Un paseo por los vinos blancos de Borgoña en el 9º Encuentro Verema

"Un paseo por la Borgoña: Un mar de Chardonnay y unas gotas de Aligoté": este era el evocativo título de la cata de diez vinos blancos de Borgoña que dirigió Nacho Jiménez (Alma Vinos Únicos) y forero de Verema (con el nick Nacho JJ). El orden de servicio sólo se decidió tras catar Nacho los vinos antes de empezar la sesión vespertina. En general los vinos los encontré un poco cerrados inicialmente y tuvieron que pasar tiempo en la copa para que llegaran a abrirse. Estas son algunas breves notas que tomé de los Borgoñas probados:

1) Aubert de Villaine Aligote Bouzeron 08. Uno de los propietarios de la Romanee Conti elabora este vino sencillo, directo y honesto. Desde 1973, Aubert de Villaine ha seleccionado entre las más viejas viñas de Bouzeron, escogiendo las que dan más bajos rendimientos. En la actualidad tienen 8,7 hectáreas de Aligoté. En nariz, hay un toque de lias, pan, y fruta blanca. En boca transmite ligereza, frescura y una sutil mineralidad.

2) Aladame Montagny Vignes Derriere 07. Tiene una crianza de 12 meses, hasta que llega el vino de la siguiente vendimia. Según Nacho, es el único Montagny importado en España. Está un poco reducido. En nariz se muestra muy exótico. Fruta tropical en boca. Buena verticalidad, con un toque mineral final.

3) Barraud Pouilly-Fuisse Alliance 07. Tiene un aroma mas pesado, con más ahumados, más fruta madura y tostados. No es mi estilo.

4) Bouvier Marsannay blanc 07. Nariz mas norteña, anticipando mas frescura en boca. Aroma de flores blancas. En boca limpio, con muy buena chispa mineral.

5) Meo Camuzet Clos St Philibert 07. Se nota más los ahumados del paso por barrica. En boca muy vertical y largo. Muy buenas sensaciones de gran potencial las que da este monopole (elaboran todo el clos).

6) Bessin Chablis Valmur Grand Cru 06. Muy sobrio y mineral en este momento. Los grandes de Chablis necesitan más tiempo que otros blancos borgoñones para disfrutarse. Más cerrado y contenido en general, con una acidez típica de manzana verde.

7) Jobard Meursault Chevaliers 07. Muy fino y elegante. Uno de los vinos que más me gustó de la cata junto con el Vogue. Manifiesta la grandeza de la añada 2007 en los blancos de Borgoña, que permite expresar su gran mineralidad y las sutiles diferencias según terroirs.

8) Morey Coffinet Chassagne Montrachet blanco 07. En nariz predominan notas de ahumados. En boca es largo, elegante, fácil de entender.

9) Larue Puligny-Montrachet Le Trezin 07. Aromas de fruta blanca con un sutil toque mineral que le confiere una característica personalidad del terroir al que pertenece. En boca manifiesta elegancia y frescura, con buena acidez integrada y un final persistente donde aparecen de nuevo las sugerentes notas minerales intuidas en nariz.

10) Vogue Bourgogne blanc 06. Un gran Musigny al que no han querido darle la apelación de Grand Cru porque las viñas aun tienen “sólo” 20 años. Una nariz muy salina, denotando que viene de un terreno calcáreo, que me recuerda a algunas grandes manzanillas. En boca es enormemente expansivo, complejo y fino. Eso sí tiene un precio alto (180€)

Al final de la sesión hubieron preguntas, aclaraciones y sobre todo la posibilidad de recatar los vinos un poco más abiertos por el oxígeno. Me quedo con la impresión de que Borgoña es una zona muy compleja, donde es fundamental dejarse aconsejar por expertos en quien confías. Estos blancos necesitan tiempo en botella, no son baratos, pero contienen una sutil elegancia y mineralidad que complacerán a los paladares más refinados que sepan esperarlos unos años.

Como comenta Javier de Castro en su excelente crónica del 9º Encuentro Verema, estos vinos seducen al aficionado por su profundidad, mineralidad y expresión de cada terroir. Tienen madera pero normalmente bien integrada y apoyando siempre en segundo plano a la fruta. También requieren que te atraiga la verticalidad en el paso de boca (acidez). No gustarán a los que les atraigan las bombas frutales tropicales. No son vinos fáciles ni inmediatos, exigen tiempo de evolución en botella y de degustación tranquila. Y algunos de ellos, los mejores, tienen un sorprendente registro salino que me recuerda a los grandes generosos andaluces, con quienes comparten complejidad, sutileza y grandeza (afortunadamente para nosotros no comparten precios).

A continuación incluyo un par de vídeos que muestran algunos momentos iniciales de esta estupenda cata vespertina dirigida con cercanía y buen humor por Nacho Jiménez.