ciruela- y con notas balsámicas. También se aprecian notas de su paso por barrica.
En boca la entrada es fresca, sale de nuevo la crianza, es fresco y con buen final.

Saludos desde Hermosillo, Sonora, Mexico. Mi esposa y yo estamos explorando varietales y la mezcla que nos presento Calendas de tempranillo y garnacha, hasta el momento es nuestra mejor perspectiva para disfrutar sin maridajes. Simplemente por su espiritu. Es ligero desde su primer halito al liberarlo en su propia botella. Tiene personalidad propia, no es escandaloso ni soberbio. Se mece en la lengua sin poseerla y su espiritu es afrutado de exposicion corta. Mi mujer no le encontro ningun pero. Eso lo hace recomendable en nuestra mesa. Lo servimos en copa congelada, enfriado rapido forzado de 5 a 10 grados con salmuera; con el calor de la boca libera su escencia en los primeros segundos de la toma, aleteando alegremente sus tintes de cereza oscura en el paladar sin ascender. En la escala de Gaby Noyola mi esposa, es un buen vino.

De color rojo cereza-fresa, capa media-baja y lágrima densa.
En nariz se aprecia fruta -ciruela y fresa- es fresco, de intensidad media y alegre.
La boca es fresca, con un tanino un tanto secante, herbáceo y frutal.

Color rojo picota con destellos morados, lagrima densa.
En nariz presencia de fruta roja, especiado. Notas de herbáceos y vegetales.
En boca resulta muy frutal, fresas, cerezas. Fresco, pero tánico en boca.

Color picota con ribete rubí.
La nariz necesita aireación, fruta roja y negra con cierto aire silvestre y de monte bajo, tostados, tierra humeda y ligeros balsámicos.
En boca tiene buena entrada, tanino vivo, bien de acidez, paso de buen peso con estructura, seco, vibrante y con un final de buena longitud.
Se bebe muy bien

Es de un aroma algo intrincado, me gusta, me trae recuerdos de una rica fruta de bosque hay moras incluso su flor y su hoja, toque vegetal. También hay una mermelada de cerezas y un poco de fruta roja en licor envueltas en un monte bajo, punto balsámico, olivas negras, tostados y terruño.

Boca de entrada fresca, se aprecia el tanino, es quien sujeta, surgen las notas tostadas y las especias, la fruta se saborea va articulando el conjunto y la acidez lo rebaja tanto que parece más ligero de lo que realmente es. Tiempo al tiempo.