Y casi tres años después volvemos sobre este vino que nos deleitó a principios de 2016. Llevamos la botella a la cena de Nochevieja en la Colla y atemperamos la botella, abierta un par de horas antes, para servir a unos 17°C. Tapón en perfecto estado, tintado en una cuarta parte de su longitud pero entero y compacto. Botella n° 55.458 de 84.932 con las etiquetas un tanto deterioradas (desde su compra).

VISUAL: Muestra un color rojo cereza de capa media con el ribete en tonos teja y ocre. Lágrima escasa, esbelta, lenta y transparente (86).

OLFATIVA: Los primeros aromas que percibimos son de compota de ciruelas y flor marchita. Al agitar el líquido surgen notas de bosque umbrío, hojarasca húmeda, fúngicos (boletus), montebajo mediterráneo (tomillo), especiados de clavo y nuez moscada así como apuntes terciarios de cacao en polvo, pelo animal, desván, cuero curtido y un fondo de madera mojada. Espectacular en su complejidad y de intensidad media (95).

GUSTATIVA: En boca nos encontramos un vino de tremenda elegancia, ataque sedoso, de acidez alta pero muy cremoso. Paso por boca aterciopelado, exquisito. Amplísimo en el paladar con aromas retronasales especiados y balsámicos. Post-gusto como en 2016 ligeramente graso y mineral con recuerdos de arcilla húmeda aunque muy suave todo, perfectamente integrado. Tremendo equilibrio entre la fruta y los aportes de la barrica, un vinazo que se ha redondeado maravillosamente adquiriendo un nivel que muchos otros quisieran incluso en añadas de mucha más calidad que ésta. Nos queda una botella más si no recuerdo mal así que veremos hasta dónde puede llegar. VINAZO en mayúsculas (95).

La RCP ya comenté más abajo que fue excelente (a menos de 12 euros la botella).

MARIDAJE: Lo sacamos para acompañar unos vasitos de mousse de foie con mermelada de albaricoque y kikos como entrante y de plato fuerte un capón con un relleno de trufas, ciruelas y piñones. Con la mousse espectacular, el contraste del foie con la mermelada y la frutosidad de nuestro vinazo fue una delicia. Pero con el capón al horno y ese relleno trufado acertamos de pleno. Gran maridaje con apuntes fúngicos y cárnicos en total armonía con la mineralidad y las notas terciarias del reservita. Qué gozada amigos!!

Salud-os!!

Rojo Burdeos con ribete rojo teja.

Hay que darle su tiempo y espacio para sacarle todo lo que lleva dentro. Hay que enfrentarse a él con serenidad, con temple, para descubrir una rica fruta bien madura envuelta en un eco balsámico profundo. Hay un leve aroma a madera envinada y esa fruta esplendida en forma de cereza, moras y arándanos. Las especias son un manto sutil de elegancia y de equilibrio, hay canela, pimienta roja, ceras y mieles, naranja escarchada y un suave mentolado que lo lleva hacia la "frescura", trae su verdadero carácter.

En boca es rico y sabroso, no tan viejo, enlaza con la nota final de lo percibido en la nariz. Tiene cuerpo, alma y garra. La fruta es más densa, tiene la vida de su añada, aunque en nariz se nos va un poco más allá.

Catado por Grupdetast http://grupdetast.com/catas/Cada%20uno%2C%20una.html

Hoy le toca el turno a una botella de la que esperamos mucho. Es la n° 55.459 de un total de 84.932 ls de Roda I embotellados como reserva de 1.997. El aspecto de la etiqueta dejaba que desear ya que estaba como enmohecida en una parte. Sin embargo al abrir la botella nos encontramos un tapón muy compacto, en perfecto estado y con unos aromas intensos y muy prometedores. La dejamos "respirar" por una hora y procedimos a la cata a 17°C:

VISUAL: Presentó un color rojo picota, de capa media-baja, muy brillante, con un ribete burdeos muy amplio, ya algo atejado. De lágrima fina y transparente (87).

OLFATIVA: A copa parada encontramos fruta roja muy madura, hollejos y finos tostados. Potente, perfumando la sala. Cuando agitamos nos deleita con notas ahumadas y terciarios de tabaco, cacao y cuero curtido. Con las sucesivas inhalaciones aparecen notas de sotobosque, boletus, trufa negra, rosas marchitas, herbáceos de ajedrea y un toque especiado de vainilla y clavo. Sus dos años de crianza en roble francés le han aportado una increíble cantidad de matices confiriendo al vino una complejidad exquisita y para colmo obteniendo una alta intensidad. Una nariz de sobresaliente alto, sin duda alguna(96).

GUSTATIVA: En boca presenta un buen ataque mostrándose amplio, muy mineral, terroso, de acidez alta y con los taninos aún presentes. Hecho un chaval vamos, aunque sin aristas, con una estructura sobria, señorial. En retronasal su mineralidad es apabullante con notas de grafito y pedernal así como un recuerdo un tanto balsámico. De persistencia alta, unos tres minutos y medio, bestial, con la personalidad y la estructura de un grande. No está en su clímax ni mucho menos, le veo un largo recorrido por delante, así que probaremos las otras botellas más adelante. Coincido con los compañeros en que tiene muchísimo mérito conseguir un vinazo como este de una cosecha como la de 1997, no todas las bodegas son capaces de hazañas como ésta. Chapeau por Agustín Santolaya!!(94).

La RCP fue excelente pues conseguimos un chollo de precio en una subasta comprando 6 botellas por 70 euros con transporte incluido.

Quiero comentar que he variado los percentiles que otorgo a cada fase sensorial a partir de hoy. A partir de ahora la fase visual la valoro en un 8%, la olfativa en un 32% y la gustativa en un 60%, pues creo que la boca es realmente lo que debe primar en un buen vino. En fin, las manías no las quitan los médicos...

Para homenajear a este vinazo nos marcamos un solomillo de res en salsa de maracuyá con unas "carchofetes" a la plancha. Delicia de vino que jugueteó armoniosamente con la salsa cítrica y los jugos de nuestro delicioso solomillo. Igualmente compenetrado con las alcachofas, que maravilla amigos!! Adjunto fotos.

Abrir una botella del 97 en perfecto estado, como si fuese un 2009 bien cuidado es un placer, un lujo que uno puede catar en pocos sitios. Rekondo es un lugar donde esto es casi lo habitual. Nariz frutal, vino vivo, muy vivo. Toques minerales identificables. No encuentro los balsamicos que tanto me llaman la atencion de esta bodega en sus añadas posteriores. El cacao, esta mas que presente y la suavidad de la madera, la vainila también. Dude en pedir algo mucho más viejo y me alegro de la recomendación de haber tomado algo intermedio en años

Tomado con 10 años de vida.
nariz intensa, clásica. piel de cacahuete, chocolate.
en boca, fruta roja, muy largo.

Un vino que requeriría buena aireación, ya que nada mas servirlo se encontraba muy cerrado, dando solo señales de madera, tostados y balsamicos. Poco mas. Pero algunos decidimos confiar en el vino, dejarlo en la copa y volver mas tarde a él.
En efecto, el vino se limpió bastante, suavizando mucho la madera, saliendo buenas notas de ciruelas y fruta roja, notas florales de violetas y buena terrosidad.
La boca sigue el mismo camino que la nariz, con el tiempo la madera se suaviza, dejando ver un vino con muy buena estructura, el tanino bastante pulido y alcohol integrado. Bastante largo dejando un recuerdo balsámico.
El vino acabó muy bien en los últimos sorbos.

Me acerco a este Roda I del 97 con cierta nostalgia. En su día adquirí y compartí un botellón de 3L de esta añada, del que guardo un grato recuerdo., a ver;
-en nariz fruta negra, cacao, especias, pimienta, maderas nobles, fino cacao. Todo muy sútil, entregándose poco a poco, tímidamente.
-en boca lo noto ligeramente dulzón. Sedoso, especiado, fino y muy elegante. Robusta y aterciopelada redondez. Creo que en un gran momento ahora mismo.
A la altura de las expectativas del recuerdo.
Como comentais, magnífico trabajo en un mal año.
Quinto clasificado de la vertical.
*cata vertical de Roda I 1992-2004, con la presencia de Mario Rotllant (propietario) y A.Santolaya (director General),gracias por mostrar vuestros vinos a cara descubierta.

Color cereza de capa media-alta, con matices anaranjados. Aromas de buena intensidad, torrefactos, especias, maderas nobles. En boca es envolvente, manteniendo una buena tanicidad, largo en boca, elegante y con buena acidez.

Se presenta limpio, brillante, capa media y un precioso color cereza.
En naríz se muestra expresivo con aromas a levaduras (bollería), goloso (compotas), fruta roja como fresas, rosas marchitas, especiados como pimienta negra y clavo, cuero, notas balsámicas.
En boca complejo, pase largo, fruta roja, taninos sedosos, balsámico. Postgusto persistente.

* Nos preguntamos: ¿Como de un "annus horribilis" pudo nacer un "vinus magnificus"?

Cereza con capa media. Aromas ligeros de fruta madura con maderas viejas, especias y un ligero toque de carne....buena entrada con recorrido sin complegidad y final interesante. Un buen vino que se hace grande cuando tenemos en cuenta el año. Una buena muestra de lo que es capaz una buena bodega en un mal año.